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El Instituto Nacional de Estadística (INE) lanzó a mediados de septiembre del año pasado el Atlas de Distribución de renta de los hogares que, por primera vez, permitía conocer los datos de renta por barrios en toda España. Una herramienta que muchos utilizaron para comparar sus ingresos con los de sus vecinos o con los de las personas que residen en otras áreas de cualquier ciudad.
Ahora, se ha dado un paso más y se ha comenzado a publicar el desglose por la procedencia de esas rentas. Y al mismo nivel de detalle. En concreto, para zonas geográficas con al menos 100 habitantes.
Los datos harán las delicias para todo aquel que quiera “cotillear” si en el barrio que viven sus suegros la mayoría de ingresos proceden de pensiones, o si en el de sus mejores amigos emanan de salarios o de prestaciones por desempleo.
En definitiva, además de poder detectar el barrio rico y el barrio pobre, ahora se podrá conocer también de dónde proceden los ingresos en cada uno de ellos. Toda esta información está disponible en la web del INE.
El principal objetivo de este Atlas es ofrecer datos al máximo nivel de detalle posible. De hecho, no se publica información nacional, por comunidad autónoma o por provincia. Sólo a nivel municipal e inframunicipal.
NIUS ha recopilado información acerca de la distribución por fuente de ingresos de la renta por persona para las 29 ciudades españolas con más de 200.000 habitantes. Y, según estos datos, el 61% de los ingresos medios anuales proviene de salarios.
Por su parte, un 27% procede de pensiones o prestaciones que, prácticamente en su totalidad, las abona el Estado (a excepción de las cantidades percibidas por planes privados). Aquí se contemplan tanto las pensiones de jubilación como las de orfandad, viudedad o invalidez. En cuanto a las prestaciones, las que tienen mayor peso son las de desempleo, aunque también figuran otras, como las de maternidad, enfermedad y otras ayudas sociales.
El restante 12% de la renta de los habitantes de las grandes urbes españolas tiene su origen en otros ingresos (rendimientos de actividades económicas y rentas).
Las personas que residen en Hospitalet de Llobregat perciben un 71,3% de sus ingresos a través de nóminas. En el resto de las grandes ciudades de España el peso salarial también es muy elevado en Tarrasa (66,1%), Móstoles (65,3%) y Badalona (63,6%). Llama la atención que todas ellas son ciudades ‘dormitorio’ de Barcelona o Madrid.
En términos monetarios, sin embargo, cabe destacar que los importes medios brutos por persona de los salarios en estas ciudades ‘dormitorio’ son bastante inferiores a los de sus capitales de referencia. En ninguna de ellas se superan los 9.000 euros, frente a los casi 12.000 de Barcelona y los más de 12.500 de Madrid.
En el lado contrario, las grandes urbes con menor peso salarial en sus rentas son Granada, Pamplona, Oviedo, La Coruña, Valencia y Valladolid (todas por debajo del 58% del total de ingresos).
De cada 100 euros que ingresa al año cada persona que vive en Gijón, casi 30 proceden de pensiones (el 29,2%). Es la gran ciudad con mayor porcentaje de ganancias por este tipo, lo que está muy relacionado con su estructura poblacional. Tiene la mayor edad media (47,3 años) y el porcentaje más elevado de población de 65 o más años (25,5%).
Pamplona y Valladolid completan el podio de grandes ciudades con mayor peso de las pensiones en los ingresos de sus habitantes (con el 27% y 26,4%, respectivamente). La primera presenta datos demográficos cercanos a la media nacional, pero es la capital de la región española donde el ahorro medio por partícipe en planes de pensiones individuales es más elevado.
En cuanto a Valladolid, y al igual que Gijón, su estructura poblacional pasa factura. Es la segunda gran urbe más envejecida (46,6 años de media) y con mayor porcentaje de población de 65 años o más (25,4%).
Por el contrario, el menor peso de las pensiones, con sólo un 16,5%, se registra en Palma de Mallorca, que es una de las grandes ciudades más jóvenes de España (40,8 años de edad media). Las jubilaciones también tienen reducido impacto relativo sobre los ingresos de los residentes en Murcia y Tarrasa (18,2% ambas) y en Madrid (18,7%).
En términos monetarios, los mayores importes por persona procedentes de pensiones se perciben en Gijón (4.485 euros) y Oviedo (4.276). Ambas de Asturias.
En lo referente a las prestaciones, las de desempleo son las de menor incidencia en la renta de las personas que viven en grandes urbes. Los mayores pesos se registran en Jerez (con un 3,4% del total de ingresos), Elche (3,3%), Málaga y Tenerife (2,4% en ambas).
En cuanto a las otras prestaciones, en cabeza repiten Málaga (6,8%) y Jerez (6,5%), seguidas de otra ciudad andaluza, Granada (5,6%).
En el lado opuesto, figura Madrid con el impacto más bajo sobre los ingresos de sus ciudadanos tanto de las prestaciones por desempleo (1,1%), como de otras ayudas (2,4%).
El mapa de rentas de los residentes en las grandes ciudades se completa con otras retribuciones, que incluyen rendimientos de actividades económicas –generados en su mayor parte por trabajadores autónomos– y rentas de la propiedad (alquileres inmobiliarios) o del capital (intereses, acciones, etc.).
En este aspecto destaca Barcelona, con un 17,4% del total de sus rentas procedentes de estos ingresos. Tras la Ciudad Condal se encuentran Palma de Mallorca (15,7%) y Madrid (15,4%). En las dos primeras el volumen generado supera los 3.000 euros de media por persona.
En el lado contrario, las tres metrópolis con menor influencia de las rentas procedentes por los otros ingresos se encuentran entre las que más peso de salarios tenían: Móstoles, Hospitalet de Llobregat y Badalona, todas ellas con valores inferiores al 9%.
Todos estos datos se han obtenido de fuentes tributarias, fundamentalmente de la Agencia Tributaria, que contienen información de las Haciendas Forales. No obstante, no está disponible la información completa para Bilbao ni Vitoria. Los datos corresponden al año 2017 y serán actualizados con información de 2018 a partir de febrero del año próximo.
Para analizar el impacto de la pandemia en la distribución de los ingresos medios por persona habrá que esperar un par de años más. No parece descabellado pensar que habrá cambios y que las retribuciones con cargo a prestaciones públicas y desempleo ganarán peso sobre el total. Pero hasta entonces no se podrá estimar el efecto concreto.
Mientras tanto, podemos divertirnos cotejando las fuentes de nuestros ingresos con las de nuestros conocidos. Aunque quizás en algunas comparaciones más que divertirnos nos entre cierto abatimiento. Dependerá de si salimos ganando o perdiendo.