Gabriel J. Martín, psicólogo: "Si crees que tu hijo es LGTBI es preferible respetar sus tiempos"

Hablamos con Gabriel J. Martín, experto en psicología afirmativa gay, sobre cómo debe ser la crianza de un menor LGTBIQ+
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Han pasado 35 años del día en que la Organización Mundial de la Salud (OMS) decidió eliminar la homosexualidad de su lista de enfermedades mentales. Hasta ese momento, estaba oficialmente considerada una patología, lo que avalaba muchas formas de discriminación y violencia institucional. De ahí que, desde 2004, se escogiese el 17 de mayo para conmemorar el Día Internacional contra la Homofobia, la Transfobia y la Bifobia, una jornada clave para visibilizar la violencia y discriminación que siguen sufriendo las personas LGTBI+ en muchos países del mundo.
Dentro del colectivo, los adolescentes son de los más vulnerables, e incluso hoy en día, en pleno 2025, muchos de ellos son expulsados de sus hogares solo por su orientación o su identidad de género. Según un estudio de la Agencia de los Derechos Fundamentales de la Unión Europea (FRA), en España se estima que alrededor del 35% de las personas sin hogar pertenecen al colectivo LGTBI, siendo la expulsión familiar una de las principales causas. Por suerte, hay asociaciones como la Fundación Eddy-G que trabajan para ayudar a todas estas personas sin hogar.
A nivel internacional, las cosas no están mucho mejor. Asociaciones como The Trevor Project indican que, solo en Estados Unidos, se estima que más del 40% de las personas sin hogar han sufrido rechazo por su orientación sexual o identidad de género, siendo expulsados de casa a edades muy vulnerables.
Para comentar de la situación actual en nuestro país y cómo ha cambiado todo en los últimos 20 años, hemos hablado con Gabriel J. Martín, psicólogo, escritor y activista español, reconocido como pionero de la psicología afirmativa gay en el mundo hispanohablante. Martín es autor de varios libros como ‘Quiérete mucho, maricón’ y ‘El ciclo del amor marica’, que ofrecen herramientas para el bienestar emocional de la comunidad gay.
Pregunta: ¿Cómo ha cambiado en los últimos veinte años la forma en que las familias afrontan que un hijo se declare gay o lesbiana?
Respuesta: Mucho. Los medios de comunicación han tenido que ver con la visibilidad que han dado al colectivo y lo mucho que han naturalizado la diversidad afectivosexual y de género. En la actualidad es mucho más raro que las familias rechacen la homosexualidad de sus hijos a no ser que se traten de familias ultraconservadoras que son las que se muestran más reticentes.
P: ¿Cuál dirías que es el error más común que siguen cometiendo los padres al recibir esa noticia, aunque lo hagan desde el cariño?
R: Pensar que se trata de una confusión, de una fase, de una moda. La homosexualidad no es nada de eso, y deslegitimar los sentimientos o identidad del hijo o la hija provoca mucho malestar.
P: ¿Hay que hablar mucho con el niño o adolescente sobre su orientación o identidad, o es mejor no darle tanta importancia para no presionarle?
R: Es preferible dejar la iniciativa en manos del joven. Si ya ha salido del armario con nosotros, es preferible abrirle la posibilidad de hablar con nosotros de lo que quiera y dejar que abra el tema cuando quiera o lo necesite ("-Cariño, aquí me tienes para hablar de todo lo que necesites en el momento que lo necesites"). Si, por el contrario, el niño o adolescente nunca lo ha hablado con nosotros, no es es recomendable presionarle. Lo mejor es que haga su proceso de autoconocimiento y nos lo comunique cuando esté preparado. Las familias pueden facilitar este proceso mostrando una actitud acogedora hacia la homosexualidad para que el hijo o la hija sepa que su revelación será bien recibida.
P: ¿Qué papel juega el "lo sabíamos" o "ya se te notaba"? ¿Puede eso hacer daño, aunque se diga con humor o afecto?
