5 estrategias para que los adolescentes estudien sin distracciones tecnológicas
Algunas aplicaciones de control de tiempo o técnicas como Pomodoro pueden ser de ayuda para que puedan estudiar sin distracciones
Distraerte también tiene beneficios: puedes mejorar hasta el aprendizaje
MadridLa tecnología está presente en casi todos los aspectos de nuestra vida, sobre todo en la de los adolescentes. Smartphones, redes sociales, aplicaciones de mensajería o videojuegos conviven con ellos desde temprana edad. Son herramientas útiles, pero también fuentes de distracción.
Estudiar con el móvil cerca o con una pestaña de YouTube abierta mientras se hace un trabajo escolar es algo habitual entre los adolescentes de hoy. Sin embargo, esta nueva realidad tiene consecuencias: una baja capacidad de concentración, incapacidad de acabar tareas, más estrés y una disminución del rendimiento académico.
Según un informe reciente del Instituto Nacional de Tecnologías Educativas y de Formación del Profesorado (INTEF), el 67% de los estudiantes de entre 12 y 18 años reconoce consultar el teléfono al menos una vez cada 15 minutos mientras está estudiando. Esta constante fragmentación de la atención impide que el cerebro alcance estados de concentración profunda, algo que afecta directamente a la eficacia del aprendizaje.
Por otro lado, distintos estudios en neurociencia cognitiva alertan sobre cómo un uso excesivo de la tecnología está reconfigurando las funciones ejecutivas del cerebro adolescente: disminuye la tolerancia al aburrimiento, reduce la memoria de trabajo y también dificulta la planificación a largo plazo. Por lo que, aprender a estudiar sin interrupciones ni distracciones tecnológicas se ha convertido en una habilidad esencial.
Crear un entorno de estudio libre de distracciones
Tener un espacio bien definido para estudiar es esencial para fomentar la concentración. El entorno debe estar limpio, ordenado y libre de estímulos visuales y auditivos que puedan interrumpir el proceso de atención. Siempre que sea posible, es recomendable escoger una habitación diferente a la que el adolescente suele usar sus dispositivos para el ocio.
Por otro lado, se recomienda que se retiren del escritorio objetos que puedan captar su atención como el móvil, videoconsolas o cualquier otro dispositivo. Si el ordenador es necesario para estudiar, se puede emplear el modo “pantalla completa” con una sola pestaña para evitar la tentación de navegar por redes sociales. La iluminación natural también es un factor que favorece la concentración, al igual que una temperatura adecuada y una buena postura corporal.
Usar aplicaciones que bloqueen distracciones
La tecnología puede ser parte del problema, pero también de la solución. Se pueden encontrar varias aplicaciones y extensiones diseñadas para limitar el acceso a redes sociales, videojuegos o páginas web durante las sesiones de estudio. Algunas de las que más recomiendan los expertos en neuroeducación y bienestar digital son:
- Forest: fomenta la concentración plantando un árbol virtual que crece mientras no se use el móvil.
- Freedom: bloquea aplicaciones, webs y notificaciones en diferentes dispositivos.
- Cold Turkey o StayFocusd: permiten bloquear el acceso a determinados sitios durante un tiempo programado.
Además, tanto Android como iOS incluyen desde hace años herramientas nativas como el “Modo concentración”, que permite silenciar notificaciones durante una franja horaria.
Aplicar técnicas de estudio eficaces
No se trata solo de estar sentado frente al libro o el ordenador durante horas, sino de estudiar de forma productiva. Una de las técnicas más efectivas para poder aumentar el rendimiento sin caer en el agotamiento ni ceder a la tentación tecnológica es la técnica Pomodoro, la cual consiste en estudiar durante 25 minutos y descansar 5, repitiendo este ciclo cuatro veces antes de hacer una pausa larga.
Esta dinámica ayuda al cerebro adolescente a mantener la atención en intervalos manejables y a reducir la ansiedad que generan las sesiones largas y poco estructuradas. Lo que se recomienda durante los descansos es levantarse, estirarse, hidratarse o respirar profundamente, evitando en todo lo que se pueda el móvil.
Establecer rutinas y horarios claros
La organización del tiempo es uno de los grandes desafíos de la adolescencia. Muchos adolescentes alternan tareas escolares con pausas indefinidas, uso del móvil o procrastinación. Por esto, una de las estrategias más efectivas es establecer rutinas estables que consigan integrar tanto el estudio como los momentos de ocio.
Es de gran ayuda una agenda o un planificador semanal donde se pueda ver todo de un vistazo. Ahí, el adolescente puede marcar: horarios fijos para estudiar diariamente, pausas breves y bien definidas, tiempo reservado para actividades recreativas o deportivas, tiempo limitado para el uso de pantallas.
Cuando el adolescente tiene claro qué debe hacer en cada momento y cuando va a poder acceder al ocio digital, se reduce la ansiedad por revisar el móvil continuamente.
Educar en el uso responsable de la tecnología
Más allá del control o la restricción, los expertos coinciden en que la clave está en la conciencia digital. Se debe enseñar a los adolescentes a usar la tecnología de forma crítica, equilibrada y saludable. Esto implica iniciar conversaciones donde puedan expresar sus dificultades para concentrarse, sus hábitos de uso del móvil y las emociones que les genera estar conectados o desconectados.
Los padres y educadores deben evitar los sermones o castigos sin explicación. Se debe apostar por una educación digital basada en el diálogo, el ejemplo y el acompañamiento. También es útil enseñarles a identificar los síntomas del abuso tecnológico: fatiga ocular, falta de sueño, ansiedad, irritabilidad o dificultad para concentrarse. También se puede pactar el uso de herramientas de autocontrol, como pueden ser los avisos de tiempo en redes sociales o la activación del “modo concentración” en el móvil.