Las mejores anécdotas de Isabel II en Estados Unidos

  • Reagan y su esposa Nancy, la única pareja presidencial que recibió a la reina en su propia casa

  • Barack Obama regaló un iPod a la reina con vídeos de todas sus visitas a Estados Unidos

  • Elizabeth Taylor, Marilyn Monroe, The Beatles, Michael Jackson o Stephen Hawking, entre las celebridades que trató la soberana

Si el Atlántico une, no nos divide, la nuestra es una asociación siempre a tener en cuenta en la defensa de la libertad y la propagación de la prosperidad”, dijo la reina Isabel II en su última visita a la Casa Blanca en 2007, cuando gobernaba el presidente George W. Bush. La monarca ya había cruzado varias veces el charco antes de que se produjera este encuentro. La primera vez, lo hizo siendo todavía princesa, cuando fue recibida con gran expectación por el presidente Harry Truman a su llegada al aeropuerto de Washington. Su padre no pudo viajar por problemas de salud.

La entonces heredera del trono de Inglaterra llegó a Estados Unidos acompañada de su marido, el príncipe Felipe, como parte de un viaje adicional que realizaban por Canadá. Como gesto amistoso, regalaron a Truman un candelabro, una pintura al óleo y un espejo adornado.

La visita tuvo lugar mientras las tropas británicas y estadounidenses combatían contra los insurgentes comunistas en Corea en los albores de la Guerra Fría, apenas seis años después del fin de la Segunda Guerra Mundial. Se cuenta que Truman, le dijo a la princesa antes de marcharse: “Espero que te agrademos más que cuando llegaste”.

Los cinco viajes de Estado de la soberana británica a Estados Unidos

Pero las relaciones diplomáticas como soberana llegaron durante la presidencia de Dwight Eisenhower. Coronada como reina, en 1957 sostuvo una reunión con el mandatario estadounidense y conoció también en la Casa Blanca a la primera dama, Mamie Eisenhower, quien años atrás ya había compartido algún encuentro con la reina madre, Isabel Bowes-Lyon. En una de las cenas de gala, Eisenhower lució una Orden del Mérito británica que le fue otorgada después de la guerra por el difunto padre de la reina, el rey Jorge VI. Las relaciones entre Gran Bretaña y Estados Unidos no se encontraban en su mejor momento debido a la crisis del Canal Suez en Egipto. Fue el primer ministro Harold Macmillan quien pidió a la reina que visitara Washington para generar buena voluntad entre las dos naciones. Y así lo hizo Isabel II, incluyendo en su programa visitas a las ciudades de Jamestown, Williamsburg y Nueva York.

La hospitalidad de Isabel II hacia los presidentes estadounidenses

Antes de que la reina Isabel II regresara a Estados Unidos en una visita oficial en 1976, bajo el gobierno de Gerald Ford, dos presidentes estadounidenses fueron invitados al Palacio de Buckingham. Los Kennedy viajaron el primer año de su presidencia, al país anglosajón, en 1961, durante una gira por Europa. En aquel encuentro de gala, se rumoreó que la joven monarca se sintió intimidada por la glamurosa Jackie Kennedy. A su regreso a Estados Unidos, el mandatario John F. Kennedy envió un mensaje de agradecimiento a su Majestad y al príncipe Felipe “por la cordial hospitalidad” con la que fueron acogidos. “Siempre atesoraremos el recuerdo de esa espléndida velada”, escribió John F. Kennedy en una carta. Su padre había sido embajador de Estados Unidos en el Reino Unido y en este periodo, la relación entre Gran Bretaña y Estados Unidos se restauró después de las tensiones por el conflicto del canal de Suez, cuando los estadounidenses acordaron compartir tecnología nuclear a medida que se intensificaba la Guerra Fría.

Durante el mandato de Richard Nixon, Isabel II tampoco se desplazó a Estados Unidos aunque el presidente, acompañado de su esposa, visitó Reino Unido, tras aceptar invitación de la monarca. El presidente Nixon y la primera dama Pat Nixon acudieron al Palacio de Buckingham en 1969 y regresaron de nuevo un año después. En aquellas fechas se rumoreó que Nixon quiso emparejar a su hija Tricia con el príncipe Carlos, aún soltero.

