"No todos los animales son maltratados en el Rocío", es lo primero que se aclara desde la asociación El Refugio del Burrito, una ONG que colabora con el Ayuntamiento de Almonte y el Seprona durante El Rocío para que los animales que participan en la romería estén en perfectas condiciones de salud. Este año han asistido a unos 150 animales (caballos, bueyes, mulas, pones…) con diversas dolencias. "
"Muchos de estos animales son de edad geriátrica, exhaustos, desnutridos, llenos de heridas abiertas causadas por serretas y aperos inadecuados y son alquilados sin cesar. Es el equivalente a poner a una persona de 80 años a picar piedra sin parar”, comenta Guillermo Garcia, veterinario equino que trabaja en el dispositivo de bienestar animal de El Refugio del Burrito.
La cifra oficial habla de 10 caballos y un buey fallecidos durante estos días que se suman a los más de 100 animales muertos que se registran desde 2010. Partidos como PACMA llevan un tiempo denunciando, públicamente, las condiciones de los equinos durante esta festividad. “Lo que falla es que no hay ningún tipo de supervisión. Son varios días de romería y los animales son sometidos a un esfuerzo excesivo que entendemos que es maltrato animal: cansancio, falta de hidratación, de alimentación, el calor… Directamente son explotados hasta la muerte”, asegura Laura Duarte, portavoz de PACMA.
A través de sus redes sociales muestran imágenes de lo que denominan “la otra cara de El Rocío” y alertan, lo peor es el regreso desde la aldea: "Este año son 11 los animales fallecidos pero todavía no ha terminado: muchas veces donde más animales fallecen es a la vuelta de la romería, porque llevan acumulado el cansancio de varios días y se les obliga a realizar el viaje de nuevo igual de cargados”, por lo que no cierra la cifra de animales fallecidos.
DURAS CONDICIONES
Horas y horas de camino, empujando carros o transportando a personas, por zonas de difícil acceso… a lo que hay que que sumarle el calor propio de Huelva principios de junio (con temperaturas de hasta 36º de máxima) que afectan directamente a la deshidratación y los colapsos por esfuerzo de los equidos. Tampoco la lluvia les favorece: “Pero, por ejemplo, el año pasado hubo lluvia y fue casi peor porque los animales no podían andar porque la arena se convirtió en barro y las condiciones eran mucho más desfavorables”, comenta Rosa Chaparro, responsable de comunicación de El Refugio del Burrito.
“Tan pronto como los propietarios se dan cuenta que tenemos un equipo experto en equinos y que estamos aquí para ayudar a los animales de un forma práctica, colaboran con nuestra labor rápidamente. Nosotros no estamos aquí para terminar ninguna tradición sino para ofrecer consejo y cuidados veterinarios expertos, a veces cosas simples como por ejemplo forrar los arneses y serretas si los aperos causan rozaduras al animal. Este año muchos peregrinos se han acercado pidiéndonos ayuda o consejo. Desde rozaduras, accidentes con sus equinos o casos de cólicos” dice Coral Ruiz, del Departamento de Bienestar Animal de El Refugio del Burrito.
En 2016 se vivió uno de los casos más ilustrativos: una mula de alquiler colapsó al llegar al Rocio. El animal tenía unos 26 años y estaba extremadamente delgado. El equipo del El Refugio del Burrito intentó salvarla pero el animal murió exhausto. Pero no quedó inmune: tanto el propietario como el que la alquiló han sido condenados a un año y cuatro meses de cárcel por un delito de maltrato animal.
Medidas como ésta pueden acabar con las noticias que, año tras año, nos llegan desde El Rocío. Para que siga siendo una fiesta para todos y no un calvario para los animales que en ella participan.