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Esta semana hemos contado, entre otras cosas, que los precios echan el freno, que el registro de viviendas se hundió en agosto o que se siguen acumulando datos que certifican la desaceleración de la economía.
Otros datos se han quedado fuera de nuestras noticias y que recogemos ahora. Empezamos mirando a un continente que olvidamos a menudo y del que normalmente solo nos llegan malas noticias. Hoy, cambiamos las tornas.
Ruanda estrena los primeros móviles fabricados no solo en el país, también en el continente africano. La compañía Mara Phones lanza dos modelos, el Mara X y el Mara Z, con sistema operativo Android. Todos los componentes se fabrican en territorio ruandés. En precio, los aparatos no son competitivos. El más barato cuesta unos 120 euros y otros modelos fabricados en Corea pueden adquirirse por apenas 45 euros. Pero la compañía espera llegar al público de alto poder adquisitivo y beneficiarse del acuerdo de libre comercio en África.
La noticia es más que esperanzadora porque Ruanda todavía trata de cerrar las profundas heridas que dejó el genocidio de la etnia tutsi a mediados de los años noventa. Entonces tenía un 70% de población en el umbral de la pobreza, que se ha reducido hasta el 39% actual. La economía ruandesa es una de las que más despunta en África: creció un 9,5% en 2018. Según el Foro Económico Mundial, Ruanda es el cuarto país del mundo más inclusivo para la mujer. Más de la mitad de congresistas son mujeres. Es también parte de la política de reconstrucción nacional tras la guerra civil, que dejó un éxodo masivo.
Y ahora llega la paradoja porque el 72% de los ruandeses tienen móviles, según el informe del Banco Mundial y apenas la mitad, el 34% tiene acceso a la electricidad. Así que también florecen las franquicias de quioscos móviles con paneles solares donde los usuarios pueden conectarse por un módico precio y recargar su móvil.
Ya es posible gracias al Ministerio de Hacienda y nosotras te lo ponemos muy fácil aquí:
A vuelapluma, unas cuantas pinceladas:
Esta vez hablamos de pérdidas que se quedarán en las fronteras porque las empresas británicas y de la Unión Europea se dejarán 17.000 millones de euros al año en las aduanas. Una cantidad enorme de dinero que se irá por el sumidero de la burocracia. Los cálculos son de la empresa HM Revenue & Costumes, especializada en estos trámites de frontera y contrastan con la afirmación de Boris Johnson de que el Brexit supondría un ahorro de unos mil millones de euros al mes.
La cantidad se ha estimado tomando como referencia los 215.000 envíos de mercancías que cruzaron las fronteras entre Reino Unido y la Unión Europea (en ambos sentidos) en 2017. Se ha considerado que cubrir los documentos necesarios para cada envío llevaría unas dos horas. La estimación no tiene en cuenta otros conceptos como el IVA, que podrían suponer costes añadidos.
Las exportaciones de Alemania cayeron un 1,8% en agosto respecto al mes anterior y un significativo 3,9% en un año. Alemania vendió por valor de 101.200 millones de euros. Todo un síntoma de cómo va el mercado mundial porque la economía alemana se nutre, básicamente, de vender fuera de sus fronteras. Precisamente porque el consumo no es su fuerte, las importaciones cayeron un 3,1% en un año, según la Oficina Federal de Estadísitica, Destatis y, al final Alemania le quedan disponibles 18.100 millones de euros de superávit.
La Unión Europea quiere que este superávit comercial y también el presupuestario se traduzca en más inversión para que la locomotora de Europa, que puede quemar recursos, tire de la economía de la UE. La demanda de que aporte más al BICC, el nuevo presupuesto comutario se encargó de difundirla el actual Comisario europeo de Asuntos Económicos y Financieros, Pierre Moscovici, tras la reunión del Eurogrupo de este jueves.
El índice de confianza empresarial armonizado (ICEA) que elabora el Instituto Nacional de Estadística (INE) recopila datos desde 2013 y nunca se había desplomado tanto: ha caído un 2,9 % de cara al cuarto trimestre de este año.
Sólo el 16,7 % de los responsables de empresas considera que la marcha de su negocio será favorable en el cuarto trimestre de 2019, mientras que el 19,4 % opina que será desfavorable y 63,9 % restante cree que será normal.
Los cinco sectores analizados disminuyen su confianza respecto al trimestre anterior. Encabeza el retroceso la construcción, con un 3,7 % seguida de industria y hostelería que cae un 2,9 %, mientras que otros servicios lo hacen un 3,3 % y el comercio un 1,6 %.
Por el tamaño de la empresa, el mayor descenso de confianza está en las más pequeñas, las que tienen entre 10 y 49 trabajadores, seguidas de las de menos de 10 empleados. Por comunidades, los mayores descensos se producen en Extremadura, País Vasco y Baleares .