La ópera vuelve a Barcelona con la reapertura del Liceu

  • La ópera llena un teatro que ha permanecido vacío durante 7 meses

  • Piotr Beczala y Sondra Radvanovsky abrieron la temporada

  • El Liceu ha destinado 480.000 euros para garantizar la seguridad

Por fin se ha roto el silencio en el Liceo de Barcelona. De nuevo la ópera llena un teatro que ha permanecido vacío durante 7 meses. Tras la mascarilla se esconden rostos de felicidad porque vuelven a subir las escaleras del Gran Teatre para disfrutar de voces privilegiadas, apagadas durante este tiempo. Todo un regalo para los oídos y un reencuentro más que esperado con la cultura.

El tenor Piotr Beczala y la soprano Sondra Radvanovsky abrieron la temporada 2020-2021 en el Gran Teatre del Liceu de Barcelona este domingo, acompañados de Camillo Radicke al piano, con arias y dúos de Verdi, Puccini, Giordano y Mascagni con los que "ofrecer esperanza" a los espectadores.

Según ha recordado el director artístico del Liceu, Víctor Garcia de Gomar, se trata de la segunda vez que los cantantes actúan juntos en la sala, tras su "recordadísima" actuación en el 2019 de la ópera 'Luisa Miller' de Verdi.

Para Garcia de Gomar, tener a ambos cantantes en el teatro lírico es "excepcional", y ha asegurado que el dúo ya se ha convertido en una de las parejas más importantes del mundo de la ópera de la historia, junto a Plácido Domingo y Montserrat Caballé, entre otros.

Medidas de seguridad

El Liceu ha destinado 480.000 euros para garantizar el cumplimiento de las medidas de seguridad frente al coronavirus: renovación de aire permanente, los asistentes reciben una recomendación de la hora de llegada para evitar colas, no hay servicio de guardarropía ni de venta de entradas físicas, y en su lugar existe una ampliación del servició de atención al cliente, entre otras medidas.

A la entrada se les toma la temperatura y, como no, es necesario lavarse las manos con gel hidroalcoholico. Adiós al programa en papel de toda la vida, ahora hay que acceder a él mediante un código QR. El aforo se encuentra limitado a un 50% -lo que suponen 1.144 localidades disponibles en el Liceu-, y los asistentes deben sentarse en asientos alternos.

Pretenden mantener esta situación durante bastante tiempo para "dar la máxima estabilidad posible en la incertidumbre", aunque esto podría cambiar en el caso de que Barcelona entrara en el nivel tres de control epidemiológico, que pone un límite de 1.000 asistentes.

También han explicado que abren temporada con 1.500 abonados menos, lo que supone un descenso del 11%, aunque han asegurado que en sus estimaciones presupuestarias habían previsto perder el 20% de los abonados.