¿Cuál ha sido la huella atmosférica de la covid? La NASA descubre el impacto de los confinamientos

Durante el confinamiento por la covid en 2020 las observaciones satelitales demostraron que las emisiones de gases como el óxido de nitrógeno bajaban drásticamente. Esto no fue más que una evidencia más de que las actividades humanas (principalmente la quema de combustibles) producen estos gases dañinos. Ahora la NASA ha descubierto cuál ha sido la huella atmosférica de la pandemia.

Cuando empezó la pandemia por la covid primero fueron las ciudades de China las que vieron una caída brutal en la emisión de gases de efecto invernadero, que después se reflejó en Europa y más tarde en Norteamérica. El tráfico y las fábricas se pararon, los grandes edificios de empresas no encendieron la luz, no hubo comercios, ni centros comerciales, ni vuelos.

La huella atmosférica de la covid

Recientemente, dos estudios separados de la NASA ilustran la compleja relación entre la actividad humana y nuestra atmósfera, a través de las observaciones de la huella que dejó la pandemia.

En primer lugar, un equipo dirigido por científicos en el Laboratorio de Propulsión a Chorro de la NASA centrado en las gotas de óxido de nitrógeno emisiones durante los confinamientos.

El óxido de nitrógeno proviene de fuentes como centrales eléctricas y gases de escape de automóviles y reacciona para formar ozono a nivel superficial que es perjudicial para la salud humana.

Usando los satélites de la NASA, el equipo vio que los encierros se fueron una 'huella digital' distinta en los niveles de ozono en la atmósfera inferior, que cayó alrededor de un 2 por ciento a nivel mundial en un periodo de 8 meses. Esto puede parecer una nimiedad a primera vista, pero un desplome así del ozono tardaría unos 15 años lograr bajo incluso un control agresivo de las emisiones por parte de los gobiernos.

Asia y Estados Unidos vieron las caídas más drásticas de CO2

Pero la caída de las emisiones no fue igual en todo el mundo. Asia y los Estados Unidos tuvieron un impacto sustancial sobre los niveles nocivos de ozono global.

Al igual que el ozono, el CO2 es un gas de larga vida en la atmósfera, lo cual dificulta el seguimiento de cómo los cambios locales en la actividad humana realmente impactan en los niveles de este gas de efecto invernadero.

Usando el instrumento OCO -2 de la NASA y el modelo GEOS, los investigadores pudieron detectar a corto plazo fluctuaciones regionales en la atmósfera. Los resultados del equipo mostraron que las emisiones de CO2 se redujeron significativamente en el hemisferio norte desde febrero hasta mayo, y repuntaron durante el verano cuando se relajaron algunas restricciones.

El equipo también fue capaz de distinguir mejor qué fluctuaciones mensuales de CO2 se debieron a la actividad humana y que se debieron a causas naturales, como los incendios forestales australianos y patrones de circulación oceánica.

Mediante el estudio de la huella atmosférica de la covid podemos obtener conocimientos que podría ayudarnos a diseñar mejor medidas sostenibles que pueden mejorar tanto la salud humana como el clima.