El estiércol de 2.000 vacas abastece por primera vez de biometano a la red de gas de España

  • Los excrementos de las grandes granjas del país podrían producir hasta el 10 % del gas que consumimos

  • Torre Santamaria y Axpo Iberia han comenzado a inyectar a la red 30 GWh de gas 100 % renovable al año

  • El proceso reduce el olor del estiércol en el campo, combate la contaminación y está muy extendido en Europa

"El estiércol no es santo, mas donde cae, hace milagros". El dicho popular podría aplicarse a los excrementos que generan más de 2.000 vacas en Lleida: se han convertido en los primeros en abastecer de biometano a la red de gas natural en España. Las 200 toneladas de excrementos que la granja Torre Santamaria recoge cada día han inaugurado un sistema mucho más utilizado en otros países europeos, pero que en el nuestro va más que rezagado.

"Fundamental", "hito" o "histórico". Se acumulan los adjetivos en boca de los responsables de Axpo Iberia, operador al frente del proyecto que puede suponer un antes y un después en la gestión de los residuos contaminantes de grandes explotaciones ganaderas, pero también en el campo energético. Las plantas ubicadas en Vallfogona de Balaguer ya introducen 30 GWh de gas renovable al año en la red de Nedgia, la filial de Naturgy, en Lleida.

Con esta energía un ferry podría y volver de Barcelona a Menorca 60 veces. "Hemos reducido el 100% de nuestras emisiones", sostiene Sebas Farré, responsable de Noguera Renovables, que gestiona los residuos y los recursos de la planta. "Aunque en realidad es un 200% porque evitamos también que se utilice combustible de origen fósil".

Este biometano de origen renovable tiene las mismas características que el gas de origen fósil procedente de Argelia o Rusia. En España hay cinco plantas que lo producen, entre ellas, el madrileño Parque Tecnológico Valdemingómez. Pero la de Lleida es la primera que lo hace a partir de excrementos de la ganadería (el resto utiliza otro tipo de residuos).

El 'gas de las vacas' ya llega a industrias y casas, pero podría ser mucho más relevante: si todas las grandes granjas españolas hicieran lo mismo y procesaran los excrementos de los animales, se podría generar hasta el 10% del gas que se consume al año, calculan los expertos.

De estiércol a biometano, pasando por el biogás

Las más de dos millares de vacas de esta granja producen 24 millones de litros de leche al año y su actividad genera en torno a 70.000 toneladas de residuos orgánicos. Un montante imponente que llevó a sus responsables a dar el paso al biogás en 2011, como otras tantas plantas. "Si aplicábamos la materia orgánica directamente al campo, parte de esa energía se desperdiciaba", resume Farré.

Un sistema mecánico recoge los excrementos, que viajan bajo tierra hasta 'la cocina'; un primer depósito en el que se mezcla con otros residuos orgánicos y se preparan para ser introducidos en estado líquido en unos digestores. Estos son unos contenedores herméticos con una capacidad de 10.000 metros cúbicos en el que se aplican temperaturas de entre 38º C y 40º C sin oxígeno para obtener biogás de forma permanente.

El biometano se obtiene del biogás; la diferencia es que el primero puede inyectarse en la red de gas natural

"Es lo mismo que echarle levadura al bizcocho; no dejan de ser unas bacterias que funcionan a alta temperatura y que se comen la materia orgánica", explica Jacobo Canseco, responsable de energías verdes de Axpo Iberia. El resultado es un gas compuesto por un 54 % de metano y el resto, de Co2 y otros gases que permite a la granja autoabastecerse a sí misma de energía.

Este biogás tiene sus limitaciones: se necesita consumir localmente porque no se puede inyectar directamente en la red de gas natural. No cumple con los estándares necesarios. Pero existe un paso más para depurarlo y obtener un gas mucho más puro en metano: el biometano.

"Para conseguir biometano, hay que limpiar el biogás para que tenga una calidad superior al 95% metano, cosa que permite inyectarlo en Lleida o usarlo en cualquier otro sitio de España o de Europa, incluso aplicarlo en el transporte marítimo, por ejemplo", expone Canseco.

Ahora, esta granja leridana ha aumentado el número de digestores a cuatro, que comparten espacio con una planta de upgrading, en la que se obtiene el biometano, capaz de viajar por la red de suministro.

Europa, el camino a seguir

Los sucesivos gobiernos que han pasado por la Moncloa han apostado por la energía fotovoltaica y la eólica sin contemplar una apuesta clara en el campo del biometano. "Europa nos lleva ventaja", lamenta Ignacio Soneira, director general en España de Axpo. Este operador suizo ha invertido cerca de cuatro millones de euros en la planta de vacas de Lleida. El propietario de la granja no ha tenido que desembolsar dinero sino comprometerse a aportar los residuos.

En Francia hay cerca de 300 plantas de biometano y Alemania, más de 200. En total en Europa se han instalado más de un millar. "Nosotros estamos dando un primer paso que va en la línea en la que van otros países de nuestro entorno", insiste Soneira.

Los trabajos ya en marcha contemplan la construcción de "10 proyectos como mínimo" entre este año y el que viene en Cataluña

Para poder extenderse en España es fundamental disponer de un "sistema de certificación de origen", ya aplicado en otras energías. "Un sistema que garantice que el origen de este gas es renovable y lo distinga para darle valor es fundamental. Hay muchos países que lo tienen, pero en España no ha habido ayudas ni en tarifas ni en inversión", según los directivos de Axpo.

Los responsables del proyecto de Vallfogona de Balaguer están convencidos de que este se aplicará en otras granjas y, de hecho, Noguera Renovables prevé la constitución de un consorcio con empresas y administraciones en dos meses. Una de ellas es la Generalitat; el Departament d'Acció Climàtica de Teresa Jordà se ha interesado en esta granja leridana, ya que "contribuye a avanzar en la transición energética y nos engancha al modelo de economía circular", ha valorado la consellera a este medio.

Los trabajos ya en marcha contemplan la construcción de "diez proyectos como mínimo" entre este año y el que viene en Cataluña.

Podría aumentar el precio, pero no lo ven un impedimento

Cabe destacar que, la inyección de biometano en la red llevaría aparejado un aumento del precio a pagar por parte de los abonados mientras no se vuelva una energía competitiva en el mercado, aunque no parece como un problema para Soneira.

"El biometano se está empezando a valorar por parte de los consumidores de toda Europa y eso hace que estén dispuestos a pagar un poco más por un combustible que tiene un origen renovable".

No, no huele

De esta forma, los residuos de la ganadería dejan de utilizarse sin control como abono, por lo que, tal y como a podido constatar este diario, "no huele más a estiércol", apunta también Farré.

"Cuando lo aplicas directamente al campo, las bacterias trabajan sin ningún tipo de control y emiten metano a la atmósfera. Eso genera un olor molesto". La alternativa del biometano permite tratar los residuos de forma que tanto los sólidos como los líquidos son "prácticamente inoloros".

Asimismo, evita el vertido de residuos ganaderos sobre los campos, un importante contaminante cuando estos alcanzan acuíferos, sobre todo en zonas castigadas por la gran densidad de explotaciones ganaderas en Cataluña como el Pla d'Urgell —en la que se encuentra esta granja— o la Plana de Vic.

Para el primer operador en comercializar biometano en nuestro país todo son ventajas. "Es un ejemplo muy bueno de economía sostenible, economía circular y de uso de un recurso que, de otra manera, sería un problema, pero que así se convierte en una oportunidad".

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