{{#section.link.href}}
{{section.link.title}}
{{/section.link.href}}
De pagar 14 euros el megavatio hora (MWh) a las seis de la mañana a 238 euros a las nueve de la noche. Es el abismal rango de precios que se vivió este miércoles en el mercado mayorista de la electricidad en España. Un vaivén que también afecta a la factura de luz doméstica y empresarial. Este jueves, en cambio, las variaciones horarias son menores, pero el precio medio se duplica. ¿Qué causa estas oscilaciones tan abruptas? Pues depende en gran parte de si hay viento o no.
La eólica es la energía que más potencia instalada tiene en nuestro país. De hecho, cuando hay mucho viento, hay horas en las que puede llegar a producir lo mismo que 17 reactores nucleares juntos. En estos momentos del día, la electricidad es muy barata, ya que el coste de las energías renovables es bajo.
Pero, el viento es inconstante y almacenar energía para usarla más tarde es complicado y caro a gran escala. Con lo que es necesario recurrir a otras fuentes. Especialmente, cuando se acerca la noche. Las ráfagas decrecen y tampoco funciona la otra renovable estrella, la solar fotovoltaica. Ahí es donde entra la quema del gas natural, que se usa en el ciclo combinado.
Debido a la escasez de las reservas este año, el precio del gas lleva meses disparado. Así, a la mínima que entra en el mix energético, el precio de todas las energías sube. Esto ocurre porque el mercado eléctrico español funciona con el sistema marginalista: la energía más cara de cada hora marca el precio del resto.
El resultado es que, a las horas que dependemos mayoritariamente de las renovables, la luz es barata. Sobre todo por las mañanas, cuando corre la brisa, y al mediodía, cuando hay más rayos de sol. Este miércoles, por ejemplo, rondó los 14 euros/MWh en esas horas, cuando la eólica supuso hasta el 62% de la energía producida.
En todas las horas del día los molinos produjeron entre 17.000 y 20.400 MWh y supuso más de la mitad de la energía generada. El problema es que, en cuanto entró el ciclo combinado, a partir de las ocho de la tarde, los precios escalaron hasta los 238 euros el megavatio hora. Y eso que solo funcionó tres horas y en su punto álgido apenas generó 749 MWh, 27 veces menos que la hora de mayor producción de los aerogeneradores.
Con la hidráulica ocurre algo similar, ya que al ser la única renovable de peso que puede cubrir la falta de viento y sol con la caída de la noche, tiende a tener precios más "inflados". Por lo que su aparición repentino en el mix también dispara el coste de la luz. Esto suele ocurrir más en primavera, cuando es época de lluvias y los embalses están llenos.
Así, este combo de "mucho viento y poco gas" se ha repetido en otras fechas recientes como el pasado 5 de diciembre o el 1 de noviembre. Han sido días de alta producción eólica (por encima de los 300.000 MWh) y en los que el gas solo ha entrado al final de la jornada. A pesar de la montaña rusa de precios, la buena noticia es que esos días el precio medio de la luz es mucho más bajo que en otras jornadas. Este miércoles fue 108,73 euros/MWh, frente a las jornadas récord en las que se han superado los 200 euros.
En cambio, en días como este jueves 9 de noviembre -o el pasado 27 de noviembre-, aunque los aerogeneradores también serán muy eficientes, se prevé usar gas todo el día. Entonces, la oscilación de precios será mucho menor (de un mínimo de 175,1 euros/MWh a un máximo de 252,59 euros/MWh), pero el coste medio será mucho más alto (216,74 euros).