La montaña rusa de acero más antigua del mundo está en San Sebastián y, a punto de cumplir 100 años, aún funciona
Conserva los vagones de madera y la figura del guardafrenos que vigila la velocidad montado en el mismo tren
El parque de atracciones se inauguró en 1912 y 16 años después su Montaña Suiza
Guipúzcoa, mucho más que La Concha, El Peine del Viento o los pintxos
San SebastiánEn la cima del monte Igueldo, con unas impresionantes vistas a la bahía donostiarra, funciona desde hace 113 años un parque de atracciones que ha sabido mantener todo el encanto de la Belle Époque, sin sucumbir al paso del tiempo. Entre las 20 atracciones que hoy en día funcionan en el Parque de Atracciones Igueldo hay una ‘rara avis’ en pleno 2025, donde los parques temáticos con atracciones vertiginosas y modernísimas son la norma. Se trata de la montaña rusa de acero más antigua del mundo, aún en funcionamiento.
En realidad, la de San Sebastián, para ser rigurosos, no es una montaña rusa, sino una Montaña Suiza. A esta atracción le faltan solo tres años para ser centenaria, ya que se inauguró en 1928. Para muchos, este dato sería suficiente para provocar esa ansiada sensación de vértigo en la boca del estómago que se desencadena al subir a una de estas atracciones, sin ni siquiera poner un pie en ella.
Sin embargo, que sea la más antigua de su especie no está reñido con la seguridad, de hecho, en estos 97 años se ha sometido a remodelaciones como la que se acometió para sustituir los raíles de madera por los que discurría inicialmente por otros de acero.
Corta pero intensa
Eso sí, los vagones de madera son los mismos que diseñó el ingeniero alemán Erich Heidrich, padre de esta Montaña Suiza, hace casi un siglo. Ni arneses, ni cinturones, ni tampoco sofisticadísimos artilugios de seguridad en los dos coches de cinco filas cada uno, con capacidad para 20 personas, que conforman los dos trenes que operan en la atracción donostiarra. En mitad de cada uno de los trenes, un trabajador de la atracción hace las veces de guardafrenos para controlar la velocidad, montado en el mismo tren.
La pista, fabricada en hormigón, discurre por depresiones hechas en el terreno y a lo largo de la parte superior del recorrido por un muro costero. El recorrido, siempre y cuando el pasajero sea capaz de mantener los ojos abiertos, ofrece unas vistas inmejorables de la costa donostiarra y guarda para el final, de su corto trayecto, una empinada bajada que culmina en un túnel.
Sin duda, la Montaña Suiza, la atracción de este tipo más antigua en funcionamiento del mundo, es una de las grandes protagonistas de este parque de atracciones que ha sabido guardar el encanto de otros tiempos. Con 113 años de historia, ha sido el único de los tres que llegó a tener San Sebastián, que ha sobrevivido y con buena salud.
En la actualidad, cuenta con 20 atracciones, entre camas elásticas, el Torreón, un laberinto, el paseo de la risa o las barcas del estanque. Un parque de atracciones que a muchos visitantes les garantiza un viaje, como mínimo, en el tiempo hasta su niñez. No apto para quienes gustan de atracciones ultramodernas, pero sí para quienes saben apreciar lo retro y quieran sentir el vértigo de montarse en la montaña rusa de acero más antigua del mundo.
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