Las grandes cantidades de nieve que se ha acumulado en numerosos puntos del país, como los muros de siete metros de altura en el puerto de San Isidro, que comunica Asturias con León, pronto van a desaparecer dejando paso grandes acumulaciones de agua en los ríos próximos, embalses que tendrán que abrir sus compuertas por sobrecarga y aumento peligroso de riesgo de avalanchas.
Pero no de cualquier tipo: serán las de nieve húmeda, muy comunes en escenarios como este, en los que se pasa de la noche a la mañana literalmente de temperaturas bajo cero a rondar unos más que suaves 20ºC y también en días de lluvia.
Así, cuando el hielo empieza a acumular una cantidad importante de agua, por lluvia o deshielo, se producen estas avalanchas a través de las montañas y se deslizan, al contrario que los típicos aludes a los que estamos acostumbrados, Y al igual que esta, avanzan despacio, pero arrasando todo a su camino.
Un ejemplo de este tipo de fenómenos es el impresionante alud de nieve húmeda que se hizo viral en abril del 2017 en las Montañas Rocosas de Canadá. Como todos los de este tipo, avanza con una lentitud mayor que las típicas avalanchas pero arrastra con él una ingente cantidad de nieve.
Otra gran diferencia es que, al término de su descenso, estos aludes forman bolas de nieve como las que se aprecia en esta imagen.
Los servicios de emergencia y el resto del personal forestal ya están preparados para la posible aparición de estas avalanchas de hielo húmedo en las próximas. Sin embargo, mucha gente querrá salir los próximos días dadas las buenas temperaturas. A ellos habrá que recordar que, para evitar que nos encontremos con un alud de nieve húmeda los próximas, es fundamental consultar el boletín de aludes en las zonas en las que nos vayamos a mover.
Además, si tenemos la certeza de que lloverá en un sitio hasta ahora nevado, lo mejor es evitarlo o esperar a que las precipitaciones amainen.