Cómo protegerte si alquilas un coche por internet: seguros, franquicias y letra pequeña
Los precios más atractivos de alquiler de coches pueden esconder cláusulas opacas, seguros insuficientes y costes extra elevados
¿Cómo y qué comprobar al devolver un coche de alquiler?
Cada vez son más quienes planifican sus vacaciones alquilando un coche online. mayor comodidad, rapidez, ahorro… todo suena bien hasta que llega la letra pequeña. Porque tras los precios atractivos a veces se esconden algunas cláusulas más opacas, seguros insuficientes y costes por franquicia elevados, que juntos pueden convertir una escapada idílica en una pesadilla económica. Conocer estas trampas, y estas atento a la letra pequeña, son hoy habilidades esenciales para no caer en trampas.
Un seguro “incluido” que incluye bien poco
Uno de los mayores errores es confiar en que el seguro que aparece como “incluido” en la web es suficiente para cualquier vicisitud. En la mayoría de los casos, se trata de un seguro básico con franquicia, que solo cubre parcialmente los daños, no incluye asistencia en carretera y, además, deja al conductor responsable de una cantidad que suele superar los 1.000 euros.
“Muchos clientes descubren en el mostrador que ese seguro no cubre lunas, ni ruedas, ni bajos, entre otros detalles. Y además, si no se contrata un seguro adicional, se bloquea una cantidad elevada en la tarjeta de crédito”, explica Enrique García, portavoz de la OCU, que lleva años alertando sobre estas prácticas.
Lo más recomendable para estos casos es revisar si nuestra tarjeta bancaria incluye seguro de alquiler de coche (algunas lo tienen, aunque sea con condiciones). También se puede optar por contratar un seguro externo de reembolso de franquicia, que suelen ser mucho más económicos que los ofrecidos por las propias agencias, y que te devuelve el importe retenido en caso de accidente.
La franquicia: ese cargo que nadie te explica
Otro punto delicado es la franquicia. A menudo, cuando un precio de alquiler de un vehículo es más bajo de lo habitual, es porque la compañía lo compensa con una franquicia muy elevada. Esta cantidad se retiene hasta varios días, o incluso semanas, después de haber finalizado el alquiler, como medida extra de presión para contratar un seguro. En el caso de no hacerlo, se retendrá ese importe en la tarjeta de crédito como fianza.
Por eso, antes de formalizar cualquier reserva, es esencial fijarse con atención en los términos y condiciones del alquiler. Algunas agencias solo permiten el alquiler con tarjeta de crédito, exclusivamente, y pueden llegar a bloquear entre 800 y 1.500 euros, más el coste del depósito de gasolina, en muchos casos. Una cifra suficientemente alta como para llegar a generar problemas si se tiene un límite bajo o se planean realizar otros gastos durante el viaje.
Revisa el coche como si fueras un perito
La recogida y devolución del vehículo son dos momentos clave. Aunque es obligatorio entregar un parte de daños previo, siempre conviene inspeccionar el coche con calma, tanto por fuera como por dentro, y hacer fotos de cualquier arañazo, abolladura o mancha, tanto si están reflejadas en el parte, como si no lo están. También conviene grabar un breve vídeo panorámico. Y no olvides repetir la operación al devolverlo.
En las fotos y vídeos realizados con el móvil se marca la hora y lugar de realización, por lo que serviría como prueba del estado del vehículo. No son pocos los usuarios que han denunciado cobros indebidos por daños que, aseguran, ya estaban presentes. En estos casos, si no contamos con pruebas gráficas, será tu palabra contra la de la empresa.
Extras que se convierten en sobrecostes
Añadir a un conductor adicional, incluir GPS, una silla de bebé, extras relacionados con la política de combustible... todo va sumando poco a poco. Algunas compañías cobran incluso si devuelves el depósito con menos de un litro de diferencia, siendo habitual exigir que se reposte a menos de 10 kilómetros de distancia del punto de devolución (aunque esta sea una práctica ilegal). También hay otras compañías que ofrecen precios bajos en un primer momento pero aplican un coste específico más allá de una kilometraje limitado. La OCU ha denunciado que muchas tarifas “low cost” tratan de ocultar estos conceptos hasta el último paso del proceso de reserva.
Por eso es clave usar comparadores independientes que resulten fiables, como puede ser el caso de Rentalcars o Discovercars, y que incluyan filtros claros para realizar la búsqueda. Además, no podemos olvidarnos de leer al detalle, y en todos los alquileres, las condiciones completas antes de hacer clic en “aceptar”.
Con todo esto en mente, la tarea de alquilar un coche por internet puede ser una solución perfecta mucho más recomendable que ir a ‘pecho descubierto’ y no fijarse en los detalles. Esta última opción puede transformar nuestra decisión en una cascada de gastos imprevistos, por culpa de ignorar detalles como el tipo de seguro, la franquicia o las condiciones de devolución.
La regla de oro: desconfiar de lo que resulte demasiado barato, hacer capturas de pantalla de cada paso de la reserva, revisar con lupa el contrato y nunca salir del parking sin haber tomado pruebas del estado real del vehículo alquilado. Porque un coche de alquiler no es solo un medio de transporte: es también un contrato legal que conviene firmar con los ojos bien abiertos.