Educación

Guía contra los bulos: cómo enseñarle a tus hijos a identificar mentiras y no creerse todo lo que ven en TikTok

Es fundamental desarrollar un pensamiento crítico y contrastar la información. Freepik
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MadridLos niños y adolescentes están cada vez más expuestos a una cantidad abrumadora de información tanto por Instagram como por Tiktok o Youtube. Mucho de ese contenido se puede considerar educativo y entretenido, pero otros son fuentes de desinformación y bulos, algunos incluso peligrosos. El problema viene cuando más del 80% de los estudiantes de secundaria reconoce que tiene dificultades para distinguir entre una noticia real de las otras tantas noticias falsas o rumores que circulan por Internet.

Debido a esto, es fundamental enseñar a los niños y adolescentes a desarrollar un pensamiento crítico y habilidades para evaluar cuál es la veracidad de aquello que ven online. Esto debe convertirse en una prioridad para padres y educadores. No se trata simplemente de protegerles de contenidos dañinos, sino de conseguir formar a ciudadanos responsables capaces de analizar información, contrastar fuentes y tomar decisiones informadas distinguiendo bulos de la realidad.

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¿Por qué los niños y adolescentes caen en los bulos?

Los menores son particularmente vulnerables a la desinformación por diversos factores como: su desarrollo cognitivo, influencia social y exposición tecnológica. A nivel cognitivo, los niños y adolescentes están todavía en proceso de desarrollar pensamiento crítico y habilidades que les ayuden a analizar la información que reciben. Esto hace que les sea más complicado distinguir entre hechos y opiniones o entre fuentes confiables y no confiables. Además, su tendencia a interpretar la información de manera literal y la confianza innata en lo que leen o ven hace que acepten con mucha facilidad contenidos que pueden resultar falsos.

A esto hay que sumarle la presión social y los algoritmos de las plataformas digitales, como TikTok, Instagram o YouTube, los cuales promueven contenidos virales y atractivos sin considerar su veracidad. Los menores que suelen buscar la validación mediante likes y comentarios, pueden ser mucho más propensos a creer y aceptar lo que los demás aprueban, aunque esto sea falso. Por otro lado, los bulos suelen presentarse de manera sensacionalista, con títulos llamativos y emociones fuertes, lo que hace que capten rápidamente la atención de los más jóvenes. Debido a ello, esta combinación de ingenuidad, falta de habilidades críticas y exposición constante a información que nadie ha verificado crean un terreno fértil para que los niños se conviertan en consumidores y, a veces, en propagadores de desinformación, difundiéndola sin ser conscientes de que es un bulo.

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Estrategias para enseñar a los niños a identificar bulos

Para reducir la vulnerabilidad de los niños ante la desinformación, es esencial enseñarles a pensar de manera crítica y evaluar las fuentes de donde procede esa información desde una edad temprana. Una estrategia muy efectiva es fomentar la curiosidad y la reflexión haciéndoles preguntas abiertas para que ellos piensen y razonen su respuesta. Algunas preguntas como: “¿Quién ha publicado esto?”, “¿Por qué crees que es verdad?” o “¿Cómo podríamos comprobar que esta información es real?”. Según un informe de Common Sense Media, los niños que cuestionan los contenidos digitales de manera guiada desarrollan una mayor capacidad para distinguir la información veraz de los bulos. Asimismo, es muy útil enseñarles a buscar la misma noticia en varias fuentes de confianza, lo que les permite contrastar información y detectar las posibles inconsistencias. Por ejemplo, hay un vídeo en TikTok que afirma algo increíble sobre animales, para poder comprobar que esto es cierto y no solo una técnica para hacer dicho vídeo viral, se les puede guiar para que busquen esa misma información en una fuente de confianza de esa temática como es National Geographic.

Otras estrategias incluyen enseñarles a diferenciar entre hechos y opiniones, revisar juntos los contenidos y utilizar herramientas de verificación de información. Se les debe explicar cuáles son las consecuencias de compartir información falta y enseñarles a que tengan un buen comportamiento respecto a lo que ven y buscan en Internet. Los niños aprenden observando, por lo que lo ideal es que vean como los adultos investigan y contrastan información mientras cuestionan lo que leen. Esto es mucho más efectivo que escuchar advertencias. Por otro lado, se pueden crear pequeños “juegos de desinformación” en familia o en el aula, donde se presenten noticias y titulares tanto verdaderos como falsos para que los niños tengan que argumentar por qué creen que son ciertas o falsas esas noticias. Esto hace que se refuerce su pensamiento crítico de una manera divertida. También es muy recomendable fomentar hábitos de lectura y análisis de noticias en medios tradicionales, como periódicos o revistas para jóvenes, las cuales enseñan a contrastar información y a identificar fuentes fiables, complementando el aprendizaje digital con experiencias offline.

También es importante enseñarles que el hecho de que algo se haga viral no garantiza su veracidad. Se les debe mostrar cómo funcionan los algoritmos de las redes sociales que más utilizan, para que ellos mismos puedan ver que el contenido que más se promueve es el sensacionalista y el que tiene una acumulación de alta de likes.

Esto puede ayudarles a ser mucho más conscientes de la realidad de TikTok, Instagram o Youtube. Que ellos mismos puedan practicar detectando y cuestionando si lo que dicen estos vídeos es real contrastando información con otras fuentes más fiables ayudará a que puedan tomar decisiones más informadas, evitando difundir bulos.