R: Puede estar bien, pero solo si la relación familiar es buena y sirve para relajar y tranquilizar al joven. A veces tienen mucho miedo a la reacción de los padres y podemos calmarlos con una broma o decirles "-Tranquilo, cariño, siempre lo hemos imaginado y nos parece perfecto, siempre te hemos querido y lo seguimos haciendo porque esto no tiene relevancia ninguna”.
P: ¿Es importante pedir perdón si en el pasado se han hecho comentarios homófobos delante del niño sin saber que lo era? ¿Cómo se repara ese daño?
R: Sí, por favor. Es bueno decirles a nuestros hijos que nosotros también hemos madurado y que nos arrepentimos de comentarios pasados. Incluso es adecuado pedirles perdón por el malestar que pudiéramos haberles provocado. Todos cometemos errores y es sabio reconocerlos y mostrar arrepentimiento, eso nos acerca a nuestros hijos. Una actitud conciliadora y humilde es tremendamente reparadora.
P: ¿Qué señales indican que un hijo necesita más acompañamiento y no basta con decir "te quiero igual"?
R: Sobre todo el tono emocional. Si está triste o apagado quizá es recomendable abrir una conversación sobre cómo lo está llevando y preguntarle qué necesita. A veces las cosas pueden estar bien en la familia pero no tanto en el instituto. Es importante que el hijo o la hija perciba que sus padres serán su apoyo en todas las situaciones.
P: En tu experiencia, ¿los padres tienden a sobreproteger a los hijos LGTBI tras salir del armario? ¿Eso ayuda o perjudica?
R: Sí que hay cierta tendencia a sobreproteger. Es comprensible que nos preocupemos por su bienestar o porque pueda sufrir una agresión, eso es algo que se puede hablar en casa y exponerlo claramente. Lo que no es recomendable en absoluto es darle órdenes acerca de cómo debe llevar su vida o su visibilidad. Frases como "-No se lo digas a nadie" pueden responder a un intento de protección pero perpetúan la vergüenza de ser homosexual e invalidan a la persona. Estas peticiones no deberían darse nunca.
P: ¿Cómo pueden los centros educativos acompañar mejor estas salidas del armario sin invadir la intimidad del menor?
R: Es un tema muy complejo ya que, efectivamente, si se dirigen a una persona en concreto (no olvidemos que se trata de un menor) son invasivas. Lo mejor es que los centros tengan un protocolo de atención y apoyo a la diversidad, que haya educación transversal al respecto. Vamos, que se hable y naturalice el tema sin señalar.
¿Qué importancia tiene que los padres se formen o lean sobre diversidad antes de dar consejos a su hijo?
R: ¡Mucha! Es importante que los padres tomen conciencia de hasta qué punto su visión de la homosexualidad podría estar sesgada por estereotipos y eso puede ser un obstáculo para una relación respetuosa e íntima con sus hijos. Por otro lado, está muy bien que los padres conozcan qué dificultades y retos debe afrontar su hijo o hija como persona homosexual ya que ello facilitará que puedan serles de más (y mejor) ayuda.
P: ¿Qué pueden hacer los padres si no saben si su hijo es gay o lesbiana, pero sospechan que lo está pasando mal por su identidad? ¿Hay que preguntarlo directamente?
R: Es preferible que respeten sus tiempos, que le permitan elaborarlo por ellos mismos y que, cuando estén preparados, den el paso de compartirlo por voluntad propia.
P: ¿Cómo explicar a un niño pequeño (7-10 años) qué significa ser gay o lesbiana si ya está recibiendo burlas, pero aún no tiene una identidad clara formada?
R: Es muy importante que se les explique que nadie, absolutamente nadie, merece recibir burlas por ninguna característica suya. No son admisibles las burlas por ser homosexual como no lo son por ser discapacitado ni por el color de la piel ni por nada. Nuestro principal mensaje debe ser "-Es inadmisible que se burlen de ti" y, a continuación, actuar en consecuencia reclamando en el colegio que se haga algo para detener estas burlas y fortaleciendo al menor para que las haga frente sin menoscabo de su autoestima. A menudo estas situaciones son muy delicadas y lo más importante es que el niño o la niña sientan claramente que sus familiares los quieren y apoyan incondicionalmente.