Medio año sin jardineros en Vitoria: un conflicto laboral que ha cambiado la imagen de la ciudad
Los jardineros llevan desde el 26 de marzo en huelga indefinida reclamando mejoras salariales
La vegetación se desmadra en Vitoria: "Cuidado con las víboras"
Vitoria-GasteizHan pasado seis meses, 26 semanas, 184 días desde que los trabajadores encargados del mantenimiento y limpieza de parques y jardines en Vitoria se declararan en huelga indefinida para exigir mejoras salariales y un nuevo convenio. En todo este tiempo, el conflicto laboral no se ha resuelto y se ha ido salpicando de polémicas.
La ciudad, que en el año 2012, fue galardonada como la Capital Verde Europea, la 'Green Capital', hace tiempo que dejó de lucir verde para mudar a los tonos pajizos y amarronados de sus jardines, fiel estampa de la falta de cuidado. Sin embargo, más allá de una mera cuestión estética, esa falta de cuidado ha demostrado ser un riesgo para la salud.
Sin ir más lejos, a las pocas semanas de darse inicio a la huelga y coincidiendo con el ‘boom’ primaveral, el desmesurado crecimiento de zarzas y malas hierbas provocó el aumento de garrapatas, pulgas, mosquitos y hasta la indeseable presencia de víboras en zonas urbanas. Los animales de compañía, especialmente los perros de pequeño tamaño, fueron las primeras víctimas. El Colegio de Veterinarios de Álava confirmó que habían aumentado los casos de caídas y cortes por impactos contra bordillos, consecuencia de la escasa visibilidad.
Falta de visibilidad
El tiempo iba pasando y la falta de acuerdo entre la empresa concesionaria de este servicio municipal, Enviser, y los trabajadores enquistaba el conflicto para desesperación de los vecinos de Vitoria, a los que ya la desmadrada vegetación empezaba a ocasionarles problemas incluso para circular.
Tras tres meses sin que nadie cortara el césped, podara los árboles ni recogiera la basura de las “antes” zonas verdes de la ciudad, el Gobierno Vasco tomó cartas en el asunto e impuso servicios mínimos. La justificación para obligar a los jardineros a volver a ponerse el uniforme era el “riesgo inminente de incendios” ante la falta de siega y poda. Unos trabajos que no han evitado que la imagen de la capital alavesa diste mucho de la ciudad que era antes del 26 de marzo pasado.
Casi al mismo tiempo que las malas hierbas se han ido adueñando de rotondas, medianas, jardines y parques, se han ido sucediendo una serie de polémicas que han tenido a la teniente de alcaldesa y concejala de Espacio Público, Beatriz Artolazabal, como protagonista.
En un primer momento, a los pocos días del plante, la jeltzale denunció estar siendo acosada por los jardineros que acudían a su casa, en un pequeño pueblo de Álava, a intimidarla con la colocación de pancartas. Más tarde, en junio, denunció que habían quemado un muñeco con su rostro en la hoguera de San Juan y el último episodio, ocurrió este mismo mes de septiembre con la aparición de pasquines en los que la caricaturizaban con un bigote hitleriano.
En todo este tiempo, los trabajadores de Enviser se han mostrado firmes en su intención de “continuar la lucha”, a pesar de llevar seis meses sin cobrar sus nóminas. Su intención es “llegar a un acuerdo” que pasa por lograr unos “salarios dignos” y para ello, como han repetido a lo largo de estos 184 días de huelga, la implicación del Ayuntamiento de Vitoria es clave.