¿Cuál es el origen de la crisis que ha llevado a la dimisión de Draghi?

  • El gobierno de Italia ha sacado adelante una cuestión de confianza en el Senado a pesar de que Movimiento 5 Estrellas (M5E), uno de sus integrantes, se ha ausentado de la votación

  • El problema de los residuos en la capital italiana se arrastra desde hace décadas

  • Desde el partido de Conte se niegan en rotundo a la medida alegando su poder contaminante

El M5S, en descomposición desde hace meses, materializado por la ruptura del Ministro de Exteriores Luigi di Maio y la formación de su nuevo grupo político con el que se llevó a más de 60 parlamentarios, hoy protagoniza la política italiana. La confrontación más dura con la línea del Gobierno partió de la oposición al envío de armas a Ucrania, siguió con las acusaciones directas a Draghi por interferencias en el partido y está causada, ahora, en el pico más alto de la tensión en los últimos meses, por el “decreto ayudas”.

Este miércoles el gobierno de Italia ha sacado adelante una cuestión de confianza en el Senado a pesar de que Movimiento 5 Estrellas (M5E), uno de sus integrantes, se ha ausentado de la votación y ha dado inicio a una nueva crisis del Ejecutivo. Draghi ha acabado presentando la dimisión.

El verdadero motivo no son las medidas relacionadas con la inflación, aunque el M5S ya ha dicho que le parecen insuficientes, sino un poder incluido en el decreto que otorga al Ayuntamiento de Roma, y a su alcalde Roberto Gualtieri, la posibilidad de implementar un termovalorizador para incinerar el superávit de basura que ahoga a la ciudad desde hace décadas.

El 20 de abril el alcalde de Roma, Roberto Gualtieri, había expresado la intención de realizar antes de 2025 un incinerador de basura para la eliminación de residuos en la capital. El modelo en el que se inspiraba era el de Copenhague donde el uso del termovalorizador quema una media de 600.000 toneladas de residuos al año. La idea era implantarlo en el IX Municipio de Roma, en Santa Palomba y hacerlo lo antes posible.

egún el alcalde Gualtieri, del Partido Demócrata, era, además, “la única solución real que perdura en el tiempo y que permite ahorrar recursos e invertir aún más en limpieza es tener nuestras plantas, no tener que enviar residuos a Europa y negociar”. Hacía mención a la cantidad de basura que Roma envía a otras partes del país y del mundo ante la incapacidad de gestionar tales cantidades en la segunda ciudad con mayor extensión de Europa, con 1.400 kilómetros cuadrados. La capital genera cada día más de 4 mil toneladas de basura que, incapaces de ser recogidas y de gestionarse, viajan pagando altísimos precios a otros vertederos del norte de Italia o de otros países europeos. 

El problema de los residuos en Roma arroja una complejidad no fácil de ignorar, pero para el M5S la construcción de un termovalorizador va en contra de la transición ecológica. Completamente contraria también se manifiesta la mayor organización ecologista en Italia, Legambiente, según la cual este implante impide una gestión adecuada de los residuos. Añadían, además, que el gasto de casi mil millones de euros que costaría comprometerían otras medidas en los próximos años.

Desde hace décadas diversos alcaldes intentan hacer frente al problema sin encontrar, en realidad, una solución visible a pie de calle y que haya cambiado la vida de romanos y turistas que empeora ante un tema que influye de lleno su cotidianidad. Ayer Giuseppe Conte en la rueda de prensa en la que marcaba la decisión final de salir hoy del Senado ante el voto, remarcaba esta idea diciendo "la norma sobre el termovalorizador no ha cambiado" y ante esta situación decidían convertir este tema en el protagonista de la ruptura de Gobierno.

¿Qué dicen los expertos? 

Aunque es cierto que un termovalorizador contamina y genera emisiones tóxicas, los estudios más recientes, concretamente el que realizaron el médico Andrea Madrini y el ingeniero Francesco Lombardi, profesores de la Universidad de Roma Tor Vergata, concluyen que los daños se han reducido mucho en las últimas décadas. Sobre todo si se está gestionado correctamente y recibe los controles pertinentes, emite cantidades “relativamente modestas” y contribuye poco a la contaminación ambiental.

Por este motivo, señalan los expertos, no hay evidencias de que comporte un riesgo real y sustancial para la salud. Todas estas consideraciones, explica el mismo informe, tienen que ser tomadas con cautela, por ejemplo, si hacemos referencia a “una mayor incidencia de tumores”, no se vincula a este tipo de implantes, pero que no se descarta que la contaminación que genera no sea cancerígena como lo es cualquier ambiente contaminado.

La monitorización de este tipo de implantes continúa, en Italia existen 37 termovalorizadores, el último de ellos el de Turín, implantado en 2014, sigue un programa de vigilancia sanitaria que sacará sus resultados a la luz en 2023. Producen con la quema de residuos un porcentaje energético que equivale al 2% del gas ruso y, a pesar de que contaminan, son en muchos países una solución difusa al problema de la basura. Alemania tiene 96 plantas de conversión de residuos en energía y, por ejemplo, Francia 126. Además, países "famosos" por su atención al medio ambiente, como Suecia y Dinamarca, también las utilizan.

Las normativas, en muchos casos, prevalecen el uso de termovalorizadores para recuperar la energía producida a través de la combustión y el vertedero como último recurso. Aún así, el Parlamento Europeo aprobó recientemente incluir las incineradoras de residuos municipales dentro del Régimen de comercio de derechos de emisión (ETS) de la UE a partir de 2026, que hará pagar las emisiones de Co2 generadas por las plantas de incineración energética de residuos.