Cine

El mito de la homosexualidad de Cervantes, según su biógrafo: "No es algo que Amenábar se haya sacado de la manga"

Julio Peña es Miguel de Cervantes en 'El cautivo'. FOTOGRAMA
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Miguel de Cervantes es nuestro autor más internacional gracias a su 'Quijote'. Pero al mismo tiempo es una de nuestras figuras más desconocidas. Con una vida muy intensa, como relatan todas sus biografías, apenas sabemos nada de su faceta personal. Y es que nunca habíamos tenido una gran película sobre él... hasta ahora.

'El cautivo' es la nueva superproducción de Alejandro Amenábar, que ha decidido abordar la imagen de nuestro autor para, por fin, poner su nombre sobre la mesa para las nuevas generaciones. Sin embargo, la polémica parece estar empañando su estreno en salas. Tal y como ha reconocido su director en entrevistas, parece más importante debatir sobre la sexualidad de Cervantes, sobre la que se ahonda en la cinta, que la figura del propio autor, que por fin tiene una representación a su altura.

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Muchos han acusado al cineasta de inventarse una supuesta homosexualidad de Cervantes para generar controversia y que eso se muestre en la taquilla. Da igual que hablen mal de ti. Lo importante es que hablen. O eso parecen creer los que critican abiertamente a 'El cautivo'. Lo que no saben es que Amenábar ha contado como consultor con José Manuel Lucía Megías, catedrático de la UCM (Universidad Complutense de Madrid), biógrafo de Cervantes y autor de 'Cervantes íntimo. Amor y sexo en los Siglos de Oro' (Plaza & Janés, 2025).

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Ese escrito ha sido el que ha usado de base Amenábar para estructurar gran parte de su película. Y hemos tenido la oportunidad de hablar con él para que nos cuente cómo ha sido trabajar con uno de nuestros grandes directores y, sobre todo, cómo ve él la polémica suscitada alrededor del estreno de la película.

Pregunta: Su nuevo libro, 'Cervantes íntimo', aborda el lado más personal (y sexual) del autor del Quijote. ¿Por qué decidió explorar esta faceta que, hasta ahora, había quedado más en la sombra?

Respuesta: Después de haber escrito más de mil páginas en mi biografía en tres tomos que publicó la Editorial EDAF entre 2016 y 2019 ('La juventud de Cervantes', 'La madurez de Cervantes' y 'La plenitud de Cervantes'), me di cuenta de que, como la mayoría de los biógrafos, había dejado la sexualidad en los márgenes, que solo le había dedicado algunas páginas. Y dado que mi línea de investigación se centra en rescatar al Cervantes-hombre frente al Cervantes-personaje y al Cervantes-mito, me dije que había llegado el momento de tratar de una manera monográfica este tema, que es un tema innato a todo hombre y mujer, a todos nosotros. Ha llegado el momento de analizar cómo se han ido construyendo los mitos a lo largo de los siglos y también como podemos llegar a un mejor conocimiento de la sexualidad de Cervantes, que es insertándolo en lo mucho que conocemos de su tiempo. 

P: La película 'El cautivo', en la que ha colaborado como asesor filológico y cervantista, también juega con esa dimensión íntima de Cervantes. ¿Cómo ha sido su papel a la hora de equilibrar el rigor histórico con las licencias narrativas propias del cine?

R: Si Alejandro Amenábar hubiera querido hacer en 'El cautivo' un biopic de Cervantes, mi trabajo hubiera consistido en encontrar ese equilibrio entre el científico (lo que sabemos o creemos saber de lo que sucedió) y el artista (la creación de una ficción con sus propias normas). Pero no es el caso. 'El cautivo' no cuenta la vida de Cervantes en Argel. 'El cautivo' es una ficción cinematográfica construida por Alejandro Amenábar que cuenta su particular mirada, su particular ficción de una historia de amor, de búsqueda de la libertad, de tolerancia, del valor de la literatura en la sociedad, y de traiciones, envidas y celos… una historia apasionante, llena de lecturas y de capas de interpretación, como nos tiene acostumbrados Amenábar en sus obras.

P: Hablar de la homosexualidad o bisexualidad de Cervantes genera debate. ¿Qué evidencias reales tenemos para sostener esta hipótesis, y qué parte sigue siendo, inevitablemente, conjetura?

R: A muchos les parece que Alejandro Amenábar se ha sacado el tema de la sexualidad cervantina de la manga. Incluso he leído por ahí que alguien defiende que lo ha hecho para generar escándalo y así promocionar su película. ¡Cuánto cuñado hay suelto! Desde el siglo XVIII se ha ido construyendo un mito ejemplar y heroico sobre Cervantes, basado en la propia imagen que él quiso proporcionar a sus contemporáneos. Y en los años ochenta del siglo XX, como uno más de esos vientos de modernidad que nos permitieron soñar en un mundo más libre, se comenzó a estudiar la sexualidad de nuestros creadores con nuevas miradas, y así comenzó a construirse el mito de la homosexualidad de Cervantes. Y escribo “mito de la homosexualidad” porque, como creo demostrar en mi libro 'Cervantes íntimo', es también una construcción a partir de una lectura interesada de algunos datos o hipótesis para crear una nueva imagen de Cervantes, alejado de su vida. Creo que estamos ante un polémica falsa, que no nos lleva a ningún sitio: tan solo al enfrentamiento y a la disputa.

P: Algunos críticos temen que el público se quede con una visión “inventada” del escritor a través de la película. ¿Hasta qué punto cree usted que el cine tiene derecho a ficcionar la vida de un personaje histórico?

R: Cuando vamos a ver una película histórica o leemos una novela histórica creo que todos somos conscientes de que no estamos ni viendo un documental ni tampoco leyendo un ensayo académico. Son ficciones y como tal las debemos disfrutar. Los que se rasgan las vestiduras pensando en que millones de personas puedan acercarse a conocer un poco más a Cervantes a partir de la mirada artística de Alejandro Amenábar, son los que ayer se quejaban de que nadie sabe nada de Cervantes ni nadie ha leído el Quijote, en especial las generaciones más jóvenes. Yo lo vivo de manera diferente: estamos viviendo este mes de septiembre un momento histórico. Después de tanto tiempo, Cervantes tiene, ¡por fin!, la gran película que se merece, el diálogo directo con un gran director. Y esta película nos está permitiendo que en este mes de Cervantes estemos hablando de Cervantes.

P: ¿Cree que en España seguimos teniendo miedo de hablar abiertamente de la sexualidad de nuestros clásicos, mientras que en otros países se revisa sin tanta polémica?

R: Siempre tengo la impresión de que pensamos que otros países siempre lo hacen mejor que nosotros. Aquí, con nuestra cultura católica a cuestas que nos ha llenado de pecado, cualquier aspecto que pueda dar placer, la verdad es que es complicado hablar de sexo y de sexualidad. Y no solo de nuestros clásicos. Cuando comencé a escribir 'Cervantes íntimo' sentí también yo una cierta de parálisis, hasta que encontré en el tono humorístico el camino para adentrarme en el tema con total libertad. Por eso, el libro se lee de una manera amena, e incluso me invento entrevistas de la revista del corazón cuando tengo que hablar del libro de Fernando Arrabal, por ejemplo. La verdad es que hablar de la sexualidad de Cervantes me resulta algo semejante a hablar de la vida sexual de nuestros padres.

P: El título de la película, 'El cautivo', remite tanto al episodio autobiográfico de Cervantes en Argel como a la idea de un hombre atrapado por sus pasiones. ¿Qué le parece esta lectura simbólica? 

R: En realidad, 'El cautivo' juega con los dos planos de la película, que lo es de la literatura, y que está tan presente en la obra de Cervantes como en la obra anterior de Alejandro Amenábar: los límites entre la ficción de la realidad. Pues, por un lado, 'El cautivo' hace alusión al Cervantes hombre que permaneció cautivo en Argel desde 1575 hasta 1580, es decir, “la realidad”, pero también hace alusión al cuento 'El cautivo' que escribió Cervantes seguramente en los años 90 del siglo XVI, donde cuenta la historia del cautiverio de un capitán en Argel, y que es el centro, el corazón de la película de Amenábar, es decir, “la ficción”.

P: Como académico, ¿teme que el debate sobre la sexualidad de Cervantes eclipse otros aspectos fundamentales de su vida y obra?

R: No, al revés. Creo que ha llegado el momento de acercarnos a este tema, que es fundamental si queremos, como es mi intención, acercarnos al Cervantes-hombre. Creo que lo que nos lleva a ningún lugar son polémicas falsas, el ataque y el insulto, que, como el odio, son abismos y no caminos. La película de Alejandro Amenábar ha conseguido lo que muchos académicos venimos soñando: que Cervantes, que detalles de su vida y de su obra, se conviertan en conversación cotidiano.

P: ¿Qué gana la imagen de Cervantes al ser reinterpretado en la pantalla grande? 

R: Estar presente en la sociedad. Y espero que la película de Alejandro Amenábar, que repito, es la primera gran película que aborda la vida de Cervantes (y aquí sí que tenemos que aprender de lo que han hecho los anglosajones con Shakespeare, uno de los tipos más aburridos y con una vida más anodina que conozco), sea la primera de muchas otras que aborden la vida de Cervantes, algunos aspectos de la vida de Cervantes, que es apasionante, como creo que he puesto de manifiesto en mi biografía de la editorial Edaf.

P: ¿Cómo ha sido trabajar con Alejandro Amenábar en esta película? ¿Ha habido choques entre la visión del cervantista y la del cineasta?

R: Ha sido una experiencia enriquecedora. Cuando me incorporé al proyecto en julio de 2023, en la versión 06 del guion, estaba todo muy avanzado, y me encantó la película, la ficción cinematográfica que tenía en la cabeza Alejandro, cómo había construido un artefacto literario, artístico lleno de guiños y de lectura. El trabajo con Alejandro Amenábar, así como con todo el equipo de la Dirección de Arte, ha sido fluido y ha sido muy verdadero. Hay una expresión que creo que define muy bien esta magnífica comunicación que hemos tenido: “oído cocina”, que era la contestación de Alejandro Amenábar cuando le enviaba alguna sugerencia o le contestaba a alguna de sus dudas.