Iker y Eneko Pou vuelven a formar parte de un arriesgado rescate en Perú : "Seguimos sin rastro de nuestros compañeros andinistas"

Imagen de la búsqueda en Artesonraju
Imagen de la búsqueda en Artesonraju.. hermanospou
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Vitoria-GasteizDe nuevo, Perú. Un año después de que los escaladores vascos Iker y Eneko Pou se “jugaran el tipo” para recuperar el cuerpo sin vida del escalador italiano Tomas Franchini, que sufrió una caída en el Cashan (Perú), los hermanos vascos han vuelto estos días a formar parte de un operativo de rescate para localizar a tres montañeros desaparecidos en la zona del Artesonraju (6.025 metros).

“Íbamos camino de la quebrada de Ishinca para un nuevo proyecto, cuando hemos recibido una llamada reportándonos que tres chicos de la escuela de guías están desaparecidos en el Artesonraju (Quebrada Santa Cruz). Hemos dado la vuelta a nuestro taxi y nos hemos presentado voluntarios para un rescate que se prevé largo y complicado”, anunciaban, en un primer momento, en sus redes.

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No andaban desencaminados, tres “intensos” días de búsqueda han pasado Iker y Eneko, “sin apenas dormir ni comer”, y ni rastro de los tres aspirantes a guía desaparecidos, en el Artesonraju. “Solo vimos un gran desprendimiento reciente de seracs… ninguna otra señal”, relatan. Precisamente, esa masa de hielo desprendido podría ser un indicio de lo ocurrido, según apuntan los Pou.

Ni rastro de los tres desaparecidos

Los vitorianos, acostumbrados a participar en rescates, afrontaban este operativo “cruzando los dedos”, “que nadie dude que trataremos de hacer lo imposible por ellos” y, a su regreso a Cashapampa, lo hacían “agotados, pero con la conciencia tranquila: lo dimos todo”.

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No hubo suerte, “fuimos el segundo grupo en llegar al campo base (Taullipampa, 4.200 m), tras caminar 22 km y 1.300 m de desnivel desde Cashapampa en unas seis horas, saliendo a las 16:10, ya casi de noche. Un primer grupo había localizado y recuperado las tiendas de los chicos”.

El segundo día, ascendieron al campo morrena (4.978 m) y “exploramos durante horas la base del Artesonraju”. El tercero “nos levantamos a las 2:00 a.m. para ascender hasta los 5.600 m, desde donde volamos un dron hasta la misma cumbre”.

Un tercer grupo llegó a la zona para continuar con la búsqueda, nada. Tras ellos, otro equipo de rescatistas ha explorado la vertiente contraria entrando desde Parón, “pensando que habrían podido caer hacia este lado por la ruptura de una cornisa de nieve”, nuevamente, sin resultados. “Seguimos sin rastro de nuestros compañeros andinistas”, concluyen Iker y Eneko en sus redes.

A lo largo de su amplia trayectoria, los hermanos Pou han hecho gala de su solidaridad y han participado en numerosos rescates. Algunos con final feliz, otros no tanto, como ocurrió hace cinco años también en Perú. Entonces, dos montañeros argentinos murieron cuando escalaban el Caraz, en la cordillera de los Andes. “Nos dejamos la piel durante un montón de horas para sacar los cuerpos de Ian y Juampi. Eran unos chicos increíbles y no tenemos ninguna duda de que ellos habrían hecho lo mismo por nosotros”, escribieron entonces.

Reza el dicho popular que ‘La solidaridad mueve montañas’, una frase que aglutina dos conceptos que van intrínsecamente unidos: solidaridad y montaña. Los hermanos Iker y Eneko Pou han vuelto a dar ejemplo de ello.

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