Educación

Efecto Dunning-Kruger en los estudios: por qué sobreestimas lo que sabes y cómo evitarlo en un examen

Existen técnicas para evitar este efecto
Existen técnicas para evitar este efecto para no suspenderFreepik
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MadridEn muchas ocasiones, escuchamos a alguien que está completamente seguro de tener razón, sea del tema que sea. Lo curioso es que se tiene constancia que no tiene ni la experiencia ni los conocimientos necesarios para mostrar esa seguridad, pero aún así, se mantiene firme en sus convicciones. Esto es el llamado efecto Dunning-Kruger, un sesgo cognitivo que explica por qué algunas personas sobreestiman sus capacidades, en ocasiones sin siquiera darse cuenta.

Esto se puede trasladar a la vida académica cuando muchos estudiantes han tenido la sensación de pensar que lo saben todo justo antes de un examen. Es durante el mismo, cuando descubren que la realidad es totalmente distinta. Entender cómo funciona ese fascinante sesgo cognitivo puede ayudar a aprender estrategias para mitigarlo, y así marcar la diferencia entre un examen frustrante y un aprendizaje real y duradero.

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¿En qué consiste el efecto Dunning-Kruger?

El efecto Dunning-Kruger fue descrito en 1999 por los psicólogos David Dunning y Justin Kruger. Este fenómeno fue demostrado a través de una serie de experimentos que mostraban que los participantes que obtenían malos resultados en tareas de razonamiento lógico y gramática valoraban sistemáticamente su rendimiento mucho más alto de lo que realmente era. Curiosamente, los que tenían mayor competencia eran más propensos a subestimarse a sí mismos, asumiendo que las tareas que les resultaban sencillas, lo eran para todo el mundo.

El resultado de este experimento demostró que las personas que menos saben sobre un tema suelen ser las que más convencidas están de sus habilidades u opiniones, lo que les impide ser conscientes de sus errores y lagunas de conocimiento. Esto quiere decir que un estudiante que apenas domina un tema puede pensar que entiende todo perfectamente, sin embargo, un alumno más avanzado es consciente de las lagunas que todavía tiene.

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En el contexto escolar, el efecto Dunning-Kruger puede aparecer de distintas maneras como sobreestimar la preparación para un examen, es decir, el estudiante puede sentirse muy seguro de haber aprendido todo el contenido, pero falla en preguntas clave; pensar que no necesita repasar porque ya domina el tema, evitando estudiar más profundamente y reduciendo la comprensión real; los estudiantes no suelen reconocer sus errores en tareas o trabajos, creyendo que lo hicieron perfectamente cuando no es así; pensar que se está por encima de la media sin tener una evidencia real de ello, basándose solo en sus propias percepciones. Este efecto suele ser más común en asignaturas nuevas, donde los estudiantes no tienen una base sólida para juzgar su conocimiento.

Pero, ¿por qué sobreestiman los estudiantes lo que saben? Esto puede ser debido a varios factores. Por un lado, creen que como recuerdan fragmentos de información sueltos de un tema, quiere decir que entienden dicho tema a la perfección. También puede darse por una falta de feedback efectiva, ya que si no hay comentarios claros de docentes o compañeros, es muy complicado evaluar cuál es la comprensión real de esa asignatura. También puede darse que los estudiantes confían en exceso en su capacidad de razonar, pero no tienen en cuenta sus conocimientos concretos sobre un tema. Por último, para algunos estudiantes es mucho más cómodo pensar que se sabe todo que reconocer que se tienen lagunas y que hay que invertir más tiempo en estudiar ese tema.

Cómo evitar el efecto Dunning-Kruger en los estudios

Para evitar caer en el efecto Dunning-Kruger se necesita desarrollar autoconciencia sobre el propio conocimiento y aplicar estrategias que permitan conocer cuál es la comprensión real de los temas estudiados. Una de las herramientas más efectivas es la autoevaluación constante: los estudiantes deben poner a prueba sus conocimientos mediante cuestionarios, tests prácticos y ejercicios

Explicar a otra persona los conceptos que se tienen sobre una materia, también ayuda a evitar este efecto, ya que si no se puede explicar con claridad, significa que aún no se ha comprendido del todo. La clave está en confrontar la percepción propia con la evidencia objetiva. Esto ayuda a reducir el exceso de autoconfianza y a enfocar el estudio en lo que realmente necesita más esfuerzo.

Otra estrategia esencial es buscar retroalimentación externa de manera regular. Pueden ser profesores, tutores o compañeros con un mayor dominio del tema que puedan señalar errores y ofrecer diferentes perspectivas al alumno, que por sí solo, no detectaría. Esto ayuda a calibrar mucho la autopercepción y a detectar en qué áreas se sobreestiman los conocimientos. Además, se debe fomentar una mentalidad de crecimiento, donde se valore el esfuerzo y el aprendizaje continuo más que un resultado inmediato. Esto ayuda a aceptar las críticas constructivas sin que sean interpretadas como un fracaso personal.

Estas estrategias se pueden complementar con la reflexión post-examen, revisando lo que se sabía bien y lo que se subestimó o sobreestimó, esto fortalece la metacognición y prepara al estudiante para afrontar futuros desafíos académicos con conocimiento sólido y una confianza real.