Educación

Por qué algunos adultos aprenden idiomas más rápido que los jóvenes: mitos y realidades del cerebro adulto

La motivación y la experiencia previa son ventajas frente a los niños. Freepik
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MadridAprender un nuevo idioma es uno de los objetivos más frecuentes durante la vida adulta. Puede ser por motivos profesionales, personales o culturales, sea cual sea la razón, son muchos adultos se embarcan en este reto. Sin embargo, parten con un pensamiento preconcebido: una vez pasada cierta edad, dominar una lengua extranjera puede ser prácticamente imposible. Este pensamiento ha llevado a generaciones de adultos a enfrentarse al aprendizaje con miedo, inseguridad y resignación. Pero, ¿este pensamiento es cierto?

Las últimas investigaciones en neurociencia cognitiva y psicología del lenguaje han comenzado a cuestionar esta creencia generalizada. Es cierto que los niños tienen una ventaja en ciertos aspectos como la pronunciación y la naturalidad al expresarse. No obstante, los adultos tienen capacidades cognitivas que pueden convertirlos en estudiantes mucho más eficaces.

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Son muchos los estudios que apuntan a que, con los métodos adecuados, los adultos no solo pueden aprender idiomas sino que, en ciertos casos, superan a los jóvenes. En este artículo, revisaremos cuáles son los principales mitos que rodean el aprendizaje de idiomas siendo adulto.

“Después de cierta edad ya no se pueden aprender idiomas”

Este es uno de los mitos más extendidos. Para muchos existe una “edad límite” en la que ya no se puede aprender una lengua extranjera, como si el cerebro humano se cerrara a nuevas conexiones al llegar a la edad adulta. La realidad es que la neuroplasticidad del cerebro no desaparece con los años, de hecho, son muchos los estudios recientes que demuestran que la capacidad del cerebro para adaptarse y formar nuevas conexiones persiste hasta edades avanzadas. Es evidente que el aprendizaje va a ser diferente al de un niño, pero eso no quiere decir que sea menos eficaz. Los adultos tienen una ventaja: pueden aprovechar su experiencia previa para aplicarla en técnicas y estrategias de estudio para aprender con mayor eficacia.

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“Los niños siempre aprenden idiomas rápido”

Los niños pueden aprender una segunda lengua con mayor naturalidad y sin tener la necesidad de traducir mentalmente. Sin embargo, los adultos pueden avanzar más rápido en fases tempranas del aprendizaje de un idioma nuevo gracias a la capacidad que tienen de razonar, analizar estructuras gramaticales y organizar el aprendizaje. Un estudio que fue publicado en Cognition demostró que los adultos jóvenes, sobre todo entre 20 y 40 años, pueden superar a los adolescentes en determinadas tareas lingüísticas si tienen una enseñanza sistematizada. Se tiene que recordar que la velocidad no depende tanto de la edad, sino del enfoque y la constancia de la persona que quiera aprender.

“Los adultos no pueden llegar a tener un nivel nativo”

Los adultos tienen más dificultades para conseguir una pronunciación idéntica a la de los hablantes nativos, eso es cierto. Sobre todo, si los niños han estado expuestos al idioma desde pequeños. Lo que sucede es que este mito confunde la fluidez con la perfección fonética. La mayoría de adultos pueden conseguir un dominio funcional muy alto, llegando a comunicarse con eficacia, corrección y soltura, aunque se les pueda notar un leve acento. De hecho, los adultos que estudian idiomas, practican constantemente y tienen una exposición intensiva pueden conseguir niveles avanzados en menor tiempo que los niños, aunque sí que es verdad que con ciertas diferencias en su entonación.

“Los adultos no pueden retener vocabulario como los niños”

Muchos tienen la creencia de que la memoria se deteriora con los años, por lo que hace que sea más complicado para los adultos memorizar palabras o estructuras. Lo cierto es que la memoria adulta funciona de una manera distinta a la de los niños, pudiendo ser incluso más eficiente si se utilizan las estrategias adecuadas. Con técnicas como la mnemotecnia, el repaso espaciado o el uso contextual, el aprendizaje puede ser incluso más duradero que en niños. Algunas investigaciones como las de la Universidad de California señalan que la memoria semántica, la que permite comprender y conectar ideas, es mucho más sólida en adultos que en niños. Esto hace que se tenga una ventaja frente a los más pequeños para consolidar un nuevo vocabulario y estructuras gramaticales.

“Los adultos tienen menos tiempo y por eso aprenden peor”

Es cierto que la vida adulta está llena de responsabilidades como el trabajo, la familia y diversas obligaciones, pero esto no significa que no se pueda aprender. Para conseguirlo hay que tener una planificación realista para poder aprovechar bien los ratos disponibles que queden. Hoy en día existen muchísimos recursos que se adaptan a las vidas de adultos con poco tiempo como podcasts, apps de repaso espaciado o clases online de menos de una hora. Además, los adultos cuando quieren aprender un idioma suelen tener una motivación más fuerte, lo que hace que perseveren más. De hecho, según el Instituto Cervantes, la motivación adulta tiene un papel fundamental en la adquisición de segundas lenguas, incluso mucho más que la propia edad.