Consumo

Qué es el pasaporte digital de producto y cómo usarlo para consumir con responsabilidad

Pasaporte digital de producto. Telecinco.es
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Imagina escanear el código QR de una camiseta y con ello poder saber no solo dónde fue fabricada, sino también cuánta agua se usó para teñirla, si sus fibras son recicladas o si podrá repararla en el futuro. Esa es la promesa del pasaporte digital de producto, una herramienta que pretende revolucionar el consumo responsable en Europa y más allá.

De esta forma el consumidor deja de ser un actor pasivo que confía ciegamente en etiquetas verdes y se convierte en un agente informado, capaz de elegir en función del impacto ambiental, la trazabilidad y la durabilidad real de lo que compra.

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Esta es una iniciativa impulsada por la Comisión Europea en el marco del nuevo Reglamento de Ecodiseño para Productos Sostenibles (ESPR), cuya entrada en vigor se prevé para 2026. Formará parte de la Estrategia Europea de Economía Circular, que busca reducir residuos, fomentar el reciclaje y garantizar un acceso transparente a la información de productos como ropa, electrodomésticos, electrónica o baterías.

Tal y como explica la plataforma CIRPASS, organismo responsable del despliegue técnico del pasaporte, la herramienta consistirá en un “gemelo digital” del producto, lo que se materializa en una ficha en línea accesible desde códigos QR o chips NFC y en la que se detalla de qué está hecho, dónde fue producido, cuánto contamina y cómo puede ser reparado, reutilizado o reciclado.

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Lo interesante es que no será solo una herramienta para los consumidores. También permitirá a fabricantes, distribuidores y gestores de residuos acceder a información útil para mejorar la circularidad del producto y facilitar procesos logísticos y de reciclaje.

Lo que ya está ocurriendo

Aunque el pasaporte digital aún no es obligatorio, algunas marcas ya han comenzado a experimentar con sistemas similares. La firma sueca H&M y la francesa Decathlon han lanzado programas piloto con etiquetas QR que permiten conocer el origen de los materiales o las condiciones de producción de ciertas prendas.

En el ámbito tecnológico, la empresa Circularise aplica soluciones de blockchain para rastrear la procedencia de minerales en productos electrónicos, algo clave para evitar el uso de materiales conflictivos en smartphones y baterías.

La funcionalidad del pasaporte será simple: el usuario solo tendrá que escanear el código de un producto y con ello accederá a un portal donde podrá consultar la composición del artículo, incluyendo materiales reciclados o certificados, su huella de carbono e incluso instrucciones de mantenimiento y reparación o guías para su reciclaje o reutilización al final de su vida útil.

Una herramienta con implicaciones éticas

La lógica detrás del DPP va más allá del consumo consciente: también toca cuestiones sociales. Al ofrecer trazabilidad, se podrá saber si una prenda fue fabricada en condiciones laborales dignas o si un componente proviene de un país en conflicto.

Esto obliga a las empresas no solo a ser más sostenibles, sino también más transparentes y responsables, en un momento en el que los consumidores exigen coherencia entre discurso y práctica.

Aunque algunos sectores temen una sufrir una carga burocrática excesiva, las plataformas tecnológicas ya están desarrollando soluciones que integran el pasaporte digital de forma ágil y automatizada. El reto ahora es la interoperabilidad: que los sistemas sean compatibles entre sectores y países, y que el acceso a la información sea sencillo incluso para usuarios no expertos.

En definitiva, el pasaporte digital de producto no es solo una nueva herramienta de etiquetado, sino un intento de redefinir la relación entre el consumidor y el objeto. Una forma de decir que, en el siglo XXI, comprar también es un acto político.