La reina Isabel conoció a 13 de los últimos 14 presidentes estadounidenses

La reina Isabel II, entre sus viajes a Estados Unidos y las invitaciones a presidentes estadounidenses, se reunió en persona con 13 de los últimos 14 presidentes, desde Truman hasta Biden, con la excepción del sucesor de Kennedy, el presidente Lyndon Johnson. Pasaron varios años hasta que la monarca cruzara de nuevo el Atlántico, en 1976, conociendo así al presidente Gerald Ford y a la primera dama, Betty Ford. En su honor se ofreció una cena de estado, y visitó Filadelfia, Nueva York, Charlottesville, Newport, Providence y Boston.

En aquella cena de gala en la Casa Blanca se conmemoraron los 200 años desde la Revolución Americana. Durante la velada, la reina Isabel bailó con Ford una desafortunada versión de “The Lady is a Tramp”, (“La dama es un vagabundo”) en una noche que la primera dama Betty Ford recordó con cariño en sus memorias.

La relación más estrecha e íntima, con los Reagan

Durante el periodo de presidencia de Jimmy Carter, el encuentro con la reina Isabel se produjo también en el Palacio de Buckingham, en una cena prevista para los líderes de la OTAN. Sin embargo, la relación entre las dos naciones mejoró especialmente cuando Ronald Reagan se convirtió en un amigo cercano de la reina, unidos por su amor a los caballos y a la equitación. El expresidente recuerda en sus memorias “An American Life” su primer viaje oficial al Reino Unido en 1982. Acompañado de su esposa, se hospedó en el palacio de Winford, donde disfrutó junto a la soberana de un entrañable paseo a caballo. Los Reagan se convirtieron en la primera familia estadounidense huéspedes de la reina en el Castillo de Windsor en 1982. Y las invitaciones fueron recíprocas. Un año después, Reagan y su esposa Nancy pasaron a ser la única pareja presidencial que recibió a la reina en su propia casa cuando la monarca y el príncipe Felipe se quedaron en su rancho cerca de Santa Bárbara, California, en 1983. El mal tiempo les impidió montar a caballo, pero los Reagan ofrecieron una comida con alimentos básicos regionales como enchiladas y tacos.

En este mismo viaje, los miembros de la realeza disfrutaron de una cena de estado en San Francisco, en el Museo Conmemorativo MH de Young. El mal tiempo continuó y durante sus declaraciones, la reina Isabel II bromeó: “Sabía antes de venir que habíamos exportado muchas de nuestras tradiciones a los Estados Unidos, pero no me había dado cuenta antes de que el clima era uno de ellas”.

Mientras el presidente reía, agregó: “Pero, señor presidente, si el clima ha sido frío, su bienvenida y la del pueblo estadounidense han sido maravillosamente cálidas”. La Reina nombró a Reagan caballero honorario, en reconocimiento a la asistencia encubierta que brindó Estados Unidos al Reino Unido durante la Guerra de las Malvinas. Sus reuniones se llevaron a cabo en un momento en que, entre la primera ministra Margaret Thatcher y Reagan, se constituía uno de los vínculos transatlánticos más fuertes en el apogeo de la Guerra Fría.

Isabel II y el príncipe Felipe, los primeros monarcas que visitaron Texas

George H.W. Bush visitó a la reina en el Palacio de Buckingham en 1989, y en mayo de 1991 junto al príncipe Felipe, fue invitada de honor a una cena de estado en la Casa Blanca donde, realizando así su tercer viaje de estado a Estados Unidos. En el South Lawn de la casa presidencial, plantó un árbol. El presidente y la soberana intercambiaron comentarios sobre el legado de derechos humanos y del estado de derecho que Gran Bretaña había legado a Estados Unidos. También la reina habló de sus anteriores visitas a la Casa Blanca y de la historia de las relaciones diplomáticas entre los dos países. Bush, durante su discurso de bienvenida, señaló: "Tenemos muchas cosas en común. Los estadounidenses comparten el amor de la reina por los caballos (...). Sobre todo, lo que une a nuestros países es menos un lugar que una idea. La idea que durante casi 400 años ha sido la herencia de Estados Unidos y el legado de Inglaterra: el legado de la democracia, el estado de derecho y los derechos humanos básicos". La pareja real visitó también Miami, Washington DC,  y se convirtió en la primera monarca en viajar a Texas, donde recorrió el Álamo: “Espero que puedan verme desde donde están”, dijo la reina tapada por los micrófonos. Se trató de un momento particularmente memorable, a la vista de los presentes, cuando la reina Isabel iba a pronunciar unas palabras en los terrenos de la Casa Blanca, solo se podía ver su sombrero morado con rayas blancas sobre los micrófonos. Alguien olvidó ajustar el atril después del discurso del presidente Bush, bastante mucho más alto que ella.

Isabel II no se amilanó y luego bromeó dirigiéndose al Congreso: “Espero que puedan verme hoy desde donde están”. Bush se disculpó más tarde y dijo que se sintió mal por no poner un banco para que la reina se alzara sobre él.

Los Clinton por su parte, fueron recibidos por la reina Isabel II a bordo del yate real Britannia, en junio de 1994, durante el mandato de John Major. El presidente Bill Clinton y su mujer, Hilary, pasaron una noche a bordo del barco antes de continuar su travesía por el Canal de la Mancha. Fueron invitados por la monarca a una cena celebrada que reunía a los líderes de las naciones aliadas cuyas tropas participaron en la invasión del Día D de Normandía 50 años antes. Fue el primero de varios viajes al Reino Unido dándose de nuevo el encuentro con la reina e incluso compartiendo el tradicional te inglés.

El desliz de George W. Bush

La primera vez que la reina Isabel II se reunió vez con el presidente George W. Bush y su esposa, Laura, fue durante un almuerzo en el Palacio de Buckingham en julio de 2001. Tras los atentados del 11 de septiembre a las Torres Gemelas, y pesar de la gran controversia que siguió a la guerra de Irak, el presidente Bush recibió una cena de estado completa en su honor en el Palacio de Buckingham en noviembre de 2003. Para compensar la hospitalidad, la Reina realizó su última visita de Estado a Estados Unidos en 2007, en la conmemoración del 400 aniversario de Jamestown (Virgina) durante el segundo mandato de Bush. Durante la ceremonia de bienvenida, el presidente cometió un desliz al decir accidentalmente que su visita para el bicentenario realizada en 1976 fue en 1776, lo que provocó una oleada de carcajadas. Haciendo una pausa para comprobar si había ofendido a la monarca, el mandatario dijo con una sonrisa: “Me lanzó una mirada que solo una madre puede dar a un niño”. Más tarde, en una cena en la embajada británica, la reina Isabel II replicó: “Me preguntaba si debería comenzar este brindis diciendo: “Cuando estuve aquí en 1776”, expresó entre risas.

El correspondido abrazo de Michel Obama y unos iPods de regalo

En varias ocasiones la reina mantuvo encuentros formales e informales con los Obama. Una de las anécdotas que trascendió, la protagoniza Michel Obama, quien abrazó cariñosamente a la reina en una audiencia. Un abrazo que fue correspondido por propia reina Isabel II dejando a un lado el estricto protocolo. En una de las visitas de Estado que Barack Obama realizó a Reino Unido, regaló un Ipod a la reina con vídeos de todas sus visitas a Estados Unidos.

Los halagos de Trump y Biden hacia la reina

El protocolo se rompió también tiempo después cuando el presidente Donald Trump se adelantó a la reina durante una revista de tropas en el castillo de Winford en 2018, además de estrechar su mano en vez de hacer una reverencia. Esto trajo algunas críticas al presidente. Trump, quien calificó a la reina como “una dama increíble", dijo posteriormente que se habían divertido mucho juntos. El presidente Joe Biden se reunió por primera vez con la reina cuando era un joven senador en 1982. Volvió casi 40 años después, tras su primera cumbre del G7 como presidente. Mantuvieron conversaciones privadas en el Castillo de Windsor, y Biden dijo más tarde que le hubiera gustado poder hablar más tiempo con ella. "Fue muy generosa", dijo Biden. La última vez que Biden se reunió con la reina Isabel II fue en junio de 2021 cuando el presidente visitó Inglaterra.

Bandera estadounidense a media asta

En la Casa Blanca se izó la bandera estadounidense a media asta en señal de duelo por muerte de la soberana. El presidente Biden, dijo en un comunicado: “La reina Isabel II era una estadista de incomparable dignidad y constancia que profundizó la sólida alianza entre el Reino Unido y Estados Unidos. Ayudó a hacer especial nuestra relación”. En sus viajes cruzando el Atlántico, la reina Isabel II no sólo convivió con la clase política de Estados Unidos. Tuvo ocasión de conocer a la actriz Elizabeth Taylor y a su esposo John Warner, a Marilyn Monroe, Michael Jackson o Stephen Hawking, entre otras personalidades estadounidenses.