Manolo 'el del Bombo', el fiel acompañante de la selección española de fútbol en torneos, copas y mundiales
Manolo el del bombo se hacía llamar el jugador número 13 de España
La última aparición pública de Manolo 'el del Bombo' fue en el estadio de Mestalla, en un partido de España ante Países Bajos, el pasado mes de marzo
Muere Manolo 'el del Bombo', el aficionado más icónico de la Selección, a los 76 años de edad
'Manolo el del Bombo' nació como Manolo Cáceres Artesero, pero el primero resultó ser su verdadero nombre y por el que toda España lo conocía. Se había convertido en el seguidor más activo y fiel de la selección española de fútbol dondequiera que esta jugara y siempre con su omnipresente bombo. Así asistió a 10 Mundiales y ocho Eurocopas de la selección española desde 1982.
Manolo el del Bombo siempre estaba ahí, desde entonces, cuando España era anfitrión. Un hincha incondicional y pintoresco que animó a la selección nacional en 10 Mundiales: España '82, México '86, Italia '90, Estados Unidos '94, Francia '98, Corea y Japón 2002, Alemania 2006, Sudáfrica 2010, Brasil 2014 y Rusia 2018. Pero también su bombo sonó celebrando en ocho Eurocopas.
Este hombre, nacido en un pueblo manchego, no se perdía ningún partido de la selección nacional, ni siquiera los amistosos o los de clasificación. Para él todos los encuentros eran importantes y de esta fidelidad a La Roja hizo su 'religión'.
De los únicos encuentros que se perdió Manolo el del Bombo fue el Mundial de Qatar, adonde no pudo acudir por cuestiones económica. La RFEF le dio las entradas para los partidos y los vuelos, pero el tenía que pagarse su alojamiento y sus finanzas no llegaron para la histórica cita.
El empresario que perdió el bar por su pasión por el fútbol
En varias ocasiones 'Manolo el del bombo' había contado a los medios sus penurias económicas de los últimos años al dedicarse en cuerpo y alma al fútbol dejando cerrado el bar, de su propiedad, en Moncófar.
“Me iba a muchos partidos y dejaba el bar cerrado. Hace cuatro años yo no tenía ni para comer. Un amigo puso un anuncio en internet y la gente me daba cien euros, cincuenta euros, otro cuarenta, veinte… Pero de jugadores, no. Tampoco quiero nada, pero la gente te pregunta: ‘Oye, ¿los jugadores se portan bien y tal? Para mí son buenos todos, pero ninguno nunca te ha dicho: 'Toma, Manolo'”, ha contado en unas declaraciones que publicó La Vanguardia.
Su situación llegó al extremo que este fiel seguidor de La Roja se tuvo que plantear en 2020 vender el bombo, su inseparable compañero en las gradas de los estadios de medio mundo, donde animó a la selección española.
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