Los problemas detrás de que un niño tenga comportamientos extraños por la noche: "La enuresis nocturna es muy habitual"

¿Cuáles son las diferencias entre las pesadillas y los terrores nocturnos en niños? La experta en sueño infantil Olga Sesé nos lo resuelve
La mayor experta en sueño infantil de España: "Es un error pensar que los bebés deben dormir muchas horas seguidas"
Es habitual en el desarrollo de la infancia, que los niños presenten episodios de pesadillas y terrores nocturnos. Así que si tu hijo o hija los está sufriendo, debes estar tranquilo porque es normal. Esto es lo que aseguran expertas como Olga Sesé, la primera coach del sueño infantil certificada en España y creadora del método BabyREM con la que hemos contado para realizar este artículo.
Para empezar, hay que saber diferencias entre las pesadillas y los terrores nocturnos. En el caso de las pesadillas, son sueños angustiosos que ocurren durante la fase REM del sueño, generalmente en la segunda mitad de la noche. "El peque se despierta asustado, suele llorar o llamar a sus padres, pero está consciente, responde al entorno y puede contar lo que soñó", subraya. En cambio, los terrores nocturnos ocurren en una fase más profunda del sueño (no REM), a menudo en las primeras horas de la noche. "El peque puede sentarse en la cama, gritar, llorar, parecer despierto… pero no lo está del todo. No responde con coherencia, no reconoce a quienes lo rodean y, al día siguiente, normalmente no recuerda lo ocurrido. Mientras las pesadillas se asocian con imágenes mentales intensas, los terrores nocturnos son más bien una activación del sistema nervioso, sin contenido onírico recordado".
"Ambos son parte del desarrollo normal y, salvo que sean muy frecuentes o intensos, no indican ningún problema de salud"
Cuándo empiezan a aparecer las pesadillas y los terrores nocturnos
Las pesadillas pueden comenzar desde los 2 a los 3 años, cuando los peques ya tienen más imaginación y comprensión del mundo. Son más comunes entre los 3 y los 7 años, y están relacionadas con lo que viven o sienten durante el día, mientras que los terrores nocturnos suelen aparecer entre los 2 y los 6 años, y se relacionan más con la maduración neurológica. Es una etapa en la que el cerebro aún está organizando sus fases de sueño. "Ambos son parte del desarrollo normal y, salvo que sean muy frecuentes o intensos, no indican ningún problema de salud".
Con el paso del tiempo, el sistema nervioso madura y los niños desarrollan mejores herramientas emocionales y cognitivas, por lo tanto tienden a disminuir, pero a no a desaparecer, porque forman parte del ser humano, sobre todo las pesadillas. "Los terrores nocturnos suelen desaparecer por sí solos al crecer, especialmente si se mantiene una rutina de sueño adecuada. Las pesadillas pueden durar algo más, pero también se reducen si se acompaña emocionalmente al peque, se identifican posibles causas de ansiedad y se favorece un entorno de descanso tranquilo".
En algunos casos, algunos niños se hacen pis en la cama durante la noche. ¿Esto tiene algo que ver con las pesadillas o los terrores nocturnos? No directamente, pero pueden coincidir. "La enuresis nocturna (hacerse pipí en la cama) es muy habitual y responde, generalmente, a una inmadurez en el control de esfínteres durante la noche. Sin embargo, si un peque sufre terrores nocturnos o pesadillas muy intensas, puede mojar la cama por la agitación del momento, por miedo o por no despertarse a tiempo. Además, si el peque tiene miedo de levantarse solo por la noche para ir al baño (por la oscuridad o por estar solo), eso puede contribuir a que ocurra la enuresis". En estos casos, trabajar la seguridad emocional y crear un entorno nocturno accesible y tranquilo también ayuda.
Herramientas para ayudarles a reducir el miedo a dormir solos y sin miedo
El miedo a dormir solos suele estar relacionado con la ansiedad por separación, el desarrollo de la imaginación y la necesidad de sentirse seguros. "Durante la noche, los peques se enfrentan a la oscuridad, el silencio y la ausencia de sus figuras de apego. Esto puede activar temores relacionados con monstruos, ladrones o simplemente estar solos”, explica Olga Sesé, que justo acaba de publicar 'Mi cama fantástica' (Beascoa), un álbum ilustrado por Javier Sempere, dirigido a niños a partir de 4 años, que aborda uno de los desafíos más comunes en las familias: ayudar a los pequeños a superar el miedo a dormir solos en su propia cama, transformando este espacio en un lugar mágico y seguro a través de ilustraciones cuidadosamente diseñadas.
Para ayudarles a conseguir dormir más tranquilos, ella nos sugiere las siguientes herramientas:
- Rutinas tranquilas antes de dormir: baño, cuento, música suave… que indiquen que es hora de relajarse.
- Acompañamiento progresivo: si el peque tiene miedo, se puede empezar quedándose con él hasta que se duerma, e ir poco a poco retirando la presencia física.
- Elementos de seguridad: como un peluche, una luz tenue o una “poción mágica” contra los monstruos.
- Hablar sobre sus miedos durante el día, no justo antes de dormir, para darles espacio a expresarlos y normalizarlos.
- Ejercicios de respiración o visualización: imaginar un lugar feliz, seguro, o respirar profundamente para calmar el cuerpo.
