Muere Lara, la niña de 5 años con un tumor cerebral sin cura que movilizó a Galicia en su lucha por un tratamiento experimental
La pequeña padecía un glioma pontino intrínseco difuso (DIPG) un tumor infantil extremadamente agresivo y sin cura
La familia de Lara pidió seguir colaborando para que su caso “sirva para otros niños que puedan tener una oportunidad”
DezaLara García Iglesias, una niña de cinco años natural del municipio pontevedrés de Vila de Cruces, falleció este lunes tras más de un año de lucha contra un glioma pontino intrínseco difuso (DIPG), un tipo de tumor cerebral infantil inoperable y sin tratamiento curativo. Su historia, marcada por la esperanza y la solidaridad, conmovió a toda Galicia y sirvió para dar visibilidad a una enfermedad poco frecuente y devastadora.
A Lara le diagnosticaron la enfermedad en el otoño de 2024, después de varias semanas con síntomas que inicialmente parecían benignos: cansancio, vómitos y dolor de cabeza. Tras varias visitas al PAC de la zona y al Hospital Clínico de Santiago, su estado se agravó de forma repentina y sufrió una hemorragia cerebral. Fue entonces cuando los médicos descubrieron el tumor. Aunque se realizaron dos intervenciones para aliviar la presión y retirar parte del tejido afectado, el diagnóstico definitivo confirmó que se trataba de un DIPG, un tumor alojado en el tronco del encéfalo que impide la cirugía y limita severamente las opciones terapéuticas.
Un ensayo clínico como última esperanza
Ante la falta de tratamientos disponibles, la familia de Lara se volcó en la búsqueda de alternativas y encontró esperanza en un ensayo clínico experimental que impulsa el Centro de Investigación Biomédica de la Universidad de Navarra (CIMA), bajo la dirección de la doctora Marta Alonso Roldán. El proyecto, financiado por la Fundación Martín Álvarez Muelas, investiga una terapia basada en virus oncolíticos modificados genéticamente capaces de atacar las células tumorales y estimular el sistema inmunitario del paciente.
La iniciativa preveía tratar a 39 niños diagnosticados con DIPG a partir de enero de 2026, y la familia de Lara se sumó a una campaña de apoyo para lograr la financiación necesaria. Con la ayuda del Concello de Vila de Cruces, lanzaron un llamamiento público que rápidamente se volvió viral, generando una respuesta solidaria sin precedentes y miles de donaciones destinadas a la investigación del cáncer infantil.
Aunque la evolución de la enfermedad fue implacable, los padres de Lara quisieron que su historia trascendiera el ámbito personal. En un mensaje difundido pocas semanas antes del desenlace, recordaban que su objetivo era “no luchar sólo por Lara, si no por los demás niños”, subrayando la importancia de invertir en investigación para ofrecer esperanza a futuras familias.
La pequeña no llegó a tiempo para beneficiarse del tratamiento experimental, pero su caso se convirtió en un símbolo de la urgencia de financiar proyectos científicos que aborden enfermedades raras como el DIPG, que afecta cada año a entre 40 y 50 niños en España.
El impacto social de su historia
La Fundación Martín Álvarez Muelas ha destacado el papel de la familia de Lara en la concienciación pública sobre el DIPG y en el impulso al ensayo clínico navarro, que sigue adelante gracias a las aportaciones recibidas. “Historias como la suya nos recuerdan por qué debemos seguir investigando. Lara y su familia han encendido una luz en medio de la oscuridad de esta enfermedad”, afirmaron en un comunicado.
Con su fallecimiento, Galicia despide a una niña cuya fortaleza y sonrisa movilizaron a miles de personas. Su legado continúa en cada donación, en cada avance cient ífico y en cada niño que podrá tener una oportunidad gracias al movimiento que ella inspiró.