El 'youtuber' Carles Tamayo lleva a un pederasta a la cárcel: "Estaba convencido de que saldría impune"

"Lo conozco desde que era pequeño. Me regalaba entradas, posters… Me caía bien. Cuando se supieron los abusos, me sorprendió, como a todo el pueblo", describe el periodista de investigación Carles Tamayo, recordando la entrevista que hizo con 16 años para una radio municipal a Lluís Gros, que entonces regentaba unas salas de cine en El Masnou, Barcelona: "Quien sabe si yo también le interesaba...".

Tamayo, que ya destapó las estafas de IM Academy, llamó al 112 y propició su detención el pasado jueves 19 de mayo aprovechando una visita médica del individuo, de 76 años. Una semana antes, había expirado el plazo para que entrara de forma voluntaria en prisión por abusos sexuales, prostitución, corrupción de menores y exhibicionismo. Quedó probado que actuaba en su propio cine y contra adolescentes a los que encargaba repartir publicidad o vender entradas.

El Tribunal Supremo condenó al hombre a 23 años de prisión en noviembre de 2021. Fue entonces, con sentencia firme, cuando contactó con el periodista: quería un documental. "Una película de su vida. Quería explicar lo que había aportado al mundo del cine y desmontar todas esas 'difamaciones', que me pidió que investigara", relata Tamayo a este diario, al que agrega: "Y he encontrado nuevos afectados".

Las llamadas de Gros al periodista fueron "compulsivas" y, para convencerle de que le escuchara, le decía que era "de vida o muerte". Al principio, el youtuber se negó, hasta que pensó que quizá lo que quería era aprovechar su capacidad de difusión para pedir perdón a las víctimas, a las que no se puede acercar por una orden de alejamiento. Nada más lejos de la realidad.

Lluís Gros seguía hablando con menores, según Carles Tamayo

Así comenzó una investigación de siete meses que aún sigue en proceso y que verá la luz en forma de documental "de aquí a un año", espera Tamayo, que ha grabado el día a día del pederasta y ha hablado con las víctimas, tanto ya conocidas como otras que no habían trascendido. Fue la denuncia de una de ellas en 2011 la que permitió reabrir el caso y conocer que Gros ha abusado de menores desde hace al menos cinco décadas.

"Lo que más le importa es la imagen que la gente tiene de él, lo que piensan los demás. Cada persona con la que habla, muestra una cara diferente. Se sabía comportar de una manera u otra según con quien estaba. Mis padres, mis abuelos, yo... todos teníamos una imagen positiva de él. Después, he conocido lo que hacia con los afectados y es totalmente diferente. Y a sus familiares, les hacía pensar que era una persona seria", en palabras del periodista.

Tamayo agrega que el pederasta seguía hablando con menores por las redes sociales, haciéndoles "chistes verdes". No sabe si hacía algo más. En este sentido, insiste en lo difícil que es para él creer en Gros porque "de cuatro palabras que decía, tres era mentira". Y lo ejemplifica: "Decía que estaba escondido en Tarragona, cosa que descubrí que es falsa. No sé donde se escondía".

Le había confesado que quería fugarse al extranjero

Hasta que Tamayo decidió que era suficiente. Alguna de las víctimas a las que ha entrevistado le ha dicho en alguna ocasión que grabara con él sin llamar a la policía. Se arriesgaba a que algún día desapareciera, presionado por la orden de busca y captura emitida por las autoridades. "Yo hubiese seguido con el documental, pero valía más no arriesgarse. No podía permitir que se escapara, como me había confesado alguna vez que haría, con destino a Marruecos".

Aprovechando una visita médica en el barrio de Vallcarca de Barcelona de la que tenía constancia, el periodista informó a los Mossos d'Esquadra del paradero de Gros. Y grabó las imágenes que encabezan este artículo y que ha compartido en sus redes sociales. "Carles, esto lo pagarás caro", le gritó una y otra vez mientras dos agentes de la policía catalana se lo llevaban detenido, no sin la resistencia del pederasta.

"Nunca le he engañado. Nunca le he asegurado que fuera a desmontar el caso. Incluso le pregunté que qué pasaba si encontraba algo que a él no le gustara", incide Tamayo.

Ha seguido dando clases en centros educativos mientras tanto

Tras trascender la detención, una de las víctimas llamó al youtuber llorando para agradecérselo. "Gros estaba convencido de que no iría a la cárcel, y en algún momento yo me lo planteé también. Después de abusar de jóvenes durante décadas, de un procedimiento judicial de 12 años, de seguir libre siete meses después de que el juez sentenciara en firme, de que aún hablara con niños y que no fuera ilegal a pesar de la condena...".

Era tal la impunidad que sentía —siempre según el periodista— que el también profesor incluso ha seguido dando clases en diferentes centros educativos. Esta vez, y tras años interponiendo recursos y tratando sin éxito de alegar que padece párkinson y otras enfermedades, sí ingresará a prisión: "Al final, su ego y su narcisismo son lo que le han hecho entrar en la cárcel".