Durante la noche del sábado pasado un grupo de ciudadanos que se encontraban en la playa de Benicassim, en Castellon, no daban crédito a lo que estaba viendo: una tortuga marina llegaba a la orilla de la playa para desovar en la arena.
Este grupo de personas llamó a los servicios de emergencia del 112 para que el animal no sufriera ningún problema ni peligro. Enseguida el 112 se persono en la zona junto con dos técnicos de la Universidad de Valencia, uno de la Corselleria Valenciana y dos científicos veterinarios del Oceanográfic de Valencia.
El equipo de expertos enseguida activó el protocolo para garantizar que el proceso se cumpliese con éxito. La llegada de la tortuga boba fue fundamental, no es algo que suela verse con frecuencia en nuestras costas: "para nada es normal contar con eventos de anidación en el litoral español", explicaba uno de los veterinarios. De hecho, es insólito que en las últimas semanas hayan sido dos las tortugas que han decidido desovar en nuestras costas. La anterior fue en Port Saplaya.
Los veterinarios hicieron un chequeo al animal para que si se encontraba en buenas condiciones, y tras un exhaustivo reconocimiento, vieron a través de una ecografía que tenía en su interior entre 80 o 100 huevos. No solo eso, sino que monitorizaron al animal para saber en todo momento cuál es su localización, ya que se espera que vuelva de nuevo en pocos días a la playa para enterrar los huevos en la arena: "vamos a conocer no solo el punto de puesta del nido, sino los movimientos y el comportamiento de estos animales", explicaba.
Este tipo de tortuga boba es marina. Su longitud suele ser de 120 centimentros y puede alcanzar los 120 kilos. El color de su caparazón es marrón rojizo, mientras que su cuerpo es amarillo y marrón. Como el resto de tortugas marinas, ni su cabeza ni sus extremidades son retractiles. Estas tortugas suelen anidar en las cosas de Grecia, Chipre o Turquía.
Tienen un gran sentido de la orientación, y además, como explican los veterianos: “presentan filopatria, de tal manera que vuelven una vez maduran al sitio donde nacieron”, asegura. De hecho, creen que ambas tortugas de 25 años nacieron en las costas mediterráneas de nuestro país.
Si vemos a una tortuga intentado desovar en la arena: "lo que tenemos que hacer es respetar a la tortuga, dejar unos 100 metros o 50 metros de espacio, para nada hacer luces ni alumbrar con el móvil, y sobre todo avisar al 112", ha explicado uno de los responsables.
Los veterinarios suelen llevarse el nido a zonas protegidas como la Albufera, otras las incubas y las que más posibilidades tienen de sobrevivir una vez que han nacido son devueltas al mar para continuar con la especie.