El Código Penal castigará la ocultación de cadáver con dos años: ¿suficiente para las familias de Marta del Castillo y Marta Calvo?

Ocultar de forma reiterada el paradero del cadáver de una persona aun conociéndolo será castigado con una pena de entre seis meses y dos años de cárcel, según la proposición no de ley de modificación del Código Penal que este viernes han registrado PSOE y Unidas Podemos en el Congreso de los Diputados.

Los autores de esta iniciativa, que la han incluido en el texto que rebaja de 15 a 5 años de cárcel la pena por el delito de sedición, quieren que se castiguen conductas como la de Miguel Carcaño, el asesino de Marta del Castillo, que pese a estar condenado nunca ha querido revelar dónde ocultó el cuerpo de la joven sevillana.

En la misma reforma, se abordarán otros “déficits y lagunas” que existen en el Código Penal en el área de los delitos económicos y el uso de herramientas informáticas, la lucha contra el fraude y la falsificación de medios de pago, el abuso de mercado o las atribuciones de las autoridades de la competencia. También para el contrabando con material de defensa o tecnología de doble uso.

¿Será suficiente para unas familias que pedían la prisión permanente revisable?

El caso de Marta Calvo es más doloroso porque la juez no consideró el delito contra la integridad moral. Jorge Palma escribió que no quería causar un dolor añadido, sino defenderse. A Miguel Carcaño sí le condenaron por el sufrimiento causado, pero lleva 13 años sin revelar dónde está Marta. También a José Bretón, al hacer desaparecer a sus hijos en una hoguera.

La reforma obligará a los jueces a castigar la ocultación del cuerpo con una referencia expresa dentro del delito contra la integridad moral y lo agravará. Aunque no es lo que pedían las familias que lo sufren, que recogieron firmas para que fuera castigados con la prisión permanente revisable. Les apoyó el PP; Ciudadanos y el grupo mixto. 

Pero castigar la ocultación con la máxima pena no les parecía adecuado al resto de partidos.

"Desgraciadamente mi hija Marta Calvo fue asesinada el 7 de noviembre de 2019, y a fecha de hoy aún no la tengo conmigo. Solamente una persona sabe dónde está mi hija. Tiene una ley que le ampara, que ampara su silencio. Yo, como madre, sus amigos, mi familia, estamos sufriendo porque ni siquiera podemos darle un descanso en paz, porque este personaje calla amparándose en la ley tal como está ahora. Esto debe cambiar. Tiene que estar más castigado. Por eso creo que toda persona que mate y oculte además el cuerpo, tiene que tener un castigo propio, independiente del que le corresponda por el asesinato". Ese era el alegato de una madre, que pedía cambiar la ley.

Reforma del artículo 173.1

Así, la reforma del Código Penal que impulsan PSOE y Unidas Podemos castigará la ocultación de cadáver tras un crimen, tal y como llevan años reclamando las familias de Marta del Castillo o Marta Calvo, cuyos restos nunca han sido encontrados por falta de colaboración de los implicados en sus asesinatos.

PSOE y Unidas Podemos proponen reformar el artículo 173.1 que castiga con 6 meses a dos años de cárcel al que inflija a otra persona un trato degradante y menoscabe su integridad moral.

Así, añaden un segundo párrafo a ese precepto que dice textualmente: "Igual pena se impondrá a quienes, teniendo conocimiento del paradero del cadáver de una persona, oculten de modo reiterado tal información a los familiares o allegados de la misma".

No solo quieren que se agrave con esa pena la condena que ya se haya impuesto al asesino que no informe de dónde ha ocultado el cuerpo, sino también a quien no se haya visto implicado en la muerte pero conozca el paradero del cadáver y se niegue de forma reiterada a revelarlo.

En la exposición de motivos, PSOE y Unidas Podemos justifican esta modificación en el sufrimiento que esas conductas ocasionan a los familiares y allegados de la víctima.

"Cuando se produce la muerte de un familiar o allegado, la imposibilidad de disponer del cuerpo para darle las honras fúnebres que nuestras costumbres sociales y religiosas prescriben, supone un dolor añadido que se ve especialmente agravado cuando obedece a la actuación de un tercero que oculta el cadáver deliberadamente", recalca el texto. Sin nombrarlo, hace alusión a casos como el del Marta del Castillo, en el que la actitud de Carcaño resulta "particularmente reprochable".