Máxima alerta en la central nuclear de Zaporiyia: los combates fuerzan su inédita desconexión

La guerra de Ucrania continúa incrementando la tensión y la preocupación internacional tras más de seis meses de invasión rusa. En medio de los recientes bombardeos con misiles durante el día de la independencia ucraniana y el ataque a la estación ferroviaria de Chaplyne, ahora la alerta es máxima en torno a la central nuclear de Zaporiyia, que de forma inédita ha sido desconectada este jueves de la red eléctrica por los combates que se libran en la zona. El Gobierno de VolodÍmir Zelenski señala a Rusia, y vuelve a reclamar una vez más que Europa y la ONU actúen rápido para proteger la central.

Ha sido el operador ucraniano ‘Energoatom’ el que ha confirmado lo sucedido informando de la desconexión completa, que ha atribuido a "acciones de los invasores", en un comunicado. Según su versión, la paralización del suministro, "por primera vez en la historia de la central", tuvo lugar a raíz de un incendio en las inmediaciones.

Rusia, por su parte, dando un giro a la versión, ha informado de un corte en el suministro eléctrico de toda la región por un cortocircuito derivado, a su vez, de un incendio en un campo cercano a las instalaciones, supuestamente a raíz de un bombardeo perpetrado por el Ejército ucraniano, según la agencia de noticias Interfax.

La planta ya sólo estaba conectada a la red por uno de los cuatro puntos habilitados antes de que la región se convirtiese en escenario de combates, algo sobre lo que ya había alertado el Organismo Internacional de la Energía Atómica (OIEA).

Rusia y el miedo a un accidente nuclear como arma de guerra

A primera hora de este viernes ha quedado reestablecido el funcionamiento de los dos reactores de la central, que está en manos rusas desde el mes de marzo, mientras la OIEA va a enviar una comisión de expertos a la zona para valorar los desperfectos y realizar los test pertinentes; una inspección que solo se llevará a cabo los próximos días si el Kremlin lo permite.

Mientras, Rusia sigue usando el miedo a un accidente nuclear como arma de guerra. Llevaba tiempo, de hecho, acusando a Kiev de bombardear la central, y buscando una excusa para desconectarla de la red eléctrica ucraniana, algo que encontró finalmente con las imágenes humeantes de la central de Zaporiyia de este jueves.

Con todo, no es el único peldaño que los de Vladímir Putin suben en su escalada bélica. El mandatario acaba de decretar un aumento del número de efectivos de su ejército: casi un 10%, lo que se traduce en 150.000 hombres que deberán estar listos para el 1 de enero, lo que indica, una vez más, que se prevé una guerra muy larga.