La Palma

La "sorprendente" recuperación marina en las fajanas de La Palma: tortugas, corales y peces devuelven la vida a las costas

La "sorprendente" recuperación marina en las fajanas de La Palma: tortugas, corales y peces devuelven la vida a las costas
Los expertos constatan la rápida recuperación del ecosistema marino en las fajanas formadas por el volcán de Tajogaite. Informativos Telecinco
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Este viernes 19 de septiembre se han cumplido cuatro años de la erupción del volcán de La Palma, el Tajogaite. La erupción, que comenzó el 19 de septiembre de 2021 y se prolongó durante 85 días, transformó el litoral insular. Las coladas alcanzaron el mar y formaron dos deltas lávicos en Tazacorte, un nuevo territorio de 48 hectáreas con catorce playas de entre 30 y 220 metros de longitud que todavía tienen prohibido el acceso.

El corazón de lava que quedó sumergido en forma de fajanas, tiñó de negro la superficie terrestre de la Isla Bonita, pero también la submarina. Esa lengua de magma transformada en un montón negro de rocas obligó a todo tipo de especies acuáticas a mudarse de hábitat. Ahora, cuatro años después, la recuperación de la vida marina en la zona de las fajanas sorprende a los expertos.

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"Es una sorpresa, la verdad que las imágenes son increíbles. La vida se ha recuperado gradualmente, pero más rápido de lo que se esperaba", explica Tamara Ventura, project manager de Proyecto Delta, dedicado a estudiar la recuperación de los ecosistemas marinos en las fajanas creadas por la lava.

Tortugas, corales y peces devuelven la vida a las costas

Desde tortugas y corales hasta una multitud de tipos de peces ahora devuelven la vida a las aguas que bañan La Palma. Lo más sorprendente es la aparición de algunas otras especies.

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"Que haya algas calcáreas, organismos filtradores, que son de los primeros que se adhieren a la lava, a las rocas, es un indicador muy importante porque favorece que se retengan sedimentos, que se instalen nuevas especies y de ahí ya empezamos a crearnos una comunidad", añade Ventura.

30 hectáreas que quedaron arrasadas, ahora enriquecidas por un conjunto de formas y colores nuevos dignos de ver. El volcán ya no ruge y la cicatriz en forma de fajana tiene más vida que nunca.