Antes de que terminara la reunión, el Gobierno luso anunció que mantiene su veto a la operación porque la compañía española no ha modificado su oferta para hacerse con el control de la brasileña.
Según fuentes de PT citadas por diversos analistas, su consejo, reunido durante cuatro horas a puerta cerrada, no pudo tomar ninguna decisión sobre la operación, con lo que deja en manos de Telefónica la posibilidad de ampliar o negociar su oferta.
La venta la aprobó hace dos semanas el 73,9 por ciento de los accionistas de PT pero fue bloqueada con la acción de oro del Estado en la compañía portuguesa.
El Ejecutivo luso dejó hoy claro que los directivos de PT debían cumplir su "misión" y velar por los intereses de los accionistas, entre los que se encuentra el Estado portugués, opuesto a que el antiguo monopolio portugués de las comunicaciones salga de Brasil, donde tiene su principal fuente de ingresos y crecimiento.
Frente a la postura reiterada por el Gobierno socialista, el principal accionista nacional de PT, el Banco Espírito Santo (BES) que tiene cerca del 8 por ciento de su capital, defendió hoy la venta de la operadora brasileña a Telefónica para que PT pueda empezar otros proyectos en Brasil con nuevos recursos financieros.
El presidente del BES, Ricardo Salgado, expresó su apoyo a la venta en declaraciones a la prensa lusa pero reconoció que al haber usado el Estado luso su acción de oro "en este momento la decisión está más del lado del Gobierno".
En relación con la oferta de la empresa española, el ministro portugués de la Presidencia, Pedro Silva Pereira, fijó la postura del Ejecutivo y afirmó, tras el consejo de ministros de hoy, que "la posición del Gobierno es conocida: hizo un pronunciamiento en contra, por lo cual, si la propuesta no es alterada, lo mantiene".
Silva Pereira recordó que Telefónica "manifestó su voluntad de negociar con PT" y aseguró que el Ejecutivo no tiene una "participación directa en las negociaciones dado que se trata de un diálogo entre la administración de PT y la de Telefónica".
En opinión de Salgado, la colaboración entre PT y Telefónica en la sociedad Brasilcel, mediante la cual ambas controlan a medias el 60 por ciento del capital de Vivo, "está agotada".
Pese a las negociaciones que les atribuyen los analistas y medios de comunicación, hasta ahora ni PT ni Telefónica han informado de algún progreso para cerrar la operación de Vivo, que a juzgar por la declaración del Gobierno portugués está en punto muerto.
La oferta cuya validez termina hoy es la tercera que ha hecho Telefónica para hacerse con el control total de la operadora brasileña, por la que abrió la puja, el pasado 6 de mayo, con 5.700 millones de euros.