Sonia Encinas, sexóloga: "Que una pareja no tenga relaciones no significa que esté en crisis"

La sexóloga Sonia Encinas ha centrado su trabajo en visibilizar cómo la maternidad transforma la sexualidad en pareja
Paola Roig, psicóloga perinatal: "Es muy común decir que la crisis vino con el bebé, pero no suele ser así"
La sexualidad de la mujer y de la pareja no es una línea recta. En la mayoría de los casos, cuando hay una crianza de por medio, las parejas sufren altibajos y surgen muchas dudas. ¿Por qué no hay deseo? ¿Se ha terminado ya el sexo con placer? ¿Nos tenemos que separar? Es lo que habitualmente ven en consulta, los profesionales de la salud mental y las sexólogas que acompañan a parejas (y, sobre todo mujeres) en este proceso.
La búsqueda del embarazo ya de por sí genera cambios en las parejas, porque -si no llega- se mecaniza, después durante el embarazo hay muchos cambios que a menudo no se entienden, y cuando llega el postparto, todo se complica si no hay el acompañamiento y la información necesaria. Uno de los libros que arrojan luz sobre la sexualidad de la mujer es el recientemente publicado por la editorial Grijalbo de la sexóloga Sonia Encinas.
En los últimos cinco años, ha centrado su trabajo en visibilizar cómo la maternidad transforma la sexualidad en pareja desde una perspectiva feminista, denunciando cómo los roles de género influyen en la construcción del deseo y la autonomía sexual de las mujeres, reduciendo su capacidad de conectar con el placer en este contexto. Con 'El sexo de las madres', la autora del bestseller 'Feminidad Salvaje' destapa la vivencia de la sexualidad cuando llega la maternidad. Esta es la entrevista que ha concedido a la web de Informativos Telecinco.
Pregunta: ¿Por qué decidiste escribir este libro? Sin duda, es uno de los temas más tabú (o que más frustración trae): el sexo después de los hijos.
Respuesta: Cuando nace mi primer hijo, yo ya estaba escribiendo otro libro, pero empecé a compartir en redes todo lo que estaba viviendo. Conforme iba sacando mis propias conclusiones, como profesional de la sexualidad, las iba sacando en redes sociales y eso me trajo a mucha gente. Retrasé el libro que estaba escribiendo, y después del despuerperio y en etapa de crianza, habiendo acompañado a otras madres y parejas en esta etapa, había investigado, di formaciones y pensé que era el momento de escribir este libro. Superé el síndrome de la impostora porque no hay un libro igual ahora mismo, no tenía referentes. Tenía que confiar en mi experiencia empírica.
P: Muchas parejas creen que los problemas sexuales se crean a raíz de la maternidad o la paternidad, tú en el libro ya hablas que quizá el hecho de pensar sobre el sexo como algo estático nos pasa factura. ¿Cómo lo deberíamos plantear?
R: Para mí era muy importante identificar cuáles son las creencias que tenemos sobre la sexualidad. Lo que yo veo muchas veces en consulta es que esas creencias corresponden a un guion que marca que lo placentero de lo sexual sea la conquista, la frecuencia y que se suele relatar en una etapa de enamoramiento que es insostenible. Esa referencia hace que haya tantísimas parejas, sean o no padres, que quieran recuperar lo que en un momento fue. Con la maternidad y el postparto se hace aún más evidente porque son etapas de gran revolución. Es un parón absoluto, es el momento en el que ves que no encajas en ese guion y pueden pasar dos cosas: que cuestiones el guion, y otra, que pienses que te ha pasado algo raro y hayas perdido tu sexualidad, es decir, que acabes cuestionándote a ti misma. Por desgracia, esto último es lo que más veces veo en las consultas. Quizá lo que están viendo muchas veces es que antes lo hacían con más frecuencia, pero no estamos valorando la parte cualitativa.
P: La creencia de más sexo es mejor para la pareja…
R: Sí, es muy importante desmontar esta creencia porque tenemos la base perfecta para que, cuando se den cambios en nuestra vida, como por ejemplo un postparto, lo que podemos hacer es cuestionar el guion desde la curiosidad. Luego llega el despuerperio y vuelves a retomar un espacio para ti, que en algunos casos no se da porque hay mujeres que viven extenuadas, pero sí se da ese espacio porque la pareja trabaja en equipo, te tiene que dar para que conectes con tu disfrute, con un cuerpo que necesita mimo y cuidados. Cuando llega, el espacio de la pareja se transforma.
