Joan Báez, el icono de la canción protesta que cambió el rumbo de la música (y el de Bob Dylan)
La leyenda de la música se retiró de los escenarios a los 77 años, pero sigue siendo muy activa en movimientos por los derechos sociales
Joan Báez y Bob Dylan mantuvieron una relación efímera pero intensa que reformó la música folk estadounidense
Monica Barbaro retrata su vida en 'A Complete Unknown' y ha sido nominada a mejor actriz de reparto en los Oscar
La década de los 60 fue una época muy convulsa en los Estados Unidos. Germen de varios movimientos por los derechos civiles, el movimiento hippie, la Guerra de Vietnam, y el resurgir de la música folk. Unos años que han marcado ya no solo la historia del país norteamericano, sino la historia reciente del mundo. Y, por supuesto, la música siempre estaba presente.
Vimos nacer a la leyenda de Bob Dylan, Aretha Franklyn, James Brown, Johnny Cash… Pero también la de Joan Báez. Aunque esta última no trascendió tanto fuera de las fronteras estadounidenses, se convirtió en un icono, y nadie como ella supo poner voz a las protestas de la gente contra la guerra durante esos años.
Nacida en Staten Island en 1941, estuvo muy implicada en causas sociales y por los derechos humanos desde pequeña. Sobre todo gracias al trabajo de su padre con la UNESCO, que provocó que cambiaran continuamente de residencia (llegó a vivir en Irak en 1951). Joan conoció diferentes culturas y países, explorando su compromiso desde su preadolescencia. "Mi padre nos llevaba a muchos lugares para que viéramos que todos éramos iguales. Nos hacía reflexionar sobre la brecha entre ricos y pobres", comentó en el documental sobre su vida 'I am noise', donde también confiesa que sufrió abusos por parte de su padre, al que perdonó poco antes de morir. "Fue difícil y me llevó tiempo, pero sí, lo perdoné".
Sin llegar a cumplir los 18 años, conoció al cantante de música country Bob Gibson y este invitó a Joan a cantar en el popular Festival de Folk de Newport (sí, el mismo donde Bob Dylan creó el caos al sacar una guitarra eléctrica), cantando a dúo las canciones populares 'Virgin Mary Had One Son' y 'We Are Crossing Jordan River'.
Su cristalina y potente voz, cercana a la de una soprano, le consiguieron un contrato discográfico con Vanguard y, desde ahí, el resto es historia. Su nombre empezó a hacerse popular en todo el país, sobre todo por su implicación en muchas causas sociales (acompañó a Martin Luther King en varias de sus marchas) y popularizó la llamada 'canción protesta', aunque es verdad que siempre unida aun Bob Dylan que empezaba a despuntar con canciones como 'Blowin' in the Wind' o 'The times they are a-changing'.
Es cierto que Dylan no siguió por ese camino con su carrera, mientras que Joan Báez sigue, hasta hoy, implicada en todo tipo de activismo y causas sociales. "Quizá el apocalipsis climático acabe con todo antes que los campos de exterminio de Trump", afirmó Báez hace algunos años en una entrevista para 'El Mundo'.
Nunca ha dejado de luchar y de concienciar a las clases trabajadoras para que luchen contra el sistema opresor y la corrupción de las élites. Y, pese a que ya se ha retirado de los escenarios (curiosamente, su último concierto fue en el Teatro Real de Madrid en 2019), su figura sigue siendo muy reconocida en los Estados Unidos.
En la película 'A complete unknown' es verdad que la supeditan un poco al nombre de Dylan, dejándola como una cantante con muy buena voz pero poca originalidad y capacidad de cambio. Monica Barbaro, nominada al Oscar por su actuación, consigue trasmitir esa fiereza mezclada con fragilidad que tan característica era de Báez. Y la propia cantante ha alabado la interpretación de Barbaro. "Me encantó lo que hizo en la película”, comentó para 'The Marin Independent Jounal'. "Si no pensara que ella lo ha hecho bien, probablemente no habría disfrutado de la película en general. Pero se parecía bastante a mí y tenía mis gestos. Se notaba quién era. Trabajó muy duro. La respeto por aceptar el papel".
Lo cierto es que el estreno de 'A complete unknown' puede acercar su figura a toda una nueva generación que ni siquiera recuerda su aportación al movimiento social, y a la música folk de los años 60 y 70. Joan Báez es una leyenda viva de la música y, pese a que no sea un biopic al uso sobre su vida, sí que puede ayudar a arrojar un poco de luz sobre una vida que no fue nada fácil.
Como cuenta en su documental, y ha expresado en multitud de entrevistas, Joan empezó a ir a terapia con 16 años y estuvo ocho años enganchada a los ansiolíticos. De hecho, consiguió dejarlos gracias a un ex presidente de Estados Unidos. "En realidad el responsable de que lo dejara fue el presidente Carter. Prohibió esas pastillas maravillosas y ya no las podía conseguir en ningún sitio, así que las dejé".
Y aunque su breve relación con Bob Dylan le afectó más de lo que esperaba, su dupla consiguió trascender todas las barreras, llenando teatros y festivales de gente deseosa de escuchar las dos voces más reconocibles de comienzos de los 60. Con el paso del tiempo las carreras de ambos fueron apagándose, aunque Bob Dylan no solo consiguió una fama más internacional, sino que además fue galardonado con el premio Nobel de la Literatura por el lirismo de sus letras. Una decisión polémica que trajo mucha cola, pero que vista con perspectiva, fue un galardón merecido y que reconocía una trayectoria musical que cambió el modo de componer, además de modernizar la música folk y acercarla a nuevas generaciones.
Es verdad que Joan Báez destacó más por sus versiones de otros cantantes (sobre todo de Bob Dylan) y brilló menos en el terreno compositivo, pero eso no debería restarle ni un ápice de lo que consiguió durante el pico de su carrera. "Creo que la música tiene el poder de transformar a la gente. Y, al hacerlo, tiene el poder de transformar situaciones, algunas grandes y algunas pequeñas".
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