Una vecina de Santiago con problemas de movilidad pide un ascensor para poder salir de casa: “Es una cárcel donde estoy estoy día y noche”
Mercedes no puede salir de casa sola por sus problemas de movilidad y pide que le instalen un ascensor
El Concello de Santiago ha anunciado que asumirá el coste de los ascensores después de perder una subvención europea
Santiago de Compostela, A CoruñaMercedes define su casa como una cárcel: “Es un infierno, es una cárcel donde estoy metida día y noche”. El infierno de Mercedes es un cuarto piso sin ascensor, ubicado en el barrio compostelano de Vista Alegre, donde ha pasado los últimos 50 años de su vida.
Ahora Mercedes Fuentes, con 75 años, apenas sale de casa para ir al médico y para tareas urgentes, y siempre con ayuda de alguna vecina, o de la asistente de ayuda a domicilio que acude cada mañana a echarle una mano. Bajar sola las escaleras no se lo plantea, le lleva casi media hora: “Ahora no puedo subir ni bajar de ninguna manera”, lamenta. Desde que se cayó en la calle y se lesionó la rodilla, su vida pasa entre las cuatro paredes de su piso en Santiago de Compostela. 70 escalones la separan de la calle y la mantienen encerrada en casa, "viviendo un infierno".
Mercedes tiene un 78 % de discapacidad reconocido y el grado 2 de dependencia. Sus problemas de salud le impiden salir a la calle con normalidad, y solo pide un ascensor que le de libertad, pero la burocracia se lo está poniendo demasiado complicado.
Para las ocho viviendas del edificio, instalar un ascensor supondría una inversión cercana a los 200.000 euros, pero hace dos años parecía que el ascensor estaba más cerca. El edificio fue seleccionado por el Concello de Santiago para instalar el elevador de manera gratuita para los vecinos, gracias a una subvención de la Unión Europea, destinada a la mejorar la accesibilidad en viviendas de barrios desfavorecidos. Pero el año pasado, al no poder cumplir con los plazos de ejecución, el gobierno local tuvo que devolver las subvenciones recibidas y el sueño del ascensor para Mercedes y sus vecinos se desvaneció.
Mercedes llegó a escribir a la Casa Real para pedir ayuda
A Mercedes aún le cuesta entender como todas estas trabas de las administraciones aún la tienen encerrada en casa, pero ella no se rinde. Escribió al Ministerio de Vivienda, al Valedor do Pobo y hasta a la Casa Real. “quedé contenta porque no le contestan a cualquiera”, cuenta mientras enseña la carta de respuesta recibida, “pero no solucionaron nada”.
El día a día de Mercedes pasa lento dentro de su piso. Por las mañanas la ayuda una empleada del servicio de ayuda a domicilio, puesta por el Concello de Santiago. Por las tardes, la visitan algunas amigas o vecinas y voluntarias puestas por la asociación Asdesgal. Solo pide una solución que le ayude a poder bajar y subir a la calle más tranquila. “Si tuviera un ascensor, me alegraría un poco la vida”, apunta. Por eso reclama que alguna administración se haga cargo de la instalación del elevador, “que los políticos se acuerden de mi” pide, “porque estoy perdiendo la salud por no tener ascensor”. La ley obliga a instalar ascensores en edificios con personas mayores de 70 años y un alto porcentaje de reducción de movilidad.
El Concello de Santiago dispuesto a asumir la instalación de los elevadores pendientes
El Concello de Santiago ha confirmado que asumirá con cargo a financiación propia los 85.000 euros necesarios para redactar los proyectos beneficiarios del proceso, tras perder las ayudas europeas. Y el presidente de la comunidad del edificio de Mercedes también se ha mostrado optimista con la posibilidad de que gracias a alguna subvención puedan conseguir finalmente el ascensor para el edificio, donde hay ocho viviendas. Solo esperan que no tarde demasiado para que Mercedes pueda pronto entrar y salir de su casa como una vecina más.
Suscríbete a las newsletters de Informativos Telecinco y te contamos las noticias en tu mail.
Síguenos en nuestro canal de WhatsApp y conoce toda la actualidad al momento.