P: ¿Con qué tipo de problemas acuden las parejas de padres y madres a tu consulta en este periodo?
R: Lo más común que vemos en las consultas de sexología es lo que etiquetan como “falta de deseo”. Yo no me creo esta etiqueta, deseos hay muchos y la maternidad te conecta con muchos de ellos, pero el problema es que estamos deseando una única cosa: una práctica sexual genital con una pareja que normalmente es heterosexual (que es lo que suelo ver yo). No nos estamos permitiendo vivir la etapa en la que estamos y encontrar el deseo en lo que estamos viviendo. Muchas parejas llegan con miedo a que la ausencia de relaciones sexuales signifique el fin de la relación.
P: ¿Que no haya sexo en la pareja puede significar que está en crisis?
R: Para nada. Esto es algo que quiero marcar bien claro: el sexo es una parte más que tiene que ver con el espacio de placer y de ocio, puede formar parte de una relación o no. Cuando somos pareja, vamos con un guion de lo que es ser una pareja y no solemos poner en duda ese guion, pero es importante hacerlo. Si una pareja decide que el sexo es una parte importante, es válido; pero hay que ver qué necesitamos. Lo sexual lo tenemos colocado en un contexto de "deberías", de exigencias. Mi trabajo es que aprendamos a colocar el sexo en el lugar del placer y del ocio, no en el lugar de “poner la lavadora” o “hacernos el túper”. Cuando el sexo es una exigencia, el deseo se muere. Si no hay sexo, yo siempre hago dos preguntas: ¿tú querrías tener sexo? ¿para qué? Si es para el disfrute, genial, pero si es para que la pareja no se enfade, o no se queje, es muy revelador.
P: ¿Qué suelen contestar?
R: Muchas veces nos solemos dar cuenta que las mujeres están extenuadas, que hay sobrecarga y muy poco espacio para el espacio personal, para el disfrute y para el placer. Mucha exigencia, un cuerpo rígido… El siguiente paso ya es hacer cambios.
P: Siempre hemos pensado que una pareja para que se la considere como tal debe tener intimidad sexual…
R: Esto es algo que yo siempre desmonto con mucha pasión, porque intimidad no es sexualidad. Intimidad es un espacio más amplio que habla de la cercanía, de la corporalidad, que habla del disfrute… Es verdad que hay un espacio que puede ser sexual, y luego, dentro de lo sexual, entonces podemos hablar de prácticas sexuales. Lo que está claro es que para que una pareja funcione tiene que haber intimidad porque sino no hay vínculo. La intimidad la construyen muchas cosas, no solo lo sexual. El sexo nunca debe ser colocado como algo imprescindible para ser pareja, cada una debe construirse a su manera.
P: Lo de compañeros de piso si no hay sexo, para ti no existe, entonces…
R: Con una pareja compartes muchas cosas: amistad, intimidad, responsabilidad, valores, una crianza, una convivencia… Hay muchas cosas que generan presión en las parejas. Muchas parejas llegan a la consulta y que llegan a la conclusión de que no priorizan el sexo. Entonces, no, no necesitamos sexo para ser pareja. Esta creencia genera mucho miedo. Si escogemos ser una pareja con sexo hay que cultivarlo.
P: Cuando llega el embarazo, hay mujeres y parejas que ya no buscan tener sexo, ¿cuál es tu visión en este sentido?
R: Intento sacar un relato más flexible y diverso. Hay mujeres que viven un embarazo más gozoso y otras que no. Cuando yo hablo de “embarazo erótico” para mi es que la mujer se sienta muy viva, vitalidad a un volumen muy elevado. Es estar muy conectada con el placer, puede darse o no en el embarazo. Hay veces que veo mujeres que se consideran sexuales pero no sienten deseo por su pareja, como si ser sexual te lo tenga que validar el otro. Somos sexuales por el hecho de estar vivas, independientemente de las prácticas.
P: ¿Cuándo es común el aumento de la libido en el embarazo?
R: Es habitual en el segundo trimestre del embarazo. Esto puede llevar a pensar que las mujeres necesitan más prácticas sexuales compartidas y, en algunos casos, no es así. Según qué prácticas que te pueden molestar durante el embarazo, quizá haya que ver otras opciones, quizá lo mejor sea la masturbación. Esto genera mucha culpa en las mujeres, porque tendemos a pensar que el sexo de verdad es el sexo genital con tu pareja.
P: ¿Qué beneficios tiene el sexo en el embarazo?
R: El primero de todos es estar conectadas con el placer. Si lo disfrutas, es una descarga de oxitocina y dopamina en tu cuerpo, para una misma y para el bebé. Nos ayuda a disminuir el cortisol, que es la hormona del estrés. El orgasmo es terapéutico. Con el embarazo hay una mayor congestión pélvica, hay mayor irrigación de sangre, la estimulación permite que haya más orgasmos. Si es compartido, ayuda a fomentar el vínculo en pareja. Nos relaja, facilita el sueño, mejora el ánimo, y puede mejorar el dolor de las contracciones al final del embarazo.
P: Cuando el embarazo ha costado mucho, el sexo se mecaniza, ¿qué ocurre entonces?
R: En mi caso, se da mucho esta situación en consulta. Si el embarazo tarda en llegar, que el sexo se mecanice es bastante habitual. Es normal que el sexo no sea satisfactorio en estos casos, y cambiarlo no es sencillo; lo que sí es importante es identificarlo porque puede tener unas consecuencias más adelante. Si el sexo tiene que cumplir una función -en este caso un embarazo-, el deseo puede apagarse. Cuando el embarazo no llega, la experiencia sexual no suele ser satisfactoria, pero sí sabemos identificarlo como una etapa, pues será más fácil. Luego habrá que desmontar los miedos para crear un nuevo formato en la pareja. Si el sexo es satisfactorio en la búsqueda, de hecho, el orgasmo facilita el embarazo.
Para que el parto se produzca tiene que haber una liberación muy grande de oxitocina, lo mismo que ocurre en el orgasmo
P: ¿El parto es un acto sexual?
R: En el libro explico que el embarazo y postparto son etapas de nuestra sexualidad. Y, sin embargo, el parto y la lactancia son actos sexuales. Que sea sexual lo explican dos cosas: que la reproducción forma parte de la sexualidad humana, y, como parte de la sexualidad, están el posparto y el parto. El parto en sí forma parte de la reproducción humana, luego se da en paralelo a lo que ocurre en un orgasmo. Para que el parto se produzca tiene que haber una liberación muy grande de oxitocina, lo mismo que ocurre en el orgasmo.
P: Pero el parto suele ser muy doloroso…
R: Sí, lo que pasa es que hay que tener en cuenta todo el contexto: la desinformación, cómo parimos, hace que lleguemos al parto con mucho desconocimiento y miedo, en un contexto hospitalario no se puede dar una liberación de oxitocina…
P: El postparto es muy complicado para la mujer, a nivel sexual también. ¿Qué es lo que te encuentras en esta etapa y qué recomiendas tú?
R: Hay que tener en cuenta que el postparto dura unos dos años. A veces nos cuesta porque creemos que el posparto dura 40 días, y no nos damos permiso para atravesar esa etapa. Nos exigimos ser de una manera que es contraria a nuestra fisiología, en el posparto hay que tener en cuenta muchas cosas: la lactancia, lo que tardamos en recuperar la regla, etc. Hablamos de mucho tiempo… Es una bofetada de realidad, además. Hay una bajada de hormonas brutal, por eso aparecen emociones muy incómodas, tristeza; el sexo desaparece en esta etapa y es lo normal, lo esperable. Tu cuerpo está centrado en el bebé que acaba de nacer, no en buscar otro… Muchas madres no conectan con el deseo porque no hay corresponsabilidad de la pareja. Y, ¡menos mal!
P: Pasados esos dos años o más, muchas parejas se encuentran sexualmente y comentan que es mejor después de tener hijos. ¿Por qué?
R: Lo que nos ha hecho creer la cultura popular es que con el tiempo el sexo se deterioria, y que las parejas se separan y que cuando llegan los hijos, fatal. El deseo es dinámico y va con etapas, por eso hay que vivirlas bien. En el posparto hay que enamorarse de la criatura, todo está preparado para que sobreviva el bebé. Cuando todo esto pasa, si tu pareja ha cumplido con su papel, es súper potente volver a encontrarse. La admiración en la pareja te acerca mucho, pero el contexto ha de ser amable.