No porque llueva mucho los embalses se llenan más: por qué seguimos en sequía

  • En los últimos 10 años nuestros embalses han estado, en promedio, durante la semana actual, al 55,19%, un 12,75% más que este año

  • La cuenca del Segura se encuentra a tan sólo el 26% de su capacidad

Nos encontramos a tan sólo 4 días del final del verano y, desde hace una semana, podemos decir que estamos teniendo un tiempo propio del otoño. Se dice de septiembre que "seca las fuentes o se lleva los puentes", pero el sabio refranero español ha pasado por alto la posibilidad de que la sequía castigue precisamente a las zonas que han registrado una precipitación mayor. La reciente DANA (depresión aislada en niveles altos) golpeó con inundaciones históricas la Vega Baja del Segura, pero la realidad es que la cuenca de este río se encuentra al 26% de su capacidad a día 19. ¿Por qué las lluvias no han llenado nuestros embalses?

La 'gota fría' ha sido una ruina medio ambiental

Lo más seguro es que, a estas alturas, hayas visto imágenes de las calles y playas inundadas en Valencia, Murcia o Alicante, los más afectados por la 'gota fría'. El agua llegó a todas partes mientras la DANA permanecía prácticamente estacionaria entre le Península y África, también a nuestros campos. Multitud de cultivos de cítricos y uva se han echado a perder y los agricultores miran delante de sí, frente a sus tierras, con lástima por las dificultades que tendrán que encarar para recuperarse después de un episodio que ha dejado más lluvia en un día que el promedio habitual de un año.

La DANA no ha ayudado a los cultivos, tampoco a los embalses. Lo único peor que la sequía era esto: la cosecha anegada y una reserva de agua que, lejos de reanimarse, sigue desplomándose.

¿Por qué no hay más agua embalsada después de las lluvias?

Las lluvias de la pasada semana fueron torrenciales en buena parte del país y no son pocos los municipios donde los vecinos todavía hacen cuentas de lo que les costará reemplazar todo lo perdido. Tanta inundación invita a pensar que, al menos, podremos celebrar el aumento de los pantanos. Sin embargo, el episodio de 'gota fría' no se ha reflejado en el estado de nuestros embalses, que se encuentran por debajo del 50% de su capacidad en el conjunto de España. El país agoniza en una eterna sequía que arrastramos desde invierno, cuando las precipitaciones no alcanzaron ni la mitad del promedio habitual. Curiosamente las zonas donde más acumulación se ha registrado con la reciente DANA –Murcia, Valencia y Alicante– cerraron la estación invernal con un carácter 'extremadamente seco'.

No obstante, según ha recordado la Agencia Estatal de Meteorología (Aemet) en su informe sobre el año hidrológico que terminará próximamente (se ha analizado del 1 de octubre 2018 al 16 de septiembre 2019), "la falta de precipitación en el conjunto del territorio tanto en mayo como en junio que fueron muy secos, dio como resultado que la precipitación acumulada en el año hidrológico al finalizar junio fuera un 16% inferior al valor normal".

El episodio extraordinario provocado por la DANA entre el 10 y el 15 de septiembre ha mejorado ligeramente el balance: el año hidrológico cierra así con un 12% menos de precipitación de lo normal.

*Imagen: Porcentaje de precipitación acumulada del 1 de octubre 2018 al 16 de septiembre 2019 / Aemet

No ha resultado tan seco, eso sí, en regiones del sudeste peninsular, como era de esperar teniendo en cuenta que "se superaron los 400 litros por metro cuadrado en al menos 6 estaciones" durante el paso de la DANA, ha informado la Aemet. "Superan a los valores normales en más de un 25% en la Comunidad Valenciana, gran parte de Murcia, tercio este de Andalucía, y zonas del sureste de Castilla-La Mancha", ha puntualizado la Aemet, que ha continuado indicando que también "en un área entre las provincias de Alicante y Murcia, y al nordeste de la de Granada, se duplican los valores normales".

¿Qué tiene que pasar para paliar la sequía?

Pero ni las lluvias son suficientes. En primer lugar, es importante explicar que la mayor parte del agua que descargan las nubes no va a parar a nuestras reservas, sino que se evapora o filtra a los acuíferos subterráneos. Otra parte acaba en los ríos y, posteriormente, desemboca en el mar.

Así pues, sólo una pequeña parte de la precipitación que se produce va a parar a nuestros pantanos. Ni siquiera en 2018, que se despidió con un carácter anual 'muy húmedo' en el conjunto de España, la reserva era para tirar cohetes: a estas alturas de septiembre del año pasado, la totalidad de nuestros embalses se encontraba al 55,29% de su capacidad.

Este año, tras el episodio de 'gota fría' la pasada semana, las cuencas del Segura o el Júcar han recibido algo de agua. La primera ocupa ahora un 4,91% más y, la segunda, un 0,51%, quedando algo más de un 6% de su capacidad por debajo de lo normal (asumiendo en este caso como normal la media de los últimos 10 años). El Segura, en cambio, no sale de su sequía: a estas alturas acumula un 15,71% menos de lo habitual, lo cual se traduce en un embalse al 26% de su capacidad.

España acumula, a día 19 de septiembre, 23.798 hectómetros cúbicos de agua, lo cual supone un 42,44% de la capacidad total de nuestros embalses. La media de la misma semana de los últimos 10 años es, en cambio, de 30.949 hm3, un 55,19% de lo que pueden albergar los pantanos de nuestro país.

*Imagen: Agua embalsada en España del 2017 al 2019 y media de los últimos 10 años / embalses.net