Todo sobre el derecho a la desconexión laboral, una de las medidas estrella de la ley de la reducción de la jornada

Aunque aún está pendiente de aprobación, el texto deja claro que uno de sus pilares será el refuerzo del derecho a la desconexión
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Para muchos trabajadores, las jornadas laborales parecen no terminar nunca y los límites entre el trabajo y la vida personal llegan a desdibujarse, ¿cómo poner algo de freno a esta hiperconectividad?
El pasado 16 de mayo, se publicó en el Boletín Oficial de las Cortes Generales el proyecto de ley para la reducción de la jornada laboral. Aunque aún está pendiente de su aprobación en el Congreso, el texto deja claro que uno de sus pilares fundamentales será el refuerzo del derecho a la desconexión.
Esta medida no es solo una declaración de intenciones, sino una apuesta concreta por proteger el descanso, la intimidad y la salud mental de quienes trabajan.
Un derecho que busca garantizar los límites
La propuesta de reforma busca dar un paso firme para garantizar que las empresas respeten los horarios laborales pactados. En esencia, el derecho a la desconexión laboral implica que los trabajadores no deben recibir ni atender comunicaciones laborales fuera de su jornada, y que negarse a hacerlo no puede generar represalias ni consecuencias negativas.
¿Por qué se quiere modificar el artículo 20 bis?
Actualmente, el artículo 20 bis del Estatuto de los Trabajadores reconoce de forma general el derecho a la desconexión digital. Sin embargo, el proyecto de ley plantea una modificación para reforzar su aplicación, de modo que se prohíba expresamente cualquier contacto fuera del horario laboral, ya sea por parte de la empresa o de terceras personas relacionadas con ella.
Se trata de un enfoque más riguroso que busca evitar ambigüedades. Se establecería que los trabajadores no tienen que estar localizables fuera de su jornada, ni a través de correos, mensajes, llamadas u otros medios digitales. El objetivo es que el descanso no se vea interrumpido por tareas, peticiones o notificaciones que puedan posponerse.
Una de las novedades más significativas de esta reforma es que el derecho a la desconexión será irrenunciable. Esto significa que ningún trabajador podrá renunciar a él, ni siquiera por voluntad propia o a través de un acuerdo con la empresa. Se blinda así este derecho para que no pueda ser debilitado en la práctica laboral.
Qué implica esto para empresas y empleados
Las empresas estarán obligadas a garantizar este derecho activamente. Deberán abstenerse de contactar con sus empleados fuera del horario pactado, así como establecer mecanismos para que los canales digitales no se conviertan en una vía permanente de trabajo. La medida busca no solo proteger el tiempo libre, sino también reducir el impacto del estrés y la fatiga tecnológica.
Además, el rechazo a una llamada o correo fuera del horario no podrá utilizarse como argumento para sancionar o evaluar negativamente al trabajador. Este punto resulta clave para evitar situaciones de presión o chantaje encubierto, que podrían minar la efectividad de la desconexión digital.
El proyecto de ley también establece que la negociación colectiva será clave para definir cómo se aplicará este derecho en cada empresa. A través de acuerdos sectoriales o convenios internos, se podrán especificar las medidas necesarias para protegerlo, desde horarios de silencio digital hasta herramientas de formación y sensibilización.
Bienestar y conciliación como ejes centrales
La norma busca ir más allá del simple cumplimiento legal. Plantea que las medidas de desconexión sirvan también para promover el bienestar de los trabajadores y facilitar la conciliación entre la vida laboral, personal y familiar.
Eso sí, el texto también contempla ciertas excepciones. En casos de urgencia o riesgo grave, justificados y definidos en los convenios, la empresa podría contactar con sus trabajadores fuera del horario habitual. Sin embargo, estas situaciones deberán estar perfectamente justificadas y no podrán convertirse en la norma.
Otro aspecto importante del proyecto de ley es la protección legal frente a posibles consecuencias negativas por ejercer el derecho a la desconexión. Se refuerza el principio de garantía de indemnidad, ya recogido en el artículo 17 del Estatuto de los Trabajadores, que declara nulas cualquier represalia o discriminación relacionada con el ejercicio de derechos laborales.
Este blindaje legal permite a los trabajadores ejercer su derecho sin miedo. El mensaje es claro: defender tu tiempo libre no puede convertirse en un motivo para perder oportunidades ni recibir un trato injusto. Con esta medida, se da un paso importante hacia un modelo de trabajo más saludable y equitativo.
El proyecto de ley no olvida a quienes desarrollan su actividad a distancia. De forma paralela, se propone la modificación del art ículo 18 de la Ley 10/2021 de trabajo a distancia, para garantizar que el derecho a la desconexión se aplique igualmente en el entorno del teletrabajo.
Esto resulta especialmente relevante, ya que muchos teletrabajadores afirman no poder desconectar del todo debido a la flexibilidad mal entendida de este modelo. Con esta inclusión, se busca equilibrar derechos y evitar que la tecnología se convierta en una excusa para estar disponibles las 24 horas del día.
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