Rescatan a un espeleólogo de 50 años que se había roto una pierna en la cueva cántabra de Arredondo

  • Un operativo formado por 40 personas lo ha rescatado de madrugada

  • El hombre presentaba una fractura en la tibia

  • El accidente se produjo a 200 metros de la entrada de la cueva

Hasta 40 personas han hecho falta para proceder al rescate de un espeleólogo de 50 años que, tras sufrir un accidente, se había roto una pierna en la cueva de Arredondo, en la comunidad de Cantabria.

Según ha informado el Gobierno regional, el rescatado se encontraba en buen estado a pesar de presentar una fractura en la tibia. En torno a las 3 de la madrugada, un operativo formado por la Dirección General de Interior del Gobierno de Cantabria, el Grupo de Apoyo en Espeleosocorro, el GREIM de la Guardia Civil, Cruz Roja y Agrupaciones de Voluntarios de Protección Civil de Ramales y Arredondo ha conseguido rescatar al hombre de 50 años que había sufrido el accidente a unos 200 metros de la entrada de la cavidad.

Los servicios de emergencia de la comunidad autónoma de Cantabria, recibieron una llamada en la tarde del 28 de marzo alertando del accidente sufrido por un espeleólogo en la cueva del Arredondo. Poco tiempo después se instaló un centro de mando para coordinar el operativo de rescate que fue comandado por los técnicos de la Dirección General de Interior del Gobierno de Cantabria.

En el rescate han participado distintas organizaciones que se han coordinado en el operativo. En concreto, estuvo formado por 16 integrantes del Grupo de Apoyo en Espeleosocorro, cuatro efectivos del Grupo de Rescate Especial de Intervención en Montaña (GREIM) de la Guardia Civil, diez voluntarios de Cruz Roja y otros diez de las agrupaciones de voluntarios de Protección Civil de Ramales y Arredondo.

Los detalles de una complicada operación de rescate

El herido se encontraba a más de 100 metros de la entrada de la cueva. Cuando los rescatadores llegaron a la cavidad, comprobaron como un pozo vertical de más de cien metros les separaba del espeleólogo accidentado. Para llegar hasta él y más tarde rescatarlo, hicieron falta cuerdas y técnicas de espeleosocorro.

Además, el operativo era especialmente complicado por la estrechez del tramo en el que se encontraba el hombre con la pierna rota. Para que la camilla no quedara enganchada a lo largo del recorrido, hacía falta ensanchar la cavidad de alguna forma. Esta operación, que ya de por sí implica ciertos riesgos, era especialmente complicada debido al carácter poco conocido de la cueva que todavía está siendo explorada.

Para llevar a cabo la operación, el equipo de rescate se dividió en cinco subgrupos que fueron entrando a la cueva de forma progresiva. Los primeros en entrar fueron los equipos sanitarios que atendieron al hombre accidentado que además tenía la tibia rota. Más tarde irían entrando el resto de grupos para cubrir los distintos tramos del recorrido que debía recorrer la camilla hasta la entrada de la cueva.