Bombardear un volcán para encauzar la lava, una idea que ya se usó en Hawái y Sicilia

Las palabras del presidente del Cabildo de La Gomera, Casimiro Curbelo, al sugerir que se debería probar a bombardear el volcán de La Palma para encauzar y dirigir la lava se han convertido rápidamente en noticia por lo disparatado que pudiera parecer siquiera llevar a la práctica esa idea. Sin embargo, la realidad es que, pese a la incredulidad que ha generado su sugerencia, no es algo que no se haya hecho antes.

Concretamente, ya en Hawái, en 1935, el general Patton, --George S. Patton--, para desviar la lava del volcán Mauna Loa ordenó un bombardeo para intentar detener las coladas antes de que llegaran a la ciudad de Hilo. Sin embargo, en aquella ocasión éste cesó su actividad sin que en ello influyera para nada el bombardeo. También se probó posteriormente en 1942, pero igualmente, fue un fracaso.

Bombardear un volcán, algo que que ya pasó en Europa con el Etna

Más allá, eso de bombardear un volcán para encauzar la lava ya se ha probado también en Europa. Concretamente, y por primera vez en el continente, en Sicilia, en 1983 y a comienzos de los noventa, ante las erupciones del Etna.

Se utilizó cuando la lava amenazó algunos centros habitados situados en las laderas del volcán, pero en este caso los explosivos no se lanzaron desde aviones militares, como sugería Casimiro Curbelo para el volcán de La Palma, sino que se colocaron desde tierra de forma precisa para modificar la morfología del terreno y desviar la lava, después de una atenta planificación.

No obstante, los expertos insisten en que las características de unos casos y otros son muy distintos. El entorno del Etna, subraya el geólogo de 'Meteored', Lorenzo Pasqualini, en declaraciones recogidas por Europa Press, "es muy distinto" al de Cumbre Vieja en La Palma, y los pueblos italianos están situados a una distancia bastante mayor de las bocas eruptivas.

Además, subraya, "es importante la diferencia de desnivel". En el caso del Etna, apunta, hay mucho recorrido tanto en longitud como en altura, antes de que la lava alcance los centros habitados".

Los explosivos para cambiar la dirección de la lava en el Etna fueron programados por volcanólogos italianos apoyados por expertos en explosivos originarios de Suecia, en una acción que encontró muchas críticas, tanto por parte de otros vulcanólogos como de ambientalistas.

Los resultados con el Etna, "insuficientes" para avalar el bombardeo

Incluso sus resultados, señala Lorenzo Pasqualini, fueron considerados "insuficientes" por una parte importante de expertos, aunque hay un debate abierto sobre este tema.

Con esta explosión se obligó la lava a fluir en un canal preparado previamente por el Ejército, y la preparación se topó también con varios problemas técnicos, entre los cuales destaca la colocación de material explosivo en una zona muy caliente.

Diez años más tarde, en la erupción de 1991-1993, los explosivos volvieron a ser utilizados.

En un primer momento se intentó modificar la colada lávica --que amenazaba el pueblo de Zafferana-- construyendo diques y lanzando bloques de hormigón desde los helicópteros.

Al final, en el mes de mayo de 1992, los explosivos volvieron a ser utilizados (7.000 kilos) para obligar a la lava a entrar en un nuevo canal previamente preparado.

Los expertos temen que la idea de bombardear el volcán puede traer más problemas

Frente a la sorprendente sugerencia del presidente del Cabildo de La Gomera, distintos expertos llaman a la cautela y advierten: la idea puede llegar a traer más problemas que soluciones.

Así lo deja ver Stavros Meletlidis, del Instituto Geográfico Nacional,en declaraciones a Uppers al ser preguntado si se podría hacer algo similar a lo que se hizo con el volcán Mauna Loa en Hawái durante la II Guerra Mundial: "Aquí hay que tener en cuenta que para hacer todo eso necesitas tener un espacio más grande, porque La Palma es una isla pequeña, y no es lo mismo un recorrido de 40 kilómetros de colada como en Hawái que cinco como tenemos aquí", apunta, añadiendo que son diversos los problemas que podría acarrear esa idea: "Hay que tener en cuenta el volumen de magma que está implicado. Si nosotros hacemos alguna actuación, cualquiera, igual no sirve y puede perjudicar. Ya tenemos bastantes flujos de lava y habría que ver cómo se hace algo parecido sobre los nuevos recorridos, porque el espacio entre el cono y la afectación de la colada aquí es mínimo".

También María José Blanco, jefa del Centro Geofísico en Canarias del Instituto Geográfico Nacional, advierte: "Hay que tener en cuenta la topografía y los sistema de alimentación. Bombardearlo implicaría despresurizar todo lo que hay debajo, de tal modo que tienes un problema mayor. Si lo despresurizas y le quitas toda la carga de roca que tiene encima no sabemos cómo se comportaría", señala a Uppers, explicando: "El volcán ha empezado con profundidades de más de 10 kilómetros, por lo que cualquier cosa que hagamos sería muy superficial. En ese momento del bombardeo puedes abrir otros puntos o puedes desviarlo, pero no sabes si ese desvío es el tuyo. Hablo de bombardeo como de hacer un canal con una pala mecánica, o en el frente, que puedo poner 30 bombas de agua enfriando la colada, pero se acumularía un volumen mayor detrás. Tampoco parece muy probable que un avión pudiera volar cerca en las circunstancias actuales", expresa.