Navidad

El original homenaje de un bar de A Coruña a sus clientes más fieles por Navidad: “Hacen fotos y se las mandan orgullosos a sus hijos"

La decoración de la Tasca A Cunquiña con las bolas de Navidad con la cara de sus clientes
La decoración de la Tasca A Cunquiña con las bolas de Navidad con la cara de sus clientes. CEDIDA
  • Rosa y Armando han querido recordar en estas fechas especiales a más de 80 clientes, incluida una mascota, por el trato recibido en los últimos años

  • Los protagonistas de la decoración fotografían con orgullo el homenaje de esta pareja coruñesa, a personas que llevan acudiendo al local casi 70 años

Compartir

A CoruñaLa Navidad es una época del año en la que los sentimientos están a flor de piel, gracias a las reuniones en las que se comparten momentos con los más cercanos. Para algunos coruñeses, esos instantes que se les quedaron grabados en la mente, suceden en un mismo lugar, en 'A Cunquiña', un bar situado en la Plaza del Humor de A Coruña, en el centro de la ciudad.

Allí Rosa y Armando han querido obsequiar a sus clientes más fieles con un detalle muy especial, hay 80 bolas de Navidad colgadas del techo con sus caras. Desde comienzos de diciembre están pendidas de la parte superior del local y han causado una gran sensación en las personas que se reconocían en la decoración. 

PUEDE INTERESARTE

“Están muy felices, hacen fotos y se las mandan orgullosos a sus hijos. Además tuvimos el detalle de más o menos colocarlas en función de los sitios en los que habitualmente se sientan, son nuestra familia" responde con una sonrisa de oreja a oreja Rosa, dueña del establecimiento.

Otra perspectiva del local con la decoración navideña como protagonista
PUEDE INTERESARTE

El local lo fundaron sus padres, llegados desde Ourense, en 1976. Precisamente en esas bolas “hay gente que continúa viniendo desde el 76, cuando esto lo llevaban mis padres.” Después de que hace unos años alquilaran el bar a unos clientes habituales, la familia volvió a tomar las riendas a pesar de que “nunca nos desvinculamos de A Cunquiña”.

La idea le “barruntaba en la cabeza desde hacía dos años, porque había visto bolas vacías en algún lado pero no conseguía darle forma.” Lo consultó con su “chico” Armando, pero ambos decidieron que llevarlo a cabo sería muy laborioso y difícil. Por eso, decidió olvidar ese pensamiento por unos días, hasta que vio llegar un paquete al establecimiento. ¿Esto qué es?” a lo que su pareja respondió “son las bolas de Navidad” y con esa sorpresa comenzó esta historia.

Un proceso que duró semanas

El artífice material de esta decoración es Armando, que desde el mes de noviembre fue meticuloso en realizar todas las fotos necesarias a los clientes, posteriormente con Photoshop les puso un gorro y una corona y finalmente, con goma Eva fue metiendo las fotos en el interior de las esferas.

Se hicieron 80 regalos, pero incluso hubo gente que se quedó fuera, aunque se lo tomaron con humor, entre carcajadas Rosa recuerda una de esas anécdotas “hubo uno que me dijo, ¿qué pasa, Rosa, es que soy muy feo? Pero claro, no salió porque los días que se hicieron las fotos él no estaba. El año que viene esperamos meter a todos.”

Dentro de esos rostros reconocibles a los que agradece esta pareja sobresale uno por encima del resto, es el de Lola. “Es una galgo. Mi hijo la adoptó, la encontraron con las costillas rotas y por supuesto que tenía que estar. También hay clientes que posaron con sus mascotas.”

Cuidado de los detalles

Desde la Pandemia, entre los VIP de 'A Cunquiña' también “tienen su taza, porque aunque fueran después al lavavajillas, así no andaban pululando entre las personas por el virus. Lo hicimos como homenaje pero también para donar fondos para la Cocina Económica entidad benéfica de la ciudad que se dedica a dar comidas durante todo el año.

En casi 70 años de trayectoria, por este tasca coruñesa han pasado multitud de personas que han podido disfrutar principalmente de vino blanco o tinto, servido en una “cunca” que da nombre al local. Es una palabra gallega referida a un pequeño recipiente de cerámica con forma de cuenco, donde en algunos sitios como este, es tradicional tomarlo junto a una tapa de chicharrones o de queso del país.