“El déficit de la sanidad madrileña viene de decisiones tomadas hace años”

ESPERANZA BUITRAGO 12/12/2012 06:54

Las batas blancas han vuelto a la calle en Madrid. Hoy una manifestación organizada por la Asociación de Facultativos Especialistas (Afem) bajo el lema 'Antorcha por la Sanidad', recorre las calles de la capital desde el hospital Niño Jesús. Los médicos especialistas madrileños llevan ya tres semanas (de lunes a jueves) de huelga indefinida.

Además, este domingo 16 de diciembre otra marea blanca recorrerá las calles de Madrid y el 19 y 20 celebran nuevas jornadas de huelga general. La primera en hospitales y la segunda Centros de Salud y Summa.

En la Comunidad de Madrid la rebelión de los sanitarios comenzó cuando se anunció la reconversión del hospital de La Princesa en un centro de atención "superespecializado" en mayores de 75 años. Al final las protestas han dado al traste con esta idea y La Princesa seguirá siendo un hospital general.

No obstante, el presidente Ignacio González mantiene el Plan de Sostenibilidad de la Sanidad con un presupuesto para 2013 de 7.108 millones de euros, un 7% menos que el gasto de 2012. Ello implica ceder la gestión de seis hospitales (Infanta Leonor, Infanta Sofía, Infanta Cristina, Hospital del Henares, Hospital del Sureste y Hospital del Tajo) y de 27 centros de salud a empresas privadas en el primer caso y a sociedades que creen los mismos trabajadores sanitarios en el segundo. Los médicos, enfermeros y demás personal sanitario reclaman que la Consejería paralice estos planes y se siente a negociar con ellos.

Como los jueces admiten la necesidad de una reforma del sistema. Ellos además, proponen que sean los profesionales, y no cargos políticos, quienes ocupen los puestos de gestión intermedio y alto, reclaman capacidad de autogestión en la Atención Primaria y admiten “flexibilidad” en los contratos siempre que se garantice “continuidad”, explica el doctor José María Molero, secretario del Sindicato de Empleados Públicos (SIME).

Molero argumenta que ya se ha probado la gestión privada de centros públicos y no funciona. Pone como ejemplo los hospitales de Valdemoro, Móstoles y Torrejón, donde derivan a los pacientes con más complejidad a centros públicos.

"El déficit de la sanidad madrileña viene de decisiones parecidas tomadas hace años". Dice Molero que en los años de bonanza se crearon 11 hospitales "sin estudiar la viabilidad, ni la necesidad” y que "ahora hay que mantener" y no "los pueden cerrar".

Los sanitarios insisten en que no piden más sueldo, "sino mantener el sistema sanitario público", que entienden que "está mal" dadas las circunstancias económicas. "No es una manifestación política, ni salarial", remarca el doctor Molero que afirma que en cuatro años les han bajado el sueldo un 30% y que cada jornada de paro les cuesta 190 euros.

Los sanitarios entienden la reforma sanitaria en Madrid como "agresiva con trabajadores y pacientes". Con los primeros porque los funcionarios, el 90% de la plantilla, serán obligados al traslado y los empleados eventuales serán despedidos para ser contratados después por las empresas privadas con condiciones precarias. Los segundos, los pacientes, verán "recortadas las prestaciones", es decir, habrá menos pruebas diagnosticas y el seguimiento de enfermedades será menos exhaustivo, afirma el secretario del SIMA.

Hace una semana, 600 jefes de servicio de distintos hospitales publicaron una carta abierta en la que afirmaban su compromiso con la "calidad y universalidad de la sanidad pública" con la que mantienen su compromiso por razones "éticas y profesionales".

A todo ello, el Consejero de Sanidad, Javier Fernández-Lasquetty, responde que las huelgas están "injustificadas". En su opinión ya se ha probado en Madrid y en otras regiones de España que "la gestión privada de un hospital público da buenos resultados en cuanto a la calidad asistencial, en satisfacción de los pacientes y resulta menos costosa".

En el último encuentro entre el consejero y el colegio de médicos de Madrid, este lunes por la noche, no ha habido avances. Ambas partes mantienen sus posturas: los médicos insisten en "su rechazo" al plan y consideran imprescindible que se paralice este para "comenzar a negociar" y Sanidad atenderá a las propuestas de los sanitarios para ahorrar una vez aprobado el plan.