Juan Manuel del Rey, del Corral de la Morería: "La muerte de los tablaos es la muerte del flamenco"

  • Los tablaos flamencos viven de los extranjeros y la falta de turismo internacional les está abocando al cierre

  • El Corral de la Morería y otros tablaos han creado una asociación nacional para gestionar la situación juntos y solicitar una salida a las instituciones

  • Casa Patas, uno de los locales míticos de Madrid, ya ha cerrado y su director augura un "efecto dominó" con el resto

Al llegar a la calle de la Morería, 17 (Las Vistillas, Madrid) y abrir la puerta de la sala, le impresionó la oscuridad que encontró. Y no fue porque estaban cerradas las contraventanas, lo que llenó de sombras el reencuentro de Juan Manuel del Rey con su local, el Corral de la Morería, fue verlo así de vacío y "triste", cuenta pensativo. Desde que abrió en 1956, este mítico tablao flamenco de Madrid no había cerrado nunca; excepto cada 24 de diciembre para que los empleados pudieran celebrar Nochebuena, aclara del Rey.

64 años de historia, y con historias de flamenco, que se interrumpieron el 14 de marzo al declararse el confinamiento por el coronavirus. Desde entonces están lidiando con un futuro incierto. Los trabajadores en un ERTE y los dueños sin ingresos pero pagando facturas (luz, seguros, alquiler...).

"Es muy difícil sobrevivir así. Los tablaos flamencos lo estamos pasando mal. Somos de los sectores más castigados de España. Como pronto podremos abrir en el primer trimestre de 2021. Muchos no pueden aguantar y están cerrando", explica del Rey.

Es lo que ha pasado con Casa Patas, uno de los tablaos más famosos de la capital. Tanto tiempo sin ingresos ha podido con él. Hace poco anunció su cierre: "Ha provocado el estupor de mucha gente pero ahora carecería de lógica abrir. Me ofrecen hacer crowdfunding pero la manera de luchar es cerrar y cuando vuelva a ser viable, entonces sí hacer un esfuerzo", explicó a los medios Martín Guerrero, hijo del fundador de Casa Patas y actual director.

También tiene previsto cerrar el Café de Chinitas, otro de los locales míticos de la capital. De momento solo dicen en su página web que están esperando para abrir, pero NIUS ha podido saber que, muy a su pesar, su intención es seguir el camino del cierre, como Casa Patas.

"Los tablaos lo tenemos complicado porque para poder abrir se tienen que cumplir dos factores que hoy por hoy no son posibles: primero, que regrese el turismo internacional, y segundo, que podamos tener el 100% del aforo, y para eso queda mucho", explica Del Rey, tras aclarar que, como media, los locales de flamenco suelen admitir a unas 80 personas. "Con 40 solo no sería rentable. Hay que pagar los sueldos, el local, a los artistas...", añade.

"Ese 'guiri' que algunos parecen despreciar tanto""

Al margen del aforo, que (de momento) no haya turismo internacional es su verdadera ruina:"El 80% del público que asiste a este tipo de salas son extranjeros, como lo es la mayoría del público que va al Museo del Prado o de los restaurantes con tres estrellas Michelín", comenta Del Rey defendiendo a su audiencia.

"Ninguna infraestructura privada de flamenco con finalidad comercial (unas cien en España) existiría sin ese guiri", asegura Guerrero, quien, tras anunciar el cierre de Casa Patas, pronostica el cierre de muchos más: "Los tablaos van a cerrar todos en los próximos dos meses, precisamente porque perdemos a esos extranjeros. Nuestro cierre ha provocado mucha impresión en el ambiente cultural pero esto va a ser como un juego de dominó".

John Lennon, clases de guitarra hasta el amanecer

Guiris o simplemente extranjeros como los Rolling Stones, el Che Guevara, Frank Sinatra, Nicole Kidman, Harrison Ford y muchos, muchos más que han disfrutado del espectáculo del Corral de la Morería dejando anécdotas que recordar.

"La noche que vinieron los Beatles, John Lennon no se fue hasta la mañana siguiente, ya con el sol. Se quedó toda la noche tocando y aprendiendo con nuestro guitarrista principal", rememora Del Rey riendo.

Pero no solo Lennon quedó encantado con el Corral. Hace menos tiempo, un Justin Bieber en pleno éxito tuvo que salir por la puerta de atrás huyendo de las más de 400 fans que se agolpaban en la puerta. Antes de irse, quiso hacerse una fotografía de recuerdo con Armando del Rey, hermano de Juan Manuel, que es quien nos cuenta la anécdota. Como esa tiene miles. Son muchos años compartiendo emociones de noches míticas.

Una estrella Michelin para "lo más grande del flamenco"

"Por aquí ha pasado lo más grande del flamenco, desde Pastora Imperio hasta Paco de Lucía, Antonio Gades, la Paquera de Jerez, Isabel Pantoja...", cuenta Del Rey, que es uno de los dos hijos de la mítica bailaora y coreógrafa Blanca del Rey. Ella también ha bailado en un tablao que tiene además el honor de haber sido galardonado por el Festival del Cante de las Minas con el Premio al Mejor Tablao Flamenco del Mundo, y cuyo restaurante cuenta con una estrella Michelín, con la cocina dirigida por el chef David García.

"La muerte de los tablaos es también la muerte de los artistas de flamenco. La mayoría sobreviven de sus actuaciones en nuestras salas. Solo un 10% vive de las compañías discográficas. Si se quedan sin trabajo se acaba el flamenco", cuenta con pesar Del Rey.

Rosalía vendió 30 entradas en Casa Patas para su debut en Madrid

La primera actuación en Madrid de Rosalía, para la que se vendieron 30 entradas, fue en Casa Patas, el céntrico tablao que ha decidido hacer un paréntesis en sus 32 años de flamenco. Y no solo Rosalía, casi todos los artistas del flamenco pasan por alguna o varias de las casi 100 salas que hay en España, como comenta Del Rey.

"Estamos al habla con las instituciones para ver si nos ayudan a salir de esta. Además hemos creado la Asociación Nacional de Tablaos Flamencos de España para luchar todos juntos. La presentamos el martes 9 a través de Instagram. De momento estamos una treintena pero confío en que en breve estemos todos", cuenta Del Rey, quien también pertenece a la Asociación de Salas Flamencas de Madrid.

En la capital hay una veintena de locales dedicados a actuaciones de este arte, por eso se dice de Madrid que es la catedral del flamenco. Todo artista que empieza sueña con actuar en Madrid. Un sueño que, por culpa de la crisis acarreada con la COVID-19 y sus consecuencias, es hoy por hoy una pesadilla, tan oscura como el local cerrado que tanta tristeza le produce a Del Rey.

Aunque él no pierde la esperanza: "Yo soy optimista. Quiero serlo, creo que será difícil, pero seguro que encontramos una solución. No podemos dejar que desaparezca el flamenco. Es parte de España, de nuestro patrimonio", insiste.

Y como despedida nos cuenta cómo, gracias a su padre, una jovencísima Farah Diba conoció a su futuro marido, Mohammad Reza Pahlaví, el shah de Persia: "El shah estaba en nuestra sala con su séquito, y coincidió con un grupo de estudiantes iraníes. Una de las chicas le pidió a mi padre que se lo presentara. Era Farah Diba. Un año después se casaron", cuenta.

Por eso cree en la magia de los tablaos y piensa que tanto arte merece una oportunidad, y no puede, ni debe morir por el coronavirus.