Una exconcursante de ‘realities’ gana dinero vendiendo sus flatulencias envasadas

  • Stephanie Matto puede llegar a ganar 44.155 euros en una semana vendiendo sus flatulencias

  • "Pensé que los pedos eran un gran nicho, pero también algo divertido, peculiar y diferente", señala la joven checa

  • Cada envase es personalizado, con una nota dirigida al cliente y pétalos de flores

La influencer Stephanie Matto aumentó su fama a raíz de concursar en el reality australiano '90 Day Fiancé', en el que tenía tres meses para casarse con su prometida, Erika Owens, si quería permanecer en los Estados Unidos. Ahora, la joven, oriunda de la República Checa, ha saltado a la palestra nuevamente por el negocio escatológico que acaba de poner en marcha: vende sus propias flatulencias en tarros de cristal.

De hecho, parece ser que eso de vender sus pedos envasados le va viento en popa porque, según comenta ella misma, puede llegar a ganar hasta 50.000 dólares (44.155 euros) por semana.

Matto: "los pedos, algo divertido, peculiar y diferente"

La desastrosa relación con su novia, de la que los espectadores fueron testigos en el programa, llevó a Stephanie Matto a aumentar el número de seguidores en las redes sociales. Pero este ha repuntado exponencialmente a raíz de su próspero negocio empresarial. En una entrevista para 'BuzzFeed', Matto explicó el motivo de esta escatológica idea: "Pensé que los pedos eran un gran nicho, pero también algo divertido, peculiar y diferente".

Y parece ser que no se equivoca porque todo se precipitó "debido a la demanda popular". Y es que "a lo largo de los años, he recibido algunos mensajes de hombres y mujeres que quieren comprar mis sostenes, bragas, pelo, agua de baño... usados". Por tanto, la influencer tan solo ha aprovechado "un mercado enorme" y con "un potencial infinito".

"Estoy agradecida de poder entretener, iniciar debates y discusiones, y abrir los ojos de las personas a diferentes formas de vida", reconocía Matto. Al fin y al cabo, su idea de vender las flatulencias envasadas "¡es casi como un artículo novedoso!".

Para conseguir generar el mayor número de ventosidades posibles, Matto come frijoles, muffins de proteínas, huevos duros, batidos de proteínas y yogures durante el desayuno. Después, embotella el pedo en un frasco de vidrio, cierra la tapa y lo envía por 992 dólares (876 euros) cada uno.

Además, cada envase es personalizado, puesto que, aparte de incluir una nota dirigida al cliente, suele introducir en el frasco en cuestión "pequeños pétalos de flores" porque "adhieren el aroma y lo hacen durar más".