ETA: Más de cuarenta años de terrorismo

INFORMATIVOS TELECINCO/AGENCIAS 05/09/2010 11:04

Desde aquel día se han registrado 851 asesinatos, 77 secuestros, miles de cartas exigiendo el impuesto revolucionario, explosiones de coches bomba similares a la que hoy destruyó parcialmente uno de los aparcamientos de la terminal T4 de Barajas, y amenazas contra diferentes sectores de la sociedad española.

El primer golpe policial de entidad contra la banda ocurrió a los diez años de su fundación, con la primera desarticulación de la cúpula etarra. Dieciséis de sus miembros fueron juzgados un año más tarde en el consejo de guerra conocido como "Proceso de Burgos".

Seis de ellos -Onaindía, Larena, Uriarte, Izko de la Iglesia, Gorostidi y Dorronsoro- fueron condenados a muerte, aunque la presión popular, nacional y extranjera, la labor de la prensa internacional y cientos de peticiones de clemencia lograron que Franco conmutara las penas por reclusión mayor.

Como protesta a este "proceso", ETA cometió ese mismo año su primer secuestro, aunque no fue hasta enero de 1973 cuando raptó a un empresario por motivaciones puramente económicas.

Primera actuación en Madrid

En 1973, ETA actuó por primera vez en Madrid y cometió el atentado más espectacular de su historia: el 20 de diciembre asesinó al presidente del Gobierno, el almirante Luis Carrero Blanco.

Un año después, el 13 de septiembre de 1974, la banda perpetraba, también en Madrid, su primer atentado masivo con la colocación de una bomba en la cafetería Rolando. Murieron 13 personas y 80 resultaron heridas.

La división de ETA

Este atentado despertó un debate interno que concluyó con la escisión de ETA en dos ramas: "milis", partidarios de la insurrección popular, y "poli-milis", mayoritarios y que apostaban por la violencia selectiva.

Los atentados de ambas ramas se superpusieron hasta 1982, cuando los "poli-milis" se disolvieron y se configuró lo que sería la dirección de ETA hasta 1992, cuando se desarticuló la cúpula en Bidart (Francia).

Sangriento historial

Hasta entonces, la banda perpetró atentados indiscriminados como el de Hipercor en 1987, con 21 muertos; el de la plaza de la República Dominicana de Madrid en 1986, en el que fallecieron 12 personas; la casa-cuartel de la Guardia Civil en Zaragoza en 1987, con 11 muertos, o la casa-cuartel de Vic en 1991, con 10.

Además, ETA cometió asesinatos de especial impacto social, como el José María Ryan Estrada, ingeniero jefe de la central nuclear de Lemóniz, que fue secuestrado el 29 de enero de 1981 para exigir que, en el plazo de siete días, fuese demolida la central.

También destaca en el sangriento historial de ETA el asesinato de María Dolores González Catarain, Yoyes (1986), que había abandonado la banda en desacuerdo con la línea dura y que, tras once años de exilio, se había acogido a las medidas de reinserción social.

La aparición del GAL

La irrupción a partir de 1983 del GAL, que mató a 14 miembros de ETA hasta 1987, y la desaparición del "santuario francés", que trajo la detención de parte de la dirección etarra en 1984, supusieron fuertes cambios en la estructura de ETA.

La irrupción a partir de 1983 del GAL, que mató a 14 miembros de ETA hasta 1987, y la desaparición del "santuario francés", que trajo la detención de parte de la dirección etarra en 1984, supusieron fuertes cambios en la estructura de ETA. En 1992, ETA volvió a quedar descabezada. La detención en Francia de su cúpula supuso un duro golpe y propició un notable descenso de su actividad, aunque continuaron los atentados.

Atentar contra políticos

La decisión en 1995 de atentar de manera sistemática contra políticos -el primero en caer fue el presidente del PP en Guipúzcoa, Gregorio Ordóñez- supuso una nueva vuelta de tuerca en la estrategia etarra.

ETA llegó incluso a atentar, también en 1995, contra el entonces presidente del PP y líder de la oposición, José María Aznar, que salió ileso de un atentado con coche-bomba. Desde entonces, la banda ha asesinado a 20 políticos, entre ellos, 15 concejales.

El Espíritu de Ermua

En 1996, ETA planeó su secuestro de mayor duración, el del funcionario de prisiones José Antonio Ortega Lara, para cuya liberación exigía el fin la dispersión de sus presos. Ortega Lara fue liberado por la Guardia Civil tras un cautiverio de 532 días.

Al año siguiente, ETA cometió su último secuestro, el del concejal del PP en Ermua, Miguel Angel Blanco Garrido, quien fue asesinado al cumplirse el plazo de 48 horas que la banda había dado para que el Gobierno accediera a reagrupar a sus presos.

La muerte del edil produjo la mayor movilización popular contra ETA, el llamado "Espíritu de Ermua", un fenómeno que, según los expertos, llevó a la banda a declarar el 16 de septiembre de 1998 una tregua unilateral e indefinida. Las negociaciones con el Gobierno del PP no fructificaron y el 3 de diciembre de 1999, ETA rompió la tregua.

Último atentado mortal

Desde entonces, ETA ha asesinado a 46 personas y herido a más de 300. Su último atentado mortal se produjo el 30 mayo 2003, cuando una bomba acabó con la vida de dos policías nacionales en Sang³esa (Navarra).