Por qué la visita de Pelosi a Taiwán enfurece a China y tensa aún más su relación con EE. UU.

  • La presidenta de la Cámara de Representantes de EE. UU. ha viajado a Taiwán pese a las amenazas de China para que no lo hiciera

  • Pekín ha movilizado aviones de combate y un buque destructor y advierte de "consecuencias desastrosas"

  • La visita tensa, aún más, las relaciones entre China y Estados Unidos y desata temores de mayor inestabilidad internacional

Hacía décadas que no se producía algo así: la visita de un funcionario estadounidense de alto rango a Taiwán. Y lo ha hecho una figura clave en la política norteamericana, la presidenta de la Cámara de Representantes, Nancy Pelosi. Un gesto que, en los días previos, China intentó evitar con amenazas. De momento, ya ha advertido de que la respuesta será "contundente" y las consecuencias "atroces" y ha desplegado aviones de combate y un buque destructor cerca de la isla. Taipei, por su parte, ha puesto al Ejército en alerta ante los movimientos de Pekín.

El viaje se enmarca en la gira de Pelosi por Asia (ya ha estado en Singapur y Malasia y se dirigirá también a Corea del Sur y Japón); pero la parada en Taiwán se ha producido entre una fuerte controversia, dispara aún más la tensión con China y aviva los temores de inestabilidad.

"El Ejército chino no se quedará de brazos cruzados" dijo hace días Pekín cuando la visita de Pelosi era aún una posibilidad no confirmada. De hecho, esa parada sobre la que tanto se especulaba no estaba en la agenda oficial de la presidenta de la Cámara de Representantes, la tercera figura más importante de Estados Unidos por detrás del presidente y la vicepresidenta. 

"Al viajar a Taiwán, honramos nuestro compromiso con la democracia: reafirmamos que sus libertades y las de todas las democracias deben respetarse", ha dicho Pelosi en The Washington Post.

¿Por qué esa visita es tan polémica y genera tanta preocupación? ¿Por qué Pekín amenaza a Washington con "pagar unprecio"? ¿Por qué el mandatario chino, Xi Jinping, le advirtió al estadounidense, Joe Biden, en una conversación telefónica la semana pasada "que no jugara con fuego"?

Las causas de la controversia

  • Pekín considera a la isla autónoma de Taiwán -situada a 100 millas de la costa del sureste de China- una provincia más bajo su soberanía y reclama un territorio que califica de rebelde.
  • La estrategia de China ha implicado, durante décadas, aislar a Taipei en el contexto mundial, tratando de evitar que se una a organismos internacionales o minando a sus aliados diplomáticos. Rechaza cualquier medida que aporte legitimidad internacional a la isla. Por ello, se opone frontalmente a la visita de cualquier alto rango.
  • En los últimos años, Taiwán sí ha recibido a delegaciones diplomáticas estadounidenses; algo que tampoco ha gustado nada a las autoridades chinas. Pero ahora es un paso más. Pelosi es una figura de alto nivel y su pulso se recibe como una provocación por parte de las autoridades chinas. El último viaje de un presidente de la Cámara de Representantes estadounidense a Taiwán fue hace 25 años; Newt Gingrich estuvo en 1997 tras haber ido a Pekín y Hong Kong. A China tampoco le pareció bien, pero su enfado no fue más allá de las palabras.
  • La actual presidenta de la Cámara de Representantes de Estados Unidos es, además, muy crítica con el gigante asiático. Ha denunciado violaciones de derechos humanos en el país y se ha reunido con disidentes. Hace décadas, en 1991, visitó la Plaza de Tiananmén de Pekín para conmemorar a las víctimas de la masacre de 1989. Más recientemente, ha ofrecido su respaldo a las protestas en favor de la democracia que se desataron en Hong Kong en 2019.
  • El propio Ejército estadounidense ha dicho al presidente Biden que esa visita "no era una buena idea en estos momentos". Por su parte, el portavoz del Consejo de Seguridad Nacional de la Casa Blanca, John Kirby, ha defendido que Pelosi tenía "derecho" a viajar a Taiwán si así lo decidía y ha añadido que la Administración no iba tomar cartas sobre el asunto.

Una visita polémica en un momento delicado

  • El gesto de la representante demócrata se produce en un contexto de incremento de tensiones entre Estados Unidos y China. Pekín acusa a Washington de "jugar la carta de Taiwán" para frenar el ascenso de la poderosa China en el tablero internacional.
  • El Gobierno de Xi Jinping ha incrementado la presión sobre Taiwán. El pasado mayo, las autoridades de la isla anunciaron que una treintena de aviones chinos habían sobrepasado los límites y se habían adentrado en su espacio aéreo.
  • En los últimos tiempos, Washington ha acrecentado su compromiso con Taipei. No solo con el envío de delegaciones a la isla, sino también dando luz verde a envíos de armas.
  • El escenario internacional ha variado. Décadas después de la última visita de un presidente de la Cámara de Representantes a Taiwán, Pekín considera que las cosas son distintas ahora. El país se siente fortalecido en la esfera mundial y deja claro que no pasará por alto un desafío a sus intereses.
  • La política interna china atraviesa un momento sensible. El presidente Xi Jinping tiene la mirada puesta en el XX Congreso del Partido Comunista que se celebra en otoño y en el que espera reafirmar su poder. No quiere gestos que puedan ser percibidos como una humillación que pueda llegar a cuestionar su liderazgo. El alcance de su respuesta, aún en el aire.