Así ha cambiado en 30 años el perfil de los usuarios del Banco de Alimentos de Vizcaya: "Ayudamos a muchas personas con trabajo"

Los días 7 y 8 de noviembre se realizará "la gran recogida de alimentos" y las conservas "son muy necesarias".. Europa press
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BilbaoEn 1995, dos jubilados pusieron en marcha el Banco de Alimentos de Vizcaya (BAB) y con la ayuda de unos pocos voluntarios lograron repartir 30.000 kilos de alimentos. Por entonces, “había pocos inmigrantes y la mayoría de los usuarios eran parados”, recuerda Luis Crovetto Castañón, presidente del BAB.

El perfil de las personas que se acercan a buscar ayuda ha cambiado mucho desde que Enrique García Lapeña y Manuel Herrero pusieran en marcha hace 30 años esta organización para recoger, almacenar y distribuir alimentos. “Recibes más de lo que das y te vas a la cama satisfecho”, apuntan los voluntarios que han hecho posible estas tres décadas de ayuda.

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Hoy en día, la mayoría son inmigrantes, muchas de ellas mujeres con hijos a su cargo y sin arraigo; pero también hay trabajadores que, sobre todo, tras la pandemia, tienen empleos precarios con salarios que no les permiten llegar a fin de mes. “Son personas en torno a los 50 años con hipotecas y serias dificultades para cubrir esos gastos fijos a pesar de estar trabajando”, detalla Luis, que añade, “personas que nunca pensaron que tendrían que acudir al Banco de Alimentos a pedir ayuda”.

"Nunca pensaron que tendrían que pedir ayuda"

Muchos llegan “avergonzados”, “no se atreven a pedir ayuda”. La respuesta de Luis es firme “la pobreza no significa que no valgas o hayas hecho algo mal”, sino que “has tenido mala suerte y estamos para ayudarte”.

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Así lo han hecho en 2024, con más de 21.000 personas en la provincia de Vizcaya, el 50 por ciento de ellas en Bilbao, y la distribución de casi tres millones de kilos de alimentos. Un volumen que sería imposible de gestionar sin la ayuda de los 188 voluntarios y 150 entidades que colaboran con el Banco de Alimentos de Bizkaia. “El 80 por ciento de los recursos que gestionamos son de origen privado y proceden de personas particulares, empresas y fundaciones”, detalla Luis que lamentan que no haya más implicación de las instituciones públicas.

El Banco de Alimentos de Vizcaya cumple 30 años ayudando a alimentar el cuerpo, pero desde esta organización sin ánimo de lucro advierten de que “la pobreza se combate con formación”, para evitar que los hijos de esas familias que lo pasan mal económicamente “estén abocados al fracaso escolar y a no poder escapar de la pobreza”.

Conservas, aceite y cacao

Los casi 200 voluntarios que colaboran de forma habitual con el BAB son “jubilados y prejubilados que aprovechan que tienen más tiempo para echar una mano”, sin embargo, en fechas concretas como la próxima “gran recogida de alimentos”, prevista para los días 7 y 8 de noviembre, “necesitaremos 5.000 personas que nos ayuden con los petos azules en las superficies comerciales para dar visibilidad a la iniciativa”.

La manera de ayudar es, o bien, mediante un bono alimento en el que se dona un dinero en la caja que “nosotros no tocamos, sino que se deposita en la cadena y nosotros vamos tirando de ese crédito durante el año, en los momentos en que se necesita, para comprar los alimentos más necesarios”. La otra es la donación directa de alimentos, Luis Crovetto advierte que “cualquier alimento nos viene bien, pero ahora mismo tenemos reservas de arroz y legumbres”, sin embargo, “el cacao, el aceite y, sobre todo, las conservas nos vendrían muy bien”. En este sentido, el presidente del BAB explica que “hay familias que viven en una habitación y el tema de la ingesta de proteína lo tienen complicado, para ellas las conservas son vitales”.