La corrupción en España y sus cuentas pendientes: de las "decenas de miles de aforados" a la necesidad de proteger a los denunciantes
Evitar el clientelismo y lograr una administración más independiente y más profesionalizada, entre los retos para combatir la corrupción
La declaración de José Luis Ábalos, en directo: el juez del Supremo rechaza aplazar la comparecencia de Koldo
Tramas de corrupción como las del caso Koldo y otras con gran número de implicados dejan en evidencia la complejidad que supone afrontarlas, no solo para los tribunales, sino también para quienes las denuncian.
“Yo tenía un puesto directivo en la empresa y mi director general me pidió realizar, a mi entender, actos absolutamente irregulares para favorecer a ciertos contratistas”, cuenta dando cuenta de ello, Gracia Ballesteros, quien destapó el caso Acuamed; fraudes en contratos de la empresa pública de aguas.
Denunció lo que ocurría, pero actuar correctamente le costó muy caro: “Fui despedida de la empresa”. “Sufres amenazas, difamación, tienes un coste reputacional tremendo”, relata ante nuestras cámaras.
Una causa pendiente contra la corrupción: mejorar la protección de los denunciantes
Mejorar la protección de los denunciantes y evitar que sufran represalias es crucial, según los expertos.
“Siempre hay alguien que lo sabe. Para poder establecer una trama de corrupción hay muchas personas implicadas”, señala Safira Cantos, directora de la ‘Fundación Hay Derecho’.
“Si conseguimos que la gente sienta que puede denunciar sin miedo, es evidente que vas a detectar muchísimos más casos”, afirma Manuel Villoria, presidente de la Autoridad Independiente de Protección del Informante.
"En España hay decenas de miles de aforados"
Esta semana, algunos partidos han vuelto a exigir medidas contundentes: “Que nunca más esta gente se siente en un escaño. Eliminemos ya los aforamientos”, exigió Gabriel Rufián (ERC) en el Congreso de los Diputados.
“Es un privilegio. En España hay decenas de miles de aforados, lo cual no existe en el resto de los países de nuestro entorno” señala, a ese respecto, Safira Cantos.
Unos apuntan a las empresas, con Gabriel Rufián pidiendo “inhabilitaciones de por vida” y Pablo Bustinduy, ministro de Derechos Sociales, apuntando que “los nombres de las empresas que se han publicado” en el marco del caso Koldo “son los mismos que estaban en la Gürtel, que estaban en los papeles de Bárcenas”. “Es absolutamente intolerable”, denunciaba.
Otros, por su parte, sitúan a los propios partidos en el centro del problema: “Si los partidos políticos no tienen ética interna, lo que nos mandan hacia afuera ¿qué es? No es solo que tengas a un Ábalos, sino que tengas un Koldo. La pregunta es ¿cuántos Koldos hay?, señala Manuel Villoria.
Evitar el clientelismo, lograr una administración más independiente, más profesionalizada. Ese es el reto.
“Hay mucha gente que se introduce en los partidos para conseguir un puesto de trabajo”, indica Villoria.
El amiguismo en empresas públicas, otra práctica extendida
“Hemos, no solamente analizado, sino medido el niel de amiguismo al frente de las empresas públicas en España y no es comparable con el de otros países de nuestro entorno”, expresa, por su parte, la directora de directora de la ‘Fundación Hay Derecho’.
“En Dinamarca, el director de gabinete de la primera ministra o del primer ministro no cambia cuando cambia el primer ministro”, cuenta Villoria.
Menos politización y un control más eficaz con, por ejemplo, juzgados especializados en corrupción, son otros de los objetivos.
“Que puedan tener buenos peritos, que tengan especialización… porque, si no, a un juzgado pequeño le cae un caso de estos y destroza todo”.
Es lo que piden para combatir una lacra del sistema.
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