Austin Bellamy, de 20 años, estaba podando un limonero la semana pasada en Ohio (EEUU) cuando, sin querer, cortó una colmena, liberando miles de abejas asesinas que rápidamente se abalanzaron a su cabeza, a su cuello y a sus hombros. El joven recibió más de 20.000 picaduras y fue trasladado rápidamente a un hospital de Cincinnati, donde los médicos, con el objetivo de salvarle la vida, decidieron inducirle un coma.
Aunque ya ha despertado, el joven sigue luchando por su vida en las instalaciones médicas. Afortunadamente, los miembros de su familia han confirmado que, a pesar de la grave condición y las severas lesiones, parece estar en camino de recuperarse. Su madre, Shawna Carter, explicó a Fox19Now que "parecía que Austin tenía una manta negra en la cabeza hasta el cuello, hasta los brazos".
Austin incluso ingirió unas 30 abejas en medio del ataque. Pese a que los doctores sacaron los insectos de su organismo, esto le provocó una insuficiencia renal. Las abejas africanizadas, coloquialmente denominadas abejas asesinas e incorrectamente abejas africanas, son híbridos procedentes del cruzamiento de la subespecie natural africana Apis mellifera scutellata con abejas domésticas.
La particularidad de estos híbridos es su acentuado comportamiento defensivo, resultando muy agresivo al ser molestadas. Atacan en cantidad, muy velozmente y pueden seguir a sus víctimas hasta a 400 metros de su colmena o enjambre.
La abuela de Austin estaba con él cuándo sucedió el accidente y fue atacado por las abejas. "Cuando comenzó a cortar las ramas, salieron las abejas. Trató de bajar, pero no pudo. Él estaba gritando: '¡Ayuda! ¡Ayuda! ¡Ayuda!'. Y nadie venía a ayudar. Quería intentar subir la escalera para llegar a Austin, pero no pude porque estaba rodeada de abejas", señaló Phyllis Edwards.
La madre de Bellamy dijo a People que casi muere al enterarse del estado de salud de su hijo. De hecho, no pudo evitar desmayarse cuando escuchó por primera vez lo que le había sucedido: "Era demasiado para mí".
Shawna agradeció la labor de un bombero, llamado Craig, pues fue "quien salvó la vida de mi hijo". "Craig es un salvavidas. Es el ángel de Austin", añadió. La mujer ha abierto una campaña de recolección de fondos en GoFundMe para costear el tratamiento médico y la recuperación de Austin.
El joven, de momento, lo que puede tener presente es que ha vuelto a nacer. Y es que son más de un millar las personas que han perdido la vida en el país norteamericano por las picaduras de estos insectos.