Los nacionalistas catalanes consideran la decisión del Supremo un "insulto" y ven "venganza del Estado"

  • La decisión del alto tribunal afecta sobretodo a Carme Forcadell y Dolors Bassa, quienes hasta ahora disfrutaban de este régimen de semilibertad

  • El sector independentista considera que la decisión es un "castigo político" por su ideología

  • Las entidades soberanistas piden "amnistía" y "autodeterminación" ante la resolución del TS

El Tribunal Supremo ha revocado el tercer grado y el artículo 100.2 a los políticos presos independentistas. Después de dos semanas de deliberación la resolución se ha dado a conocer esta mañana y no han tardado en llegar las primeras reacciones del sector nacionalista criticando la decisión del alto tribunal. Los primeros en mostrar su rechazo han sido los mismos presos independentistas afectados, quienes han tachado la resolución de "venganza del estado".

"Como siempre nos hemos enterado de que tenemos que entrar en prisión por los medios de comunicación. Es vergonzosa la falta de respeto hacia nosotros y nuestras familias", ha lamentado la expresidenta del Parlament, Carme Forcadell, quien hasta ahora, al igual que la exconsellera Dolors Bassa, podía disfrutar de este régimen de semilibertad.

El resto de presos también han criticado la decisión del TS y han mandado su apoyo a Forcadell y Bassa. "El Tribunal Supremo dicta venganza de nuevo. Un abrazo enorme, Carmen y Dolors!", ha publicado el líder de ERC, Oriol Junqueras en Twitter nada más conocerse la resolución. Por su parte, el secretario general de JxCat, Jordi Sànchez, y el exconseller Jordi Turull también han considerado que es una "venganza del Estado". "El escarmiento, la venganza de Estado y la aplicación del derecho penitenciario del enemigo no deja ningún margen para las sorpresas", ha añadido Turull.

Al expresidente de la ANC, Jordi Sànchez, tampoco le ha sorprendido la decisión. Considera que el Estado trata de "hundir" a los presos del 1-O de forma constante y que el Tribunal Supremo "retuerce la ley" y "destroza las garantías penales". "La tenacidad del Estado y el Tribunal Supremo para ahogarnos es constante y previsible. Ninguna sorpresa. Retuercen la ley, cambian jurisprudencia, destrozan garantías penales y derechos. España se lo vale. I aquí, mientras tanto, aún buscamos el hilo perdido que nos hizo ser tan fuertes del 1-O", ha lamentado Sánchez.

Coincide con Sánchez el exconseller, Josep Rull, quien tacha la resolución de "castigo político" por su ideología. Según Rull, "lo dijimos desde el primer día: el TS no le preocupa ni la justicia ni los derechos civiles, sólo el escarmiento. La revocación del tercer grado es un castigo político, por nuestra ideología. Cada día que pasa, el estado de derecho se desmenuza un poco más".

Para el ex presidente de Òmnium Cultural, Jordi Cuixart, "no es una derrota" y por eso pide "hoy más que nunca" la amnistía y la autodeterminación. Insistiendo en la idea de 'ho tornarem a fer' Cuixart ha pedido "serenidad, coraje y ni un paso atrás".

Una "venganza del estado"

Poco después de las reacciones de los afectados el expresidente de la Generalitat, Carles Puigdemont, ha publicado un Tweet considerando la decisión del Tribunal Supremo una "venganza y escarmiento". Puigdemont, desde Waterloo, ha mostrado su apoyo a Carme Forcadell y Dolors Bassa, y ha añadido que no le sorprende la decisión, ya que "no es nada nuevo en la hoja de ruta del unionismo".

También ha mostrado su rechazo el presidente en funciones de la Generalitat, Pere Aragonés, quien ha considerado "un insulto para todos los demócratas" la resolución. "Son castigados por una "son castigados por una justicia carcomida, vieja y caduca por el simple hecho de defender sus ideas. ¡La amnistía para todos los represaliados es urgente!", ha publicado en su cuenta el líder de ERC en Cataluña.

Muy contundente ha sido también la respuesta del presidente de JxCat en el Parlament, Albert Batet, quien de forma irónica ha tildado a los magistrado del Tribunal Supremo de "valientes y patriotas". Batet considera que la decisión es un acto de "venganza". "Con la revocación del tercer grado a los presos políticos, los despropósitos de la injusticia española continúan. El afán de venganza del Estado español no tiene límite", ha añadido el presidente de JxCat.

Roger Torrent pide al gobierno de Sánchez "que se deje de retórica"

El presidente del Parlament, Roger Torrent, también ha tildado la decisión de "venganza pura y simplre" y ha recordado que "va en contra de todo los principios de derecho penitenciario. Torrent ha criticado directamente al Gobierno central, "es vergonzoso que el gobierno de PSOE - PODEMOS no se atreva a parar los pies a los enemigos del diálogo". Torrent ha pedido que se den "de una vez las condiciones" y que el Gobierno "se deje de retórica".

En respuesta a la decisión del Tribunal Supremo la entidad independentista Òmnium ha situado la amnistía "como el único antídoto ante al juego sucio del Supremo con el tercer grado. "El Supremo les condenó para ejercer derechos fundamentales y hoy, de la mano de la fiscalía del PSOE, los suprime los derechos. No nos detendremos", ha señalado el vicepresidente de Òmnium Marcel Mauri.