El texto gallego, que no se consiguió reformar la legislatura anterior por falta de acuerdo entre el PSOE y el PP, tiene que "proteger" sus competencias frente a la inclinación que tienen los distintos Ejecutivos a utilizar de forma "abusiva" la legislación básica, impidiendo de esta forma "que se diseñen políticas propias".
Otras exigencias que plantea el BNG, según ha explicado el dirigente nacionalista en una entrevista concedida a Efe, es el establecimiento de "unos mínimos" en materia de financiación autonómica que aseguren la mejora de la suficiencia y autonomía financiera, y la gestión de los tributos propios.
Sobre la cuestión del idioma, el también coordinador ejecutivo del partido, tiene claro que el gallego tiene que tener la misma protección jurídica que el castellano y es también "fundamental" que el carácter nacional de Galicia quede reflejado en el Estatuto para que "no pierda posiciones" con respecto al País Vasco y Cataluña.
Con el horizonte puesto en las octavas elecciones autonómicas, Jorquera ha asegurado que no hay ningún pacto postelectoral con el PSOE, aunque es evidente que la proximidad programática de ambas fuerzas y la experiencia del bipartito hace pensar que "lo lógico" sea reeditar el Gobierno de coalición la próxima legislatura, si los votos así lo permiten.
Y expectativas las hay, teniendo en cuenta que el barómetro del CIS de enero otorgaba al PSdG-PSOE dos escaños más (ahora tiene 25), la pérdida de entre uno y dos diputados al PP (37 actuales) y la posible pérdida de un escaño del BNG, que cuenta con 13.
Retomar el bipartito es una opción que está ahí porque el resultado de estos cuatro años ha sido "muy razonable", ha asegurado Jorquera, puesto que ha posibilitado sentar las bases para abordar los cambios estructurales que "Galicia necesita" y estos cambios, ha dicho, requieren ahora de una segunda fase para proseguir su "implantación".
Esta transformación, según ha explicado, se ha empezado a notar, por ejemplo, en la puesta en marcha de los cimientos de "un auténtico sistema gallego de bienestar social" frente al Gobierno del PP, que entendía las políticas sociales de una manera "caritativa y asistencial".
También en la "apuesta" que se ha hecho por un nuevo modelo de desarrollo que estimule la economía productiva y que incluye, entre otras propuestas, nuevas políticas energéticas y otras para activar el campo y la producción agraria, después de que dieciséis años de gobierno popular, ha subrayado Jorquera, "nos haya dejado un medio rural abandonado, envejecido y con un alto grado de desertización".
"Parcialmente satisfecho" se siente Jorquera en cuanto a los beneficios obtenidos con el bipartito "en materia nacionalista", ya que está convencido de que su partido ha influido para que se mantenga una posición de cooperación institucional con el Gobierno central, al margen del color político, pero siempre "desde una actitud de firmeza" en la defensa de los intereses de Galicia.
Además, la defensa de estos intereses, ha apuntado, se ha reforzado en el Congreso, donde el BNG, con sus dos diputados, ha sido "decisivo" para avanzar en el traspaso de competencias y en las inversiones del Estado en Galicia, pero como dice él y uno de sus lemas de campaña: 'Queremos más'".