La política ya es un reality show: el que no sea mediático no sale en la foto

Informativos Telecinco 28/03/2019 07:00

Esta campaña no la vamos a olvidar y eso que acaba de empezar. Vox ficha sin pudor a media familia para rellenar las listas electorales, uno de los candidatos se cambia el nombre en las listas por error y se convierte en carne de meme y de telenovela. Es lo que va de Albert Rivera a Alberto Carlos Rivera. Si las encuestas no fallan, en el Congreso coincidirán toreros y Pacma, mano a mano, mientras que los militares se quitan el uniforme para llegar al Congreso. Casado ofrece a su rival un puesto de cuanto más lejos mejor, o sea, exteriores. El desprestigio de la clase política y la debilidad de los líderes que aspiran a la Moncloa han hecho el resto. El golpe a los partidos es notable.

No hay partido sin estrella mediática y los cuadros de los partidos se preguntan qué he hecho yo para quedarme fuera de las listas. Rufián parecía un rara avis pero eso se acabó. ¿Dijo Alfonso Guerra aquello del que se mueva no sale en la foto para tener el partido prietas las filas? Él ahora los desmiente, pero Casado, Rivera, Abascal e Iglesias cumplen este mandato. La nueva política era esto. Ni una lista sin su estrella. Los partidos se asemejan cada vez más a Got Talent.

El politólogo Pablo Simón (PS) y Carmen Ortega (CO), profesora titular de Ciencias Políticas de la Universidad de Granada, nos intentan explicar qué es esto de los fichajes estrella en el mundo de la política. Qué supondrá que toreros como Miguel Abellán o Salvador Vega pasen a formar parte de las listas del PP, en la que se también van periodistas como Pablo Montesinos y Cayetana Álvarez de Toledo o personajes mediáticos como Juan José Cortés, padre de Mariluz.Juan José Cortés, padre de Mariluz.

Pero no solo el PP se ha metido de cabeza en esto de los fichajes de estrellas. También lo ha hecho Ciudadanos con, por ejemplo Marcos de Quinto, el exvicepresidente mundial de Coca-cola, o Edmundo Bal, exabogado del Estado apartado por el Ejecutivo socialista en el caso del procés. Y Vox, que ha llenado sus listas con militares retirados, algunos de ellos muy significados. Es el caso de Agustín Rosety y Alberto Asarta, que firmaron un manifiesto a favor de Franco. Estos son solo algunos de los nombres que aparecerán en las listas de las elecciones generales del 28 de abril y aunque cueste creerlo, los expertos coinciden en señalar que estos fichajes mediáticos no se traducen en votos directamente.

P:¿Qué buscan los partidos políticos con estos fichajes tan mediáticos?

PS: En primer lugar, en términos de lógica interna lo que buscan los partidos, más concretamente los líderes de los partidos que con los sistemas de primarias tienen mucho poder, es colocar a sectores que no tengan mucha trayectoria política dentro del aparato y que, por lo tanto, no le puedan hacer ningún tipo de sombra si la situación viene mal dada. Es decir, son gente que ha entrado en la política de mano de los líderes como fichajes estrellas y es poco probable que se coordinaran en caso de que hubiera muy malos resultados para desplazarles o cuestionar su liderazgo.

Esta es una lógica que han seguido todos los partidos pero en el caso tanto de PSOE como de PP es bastante evidente.

El segundo elemento apunta hacia el interés electoral. Son gente o candidatos en principio populares, conocidos, con efecto de arrastre y mediáticos. Se trata así de señalizar cierta apertura de los partidos o cierto interés de los partidos por captar liderazgos externos. En general, la política profesional tiene una inmerecida mala prensa y esto hace que muchas veces los ciudadanos valoren positivamente que vengan profesionales que no estén necesariamente ligados al mundo de lo político. Ahí entran figuras de periodistas, toreros, empresarios de prestigio...

CO: Es una estrategia para capturar votos. La cuestión es porqué lo hacen y si merece la pena o no. El efecto de los líderes políticos sobre el voto en España ha sido muy ilimitado porque en España uno de los factores determinante del voto ha sido tradicionalmente la ideología y con un electorado muy fiel, que votaba siempre al mismo partido. En los últimos años se va viendo que la ideología por mayoría absoluta tiene un menor papel. El elector es más volátil y decide en función de cuestiones a corto plazo.

Ante el declive de la ideología como factor determinante del voto cobran importancia otro tipo de asuntos como los líderes, el estado de la economía, incluso determinadas propuestas sobre políticas concretas en materia de inmigración, aborto, eutanasia... En esta situación, los liderazgos políticos cobran mayor importancia. Esto de fichar personajes famosos responde al planteamiento de intentar capturar el voto del elector volátil, sin preferencias ideológicas claras que puede cambiar de un partido a otro.

P: P:¿Estos fichajes se podrían traducir en votos?

PS: No tiene porqué tener una traducción directa, pero si genera cierto clima de opinión. Es decir, hay dos elementos. De un lado, se trata de marcar la agenda y de dar visibilidad al partido en un contexto determinado que hace que se hable de ese fichaje. Esto no significa que luego esta persona funcione bien, ni como parlamentario ni siquiera tiene que funcionar bien con posterioridad -puede incluso que en las entrevistas lo haga mal- pero sí que permite al partido marcar la agenda en un momento determinado.

Luego, un segundo elemento es el que pretende generar un cierto clima de que el partido se está renovando y está captando talento, intentar generar un clima positivo en favor de su formación.

CO: Es lo que buscan. Y se puede traducir en votos aunque con efecto limitado. Esta estrategia también responde a una demanda de la ciudadanía y crítica a su clase política de falta de profesionalización. Los españoles en los últimos años cada vez critican más a los políticos profesionales, es decir, gente que no ha tenido otra ocupación que la política en su vida.

Pero en realidad, si revisas las listas esto es una operación maquillaje. Para los primeros de las listas en determinadas circunscripciones están buscando a los candidatos estrella, que son profesionales en otros ámbitos, mientras que el resto de la lista lo componen las personas de partido más próximas a los líderes políticos, que están controlando el proceso. Cambio los primeros puestos, he lavado la imagen, pero los que van detrás son gente mía de partido.

P: PEn España no ha habido mucha tradición de hacer este tipo de fichajes y menos en esta cantidad ¿Por qué ahora sí?

PS: La razón es triple. Ha habido un cambio organizativo dentro de los partidos muy importante, gracias a las primarias que hace que la toma de decisiones sea muy vertical. Antes las listas se hacían con encaje de bolillos para que más o menos estuvieran satisfechos todos los sectores del partido, a nivel territorial, de familia... Ahora los líderes no necesitan eso. Son votados en primarias y tienen pleno poder para elaborar las listas.

El segundo elemento lleva a distinguir bien entre los fichajes de externos para cargos ejecutivos que los fichajes de las listas, que es distinto. Ahí, no es lo mismo fichar a alguien como ministro que sea un profesional externo, que eso lo hemos hecho toda la vida. Esta segunda dimensión conecta con la espectacularización de la política. Ahora la política se parece más a un plató de televisión en un contexto muy volátil en el que la comunicación es central y eso hace que estos líderes tiren de ese tipo de perfiles.

El tercer elemento es el hecho de que ahora tenemos una oferta mucho más fragmentada. Ahora hay que competir por la atención para que te hagan caso porque hay hasta cinco partidos de ámbito estatal. Este tipo de fichajes te permite marcar agenda y que hablen de ti.

CO: El problema de reclutar a candidatos independientes es su independencia. Las personas de partido normalmente son fieles, es decir, que en caso de discrepancia te van a acompañar. Los independientes no tienen un compromiso con el partido si hay una disputa no pueden confiar en su lealtad.

Un ejemplo fue el juez Garzón, reclutado por el PSOE en 1993, rompió la disciplina de voto. Los independientes pueden votar según su conciencia, cuando ha salido mal. Aunque también está el caso en el que sale bien. Cristóbal Montoro cuando fue reclutado por el PP era Catedrático de Hacienda y después ha servido al partido muchos años y con lealtad.

P: ¿El aluvión de fichajes mediáticos no puede lanzar el mensaje de que en los partidos no hay talento?

PS: Perfectamente. Realmente es sintomático de los problemas que tienen los partidos. En términos de opinión pública estamos en el otro extremo del péndulo. Es decir, en un principio se hacía esa crítica de partidos cerrados y oligarcas y por eso viene el 15M. Ahora estamos en el otro extremo en el que parece que todo lo que venga de los partidos es malo y hay que buscar solo gente que viene de fuera.

Las listas que vamos a ver en las autonómicas y locales van a ser más convencionales. No obstante, es verdad que estas generales son tan especiales por el contenido que tienen, por la competición y la novedad que suponen y, además hay algo que lo ha precipitado todo también y es que hay un partido que tradicionalmente se había resistido a hacer esto de los fichajes estrella, que era el PP, que por primera vez lo ha hecho también. Es decir, el PP siempre había tratado de transmitir seriedad, rigor, buena gestión y no hacía ese tipo de fichajes estrellas. Ahora ha entrado como elefante en cacharrería a partir del nuevo liderazgo y esto ha lanzado un mensaje de banalidad que puede erosionarlo o señalizar la erosión de sus expectativas electorales.

CO: Ese mensaje ya existe. La percepción ciudadana es que los políticos son gente que no ha trabajado en su vida, no ha tenido una profesión previa. Por eso, intentan tener en las listas gente del partido que crean en mi idea y en mi proyecto y reforzar al equipo, buscando responder a la crítica a la mediocridad de la gente de partido. Es una operación de imagen.

P: P¿Puede suponer esta estrategia un intento de intentar ocultar la falta de propuestas políticas?

PS: En este sentido hay que reconocer que el nombre es el programa. Es decir, si llevo dos toreros en mis listas estoy señalizando algo, si yo llevo al padre de Mariluz en mis listas estoy señalizando también unas preferencias. Es verdad, no es que la persona tape a los programas, que también, hay un poco de eso, sino que la persona también es parte del programa. No se puede disociar una cosa de la otra.

CO: No hay que confundir la ausencia de propuesta con lo que centra la atención de los medios de comunicación. Los medios crean el mensaje y la política del espectáculo. En este sentido el ciudadano que debe elegir entre el bloque de izquierda y el de derecha y a partir de ahí, a qué partido del bloque vota. El centro se está quedando vacío. Para el ciudadano esto es más importante que si se presenta uno u otro por determinada circunscripción.

P: P¿Los fichajes estrella sirven también para desviar los problemas internos de los partidos?

PS: No diría tanto desviar la atención como que son una señal de los problemas internos. Los fichajes externos siempre generan turbulencias dentro de los partidos, pero el colocar a los afines dentro de las listas sirve para blindarte contra problemas internos que pudieran emerger en un momento determinado. Pedro Sánchez limpia sus listas para protegerse de que no le vuelva a pasar una conspiración de su grupo parlamentario contra él. Pablo Casado selecciona a mucha gente externa aunque eso genera mucho ruido interno precisamente porque él sabe que si saca malos resultados y no gobierna va a haber también muchas turbulencias.

Tampoco se puede olvidar que parte de estas discrepancias que puede haber dentro de los partidos no han aflorado totalmente porque todavía hay que hacer las listas del 26 de mayo. Muchos no critican abiertamente porque están esperando a la repesca. Si no te colocan en un sitio, te colocan en otro, así que mejor no liarla mucho.

CO: Estas elecciones se están caracterizando, sobre todo en los dos principales partidos, por una purga política. Están escogiendo a los candidatos al antojo de los líderes nacionales. Pero más que ocultar la pugna interna -que lo puede ser- responde sobre todo a un interés electoralista y a un marcado carácter populista de hacer cada vez más de las elecciones un espectáculo.

P: PVox ha fichado militares, que aunque no son tan mediáticos sí están muy señalados... ¿Responde a la misma estrategia que siguen las demás formaciones?

PS: Lo que señaliza Vox son dos cosas, que tiene mucho interés en el voto de los cuerpos y fuerzas de seguridad del Estado, o sea, un segmento de votantes que valora el orden y la seguridad. También entronca con una cosmovisión ligada a los nostálgicos del franquismo o de regímenes pasados en los que los militares tenían un papel importante.

CO: Por una parte entra en la estrategia de fichajes estrellas y de la necesidad de acabar con la profesionalización de la política, pero hay también una intención de conectar con ciudadanos preocupados por la seguridad, la ley y el orden.

P: ¿Sería esto un primer paso hacia las listas abiertas?

PS: No. No tiene nada que ver. Nosotros tenemos listas cerradas y bloqueadas, no hay reforma a la vista de esto y, sin embargo, si está señalizando que las cúpulas de los partidos tienen mucho poder y han entrado de lleno en la lógica de la espectacularización.

CO: Las listas abiertas requeriría la reforma del sistema electoral, donde el elector puede decidir qué candidato dentro de cada lista he elegido. Esto da más protagonismo a los candidatos individualmente considerados pero de ahí a las listas abiertas hay un gran paso.

Todos estaban de acuerdo en la necesidad de unas listas abiertas antes de las elecciones -incluso el PP que es el más reticente- como medida de regeneración democrática y ahora han dejado la propuesta en el cajón por miedo a la indisciplina y a que las luchas internas las solucione el electorado.

P: ¿Hay otros países europeos con más tradición en este tipo de fichajes mediáticos?

PS: Fichajes mediáticos a nivel parlamentario es raro. Es raro que se produzcan cambios tan importantes en las listas pero también es verdad que Países Bajos o Islandia, por ejemplo, han tenido ya fichajes externos, muchas veces deportistas, estrellas de cine... Pero la tasa de renovación tan alta que estamos viendo ahora en España es rara. Lo normal es que en cada elección se limpien el 50% de las listas y aquí hablamos de tasas que llegan casi al 70% en algunos casos. Es un cambio muy importante a la espera de ver que es lo que pasa en las elecciones.

CO: Toreros y personas conocidas se han empleado en otros países con sistemas más personalistas como en Italia o en Islandia, donde hay ejemplos de actrices, jugadores de fútbol que entran a la política. Muchos de estos candidatos son mediáticos. El peligro que se corre es hacer de la política un espectáculo. Se puede trivializar la actividad política.

P: P¿Cambiará la forma de hacer política en nuestro país si vemos a Marcos de Quinto o a Juan José Cortes sentados en el Congreso de los Diputados?

PS: Eso dependerá mucho en función de quién gobierne y cómo gobierne, pero seguro que va a cambiar. Vamos a tener menos trabajo parlamentario de fondo porque estas personas son menos especialistas en este tipo de cuestiones y vamos a tener muchos más vídeos virales de personas que dicen la primera cosa que se le pasa por la cabeza. Tengo la impresión de que si ya con la nueva política habían llegado un poco los platós de televisión al Congreso, esto es una vuelta de tuerca mucho mayor. Además hay un contexto con cinco fuerzas políticas, con Vox y Podemos directamente enfrentados... Se podría decir que Gabriel Rufián va a pasar de ser la excepción a ser la norma.

CO: En un principio no porque hay disciplina de voto. Son los líderes los que deciden las situaciones políticas. Cambiarán la forma de hacer política si actúan como independientes. No determinarán el contenido de la política pero sí el sentido mediático y de imagen, hacen de la política un espectáculo.