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El CIS vuelve a dar titulares y a contar con preguntas que sorprenden. Como dividir el apoyo a Podemos en dos cuestiones en las que se cuela un pacto con partidos independentistas y otro sin independentistas y abstenciones necesarias. ¿Está hecha la encuesta para que ante esta división gane la opción monocolor? En plena ola de al polémica, Tezanos (que acertó muy mucho en generales y autonómicas) lanza un nuevo sondeo en el que se vuelve a demostrar que a Pedro Sánchez le sale a cuenta su hoja de ruta. Dijo Iglesias en su entrevista con Piqueras que los españoles no habían votado un Gobierno monocolor. Cierto. Veamos.
Un 20,2% de los españoles prefiere un Gobierno capitaneado por Pedro Sánchez en solitario (uno de cada cinco españoles), frente al 15,8% de encuestados que optan por la entrada de Unidas Podemos en el Ejecutivo con apoyo de partidos nacionalistas no independentistas, con las abstenciones necesarias, según el CIS. Hasta ahí, ganaría la estrategia de Sánchez y el argumento de gobernar en solitario porque un Gobierno del PSOE, Unidas Podemos y partidos nacionalistas independentistas cuenta con el apoyo de un 10,6%. Ambas opciones están por debajo de un gobierno solitario. Pero ahí está la cuestión que puede traer polémica. Que sumando estas dos opciones estaríamos ante una preferencia por un pacto con Unidas Podemos del 26,4%. Para ello deberíamos unir a la gente que desea partidos independentistas y no, pero entonces sería la opción preferidas por los españoles. Así que ahora, tanto Sánchez como Iglesias podrán defender sus opciones como las favoritas. Los proclives a un gobierno de PP, Ciudadanos y Vox con otros apoyos se quedan en el 10,1%, y sólo el 2,2% vería bien una abstención de PP y Ciudadanos que permitiera al PSOE gobernar en minoría con el apoyo de Coalición Canaria, Compromís y el Partido Regionalista de Cantabria.
El estudio desvela que un 67,7% de los consultados tuvo siempre claro su voto frente a un 18,3% que dudó entre varios partidos o coaliciones. Un 7,5% siempre estuvo en la abstención y un 2,2% se debatió entre si ir o no a votar. De los que tenían decidido votar pero les costó decantarse por una u otra papeleta, el 21,5% dudó entre el PSOE y Unidas Podemos, el 14,6% lo hizo entre el PP y Ciudadanos y un 12% entre naranjas y socialistas. Los que optaron entre el PP y Vox fueron el 5,1%.
El motivo principal para escoger la papeleta de los que ejercieron su derecho a voto fue su identificación con las ideas del partido elegido (35,4%). Pero también pesó que siempre han votado al mismo partido (19%), que le consideran más capacitado para gobernar (13%) o el candidato a la Presidencia del Gobierno (12%).
El 68,6% de los que acudieron a votar lo hicieron "con convicción", frente a un 18,4% que reconoce que lo hizo "con ciertas dudas", otro 6,3% optó por "el mal menor" y un 5,5% eligió papeleta "para evitar que pudiera ganar otro partido". Asimismo, del 12% que admite que en algún momento pensó en abstenerse pero al final fue a votar, son mayoría (27%) los que lo hicieron para "intentar que ganaran partidos de derechas", un 22% se animó a ir al colegio por lo que escuchó en la campaña y cerca del 10% lo hizo con la intención de frenar a los partidos independentistas.
Además, en aquellos días previos a las elecciones del 26 de mayo, un 84% de los que votaron el 28 abril confesaba que habría votado por la misma formación de haber conocido los resultados de las generales, sólo un 2,3% admitía que cambiaría su voto y un 8% habría optado por abstenerse o votado en blanco.
La importancia de la fidelidad de voto también se refleja en la única pregunta específica sobre el Senado que incluye la encuesta y que deja claro que, pese a ser listas abiertas, el 75,2% de los entrevistados apoyó a tres candidatos del mismo partido; sólo un 8% puso la cruz en aspirantes de distintas formaciones y un 11,9% directamente no votó.
Los debates electorales tampoco han tenido una gran influencia sobre el sentido del voto ya que, de los que siguieron los programas en los que participaron los candidatos a La Moncloa, sólo un 7,1% admite que cambió su voto. Respecto a la crispación durante la campaña de las generales, cerca del 60% censura el alto nivel de "agresividad de insultos" considera que hubo "bastante" agresividad e insultos frente a un 18% que opina que no fue así. Entre los que consideran que hubo mucha o demasiada crispación, el 31% señala a los candidatos del PP como los más agresivos y faltones, el 20% a los de Ciudadanos y el 14% a los de Vox. Ya muy por debajo figura un 5% que afea su tono a los del PSOE y Unidas Podemos
Algunas datos del CIS también son representativos. Los ciudadanos siguen viendo a C's en el centro como opción principal (el 20,2% le coloca en el seis en una escala del cero al diez) aunque sitúen al partido y a su líder en el 7 de una escala del 1 al diez, es decir, ya más claramente escorado a la derecha, mientras que la PSOE también le ven centrado pero justo en un 4 (el 28,4%), algo más a la izquierda. Unidas Podemos es visto de extrema izquierda, es decir, en el 1 por el 28,3% de españoles mientras que el 56,5% ve a Vox en el diez, extrema derecha. En cuanto al PP también le ven muy escorado a la derecha, en el 8 lo catalogan el 28% de los españoles.
Un 36% se sienten cercanos al PSOE, un 14,6% al PP y aquí aparece una de las claves: solo un 9,2% de los españoles se siente afín a Ciudadanos. De hecho, Unidas Podemos logra un 13,8%.
Sánchez ha ganado valoración desde el anterior CIS y se convierte en el único político que aprueba con un 5,1. Le siguen Rivera, con un 4,2: Pablo Iglesias y Garzón con un 4,1; Casado logra un 3,6 mientras que Abascal se queda en un 2,8.
El 34,1% de los españoles se considera de izquierdas si por ello entendemos progresistas, socialistas y socialdemócratas mientras que el 26,5% se ve de derechas si incluimos en este ámbito a conservadores, liberales y democristianos. Un 4,6% apuesta por calificarse como feminista, y un 2,9% nacionalista